Vivimos en una era digital en la que el término “algoritmo” casi se ha vuelto omnipresente debido al auge de las redes sociales. Si alguien dice la palabra “algoritmo”, inmediatamente pensamos en Instagram, TikTok, LinkedIn u otras redes sociales y lo vinculamos a un tema de visibilidad.
Pero lo cierto es que los algoritmos son mucho más que un conjunto de normas que establecen las redes sociales para determinar si una publicación se muestra mucho o poco a nuestros seguidores.
De hecho, prácticamente cualquier software que exista actualmente funciona gracias a un algoritmo. Desde los motores de búsqueda que usamos a diario como Google, las plataformas de comercio electrónico como Amazon o los cientos de aplicaciones que se unen cada día a la sociedad para hacer nuestra vida más fácil, como Bukest, una app para trabajar online con clientes de todo el mundo.
Entonces, ¿qué es exactamente un algoritmo y cómo se aplica en la actualidad?
Si lo definimos de manera sencilla, podríamos decir que un algoritmo es una serie de instrucciones que se diseñan para resolver problemas o realizar tareas específicas. Hablamos de instrucciones simples como dar el paso a paso de una receta de cocina o complejas como un código informático que esté integrado en una aplicación que predice el clima.
Los algoritmos están en todas partes actualmente, integrados sin que nos demos cuenta para ayudarnos en nuestro día a día. Incluso plataformas como Netflix cuentan con algoritmos cuyo objetivo es hacer recomendaciones de series y películas a sus usuarios siguiendo ciertos patrones de conducta. Y sí que es cierto que, si no existiesen estos algoritmos, los usuarios perderían mucho tiempo buscando y buscando entre los cientos de títulos que suelen tener en sus bibliotecas estas plataformas de entretenimiento en streaming.
Podemos deducir entonces que sus aplicaciones son prácticamente infinitas, comenzando por la informática y la tecnología, ya que debemos mencionar que este es el campo más común y en el que más se ha desarrollado este concepto. Aquí los algoritmos sirven como base de los softwares que utilizamos en nuestros teléfonos móviles, en los sistemas operativos, en los juegos que instalamos, aplicaciones que utilizamos… Incluso algunos de ellos son los responsables de que nuestros datos permanezcan encriptados y protegidos en todo momento cuando estamos en línea.
Si nos vamos a otro campo, en los juegos de casino los algoritmos también tienen aplicación. Por ejemplo, en casinos online, las slots o máquinas tragamonedas cuentan con algoritmos basados en generadores de números aleatorios llamados RNG, y estos son los que determinan los resultados en cada giro. Y, por supuesto, esto es lo que provoca que los resultados sean aleatorios, dando a los usuarios una experiencia justa y transparente, ya que en ningún caso estos algoritmos pueden ser manipulados.
Pero, igualmente, podemos salirnos un poco del patrón tecnológico para mencionar que los algoritmos también tienen cabida en la medicina. Los servicios de salud cuentan con algoritmos que permiten cosas tan simples como la notificación automática de citaciones o asuntos tan complejos como identificar patrones o tendencias para desarrollar nuevos tratamientos y terapias.
Aunque si hablamos de hacia dónde va el futuro de los algoritmos, debemos mencionar un campo en constante desarrollo: la inteligencia artificial. Hay muchos tipos de algoritmos que una IA puede utilizar, pero el ejemplo más claro de lo que llegamos a conseguir con ellos puede verse en plataformas como ChatGPT, ya que, a través de algoritmos de aprendizaje profundo, estos chats procesan grandes cantidades de datos y generan resultados cada vez más precisos.
Está claro que los algoritmos seguirán teniendo un papel fundamental en la selección y presentación de contenido en las redes sociales, pero, por supuesto, este no es su único cometido.
Seguiremos viendo como esta tecnología avanza cada año y se cuela también en el ámbito financiero, haciendo que las transacciones sean cada vez más rápidas y seguras. Y también en las pequeñas y grandes empresas que buscan mejorar su productividad y rentabilidad.
En resumen, los algoritmos se han convertido en una herramienta crucial en la sociedad, ya que es casi imposible hoy en día pasar un día sin haber interactuado con un software que esté basado en esta tecnología moderna.