
El jueves se llevó adelante una nueva movilización universitaria de carácter federal que mantuvo una idea clara: una Ley de Financiamiento Universitario. Se trató de una respuesta urgente ante el castigo que viene propinando el gobierno libertario a las universidades públicas.
La presión universitaria tiene por objetivo poner en foco su reclamo con vistas a la sesión especial del miércoles 2 de julio, en donde buscan presionar por la aprobación de diferentes emplazamientos y así obligar que las comisiones traten los proyectos en demora.
La jornada fue impulsada por las 61 universidades que nuclean el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), junto con los gremios del Frente Sindical de Universidades Nacionales y las agrupaciones estudiantiles representadas por la Federación Universitaria Argentina (FUA).
El principal reclamo pasa por el pedido al Congreso de la Nación para votar una Ley de Financiamiento Universitario que rescate a las universidades públicas del contexto de ajuste al cual son sometidas por el gobierno de Javier Milei. A su vez, en modo de apoyo, los gremios docentes y no docentes realizaron un paro que se extendió hasta esta jornada.
La Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU), pidió por la recuperación de los salarios, un aumento en los presupuestos tanto para las universidades nacionales como para ciencia y tecnología, y un aumento en las becas estudiantiles.
Las movilizaciones se replicaron en varias provincias y la Ciudad de Buenos Aires fue el epicentro principal del reclamo generalizado, con cortes de calles y una concentración en la Plaza Houssay para luego dirigirse hasta el Palacio Pizzurno, donde se encuentra la Secretaría de Educación de la Nación.
Antes, por la mañana, se realizó un abrazo simbólico al Hospital Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en donde su subdirector, Juan Carlos Rodríguez, alertó: “Hace 12 meses que no hay actualización de los gastos de funcionamiento”.
Por su parte, el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, añadió: “Hace más de un año hubo un 70% de inflación acumulada, sin embargo a los hospitales universitarios se le otorgó 0% de aumento en este período”.
Por otro lado, durante la jornada se propuso la recolección de un millón de firmas para apoyar el proyecto de ley en el Congreso. Las mismas fueron recolectadas de forma presencial pero también virtualmente a través del sitio del CIN.
La marcha de la resistencia universitaria
La comunidad universitaria se movilizó contra el asedio del gobierno libertario para pedir por un proyecto de ley que fue presentado por rectores del CIN ante el Congreso de la Nación el pasado 28 de mayo, el cual busca asegurar el funcionamiento del sistema universitario y científico.
En la jornada de ayer se realizó una conferencia de prensa donde los referentes de cada espacio explicaron la crítica situación por la que atraviesan las universidades.
Uno de los que tomó la palabra fue el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional, Oscar Alpa, quien aseguró que existe “un desfasaje entre los incrementos y la inflación en el presupuesto que recibimos para funcionar, lo que genera muchas dificultades y una situación salarial angustiante de docentes y nodocentes”.
A su vez, se refirió a la situación del sistema científico, al cual calificó de “muy grave”, debido a que “prácticamente todo el financiamiento está cortado”. Y agregó: “Si esto no se modifica, tendremos dificultades reales para seguir funcionando, y por eso pedimos al Congreso una ley que nos dé una respuesta”.
Desde la Federación Universitaria Argentina, fue su presidente, Franco Bartolacci, quien solicitó a la sociedad la adhesión a la campaña “Un millón de firmas por la universidad pública”, para así impulsar el quórum en la sesión especial para el 2 de julio.