Durante la campaña presidencial de Javier Milei, La Libertad Avanza (LLA) enfatizó en el rechazo al sistema de medios públicos y el rol de sus trabajadores. Desde amenazas de privatización hasta planteos en relación a prácticas corruptas o compra de voluntades. Nota al Pie conversó con Andrea Delfino, periodista de la sección Economía y delegada gremial de la Agencia de Noticias Télam por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA).
¿Cómo está la relación hoy entre el gobierno entrante y les trabajadores de prensa en general y de medios públicos en particular?
-En los trabajadores de prensa en general hay una preocupación por esta estigmatización hacia el periodismo. En su última afirmación pública dijo (Milei) que mantendría la pauta publicitaria para aquellos que difundieran “buena información”, una caracterización muy cuestionable porque lo “bueno” lo define quién lo mire. Habría que explicarle cómo se trabaja en periodismo y cómo es el tema de la comunicación.
En particular en los medios públicos generó mucha angustia y preocupación entre quienes ya hemos vivido otras situaciones de gobiernos neoliberales que intentaron cerrar o reducir a los medios públicos. Nos pasó en el 96, en 2001 y 2018 con el macrismo. Es esta sensación de que otra vez nos vuelven a atacar y nos ponen como foco. A Milei le preguntaron si la cuestión contra los medios públicos tenía que ver con lo presupuestario, y como él sabe que presupuestariamente no tienen un peso relevante, dijo que era “simbólico”. Alguien tendría que explicarle que la campaña ya terminó y que no tiene que seguir realizando símbolos o gestos de cara a sus votantes porque él ya fue electo.
Lo único que nos tranquiliza es saber que la propia democracia en estos cuarenta años generó herramientas para proteger a lo público ante los embates de distintos gobiernos, al igual que otros acuerdos de base democrática. Los medios públicos están creados por ley y cualquier modificación de su estado debe pasar por el Congreso Nacional. Nadie puede privatizarlos por medio de un decreto.
Esperamos poder conversar con los funcionarios que se designen. Incluso las actuales autoridades de los medios públicos ya han presentado sus renuncias, como corresponde. Ojalá se pueda generar alguna reunión para establecer cómo será la transición y a partir de ahí evaluaremos cómo nos moveremos.
¿Qué lectura hacen les trabajadores de Télam en relación a esta ofensiva? ¿Es una farsa el discurso que se instaló acerca del rol de los medios públicos?
Creo que hay muchas personas que no saben lo que votaron o que no creían que fuera a hacer lo que propuso. Aparte hay una mirada muy ambacéntrica que influye para no valorar el rol de los medios públicos porque en el Gran Buenos Aires tenes una variedad importante de maneras de acceder a la información y elegir qué contenido escuchar. Yo, por ejemplo, soy una gran oyente de radio y me puedo informar de lo que pasa sin pagar más que la luz.
En cambio, en las provincias, y especialmente en las zonas de frontera, el rol de Radio Nacional es muy relevante porque, por un lado, favorece los horarios determinados que ellos llaman “el momento de los mensajes”. Se trata de mensajes entre oyentes, vecinos que coordinan tareas y realizan avisos. Eso en la urbanidad ya no ocurre pero en las provincias sí, y el único que ofrece el servicio es Radio Nacional, y la escuchan todos. Pero aparte, en las zonas de fronteras donde hay mucha potencia de señales radiales de otros países, su alcance fortalece la soberanía informativa.
Con la televisión pasa lo mismo. La Televisión Pública es la única que transmite partidos de fútbol femenino porque no es rentable. ¿Por qué lo hace entonces? Porque hay un cambio social y cultural que tiene que estar expresado por los contenidos a los que se accede mediante todos los medios públicos. Y la única manera de lograr que las niñas tengan como referentes a deportistas mujeres es mostrar que existen, con sus logros y sus fracasos. Esto es parte de una política de Estado, por lo cual quien hace la transmisión es la Televisión Pública. A lo mejor en algún momento ese contenido sea tan rentable que los medios comerciales también lo hagan.
Un compañero de Canal 10 de Tucumán me comentó que en el último partido de la Selección Argentina de fútbol contra Brasil, ellos tomaron la señal de la Televisión Pública y cuando hicieron la presentación del partido aclararon que ese quizás fuera el último partido que la audiencia iba a ver de forma gratuita. Porque si privatizamos los medios públicos, el contenido que hoy ven de ese modo lo van a tener que pagar en un paquete, ya no por cable pero quizás con algún código. Lógicamente, los televidentes se quejaron.
En general, hay muy poco conocimiento sobre el impacto de estas políticas y quizás sea porque los argentinos tenemos naturalizados algunos derechos como lo es el derecho a la comunicación. Desde las afueras de las grandes ciudades no hay muchas maneras de acceder a la información sino es con los medios públicos.
Y también con Télam porque es un servicio para los medios públicos, por un lado, y para la comunidad a través del portal. Durante la pandemia generamos el portal Confiar que desarticuló las fake news que había sobre las vacunas. Se dedicaba exclusivamente a la ciencia y la tecnología. Y fue muy importante para quienes viven lejos de las grandes ciudades porque muchas veces no están los recursos periodísticos ni económicos que permitan realizar las coberturas correspondientes de su zona de influencia. Y pudieron acceder a un contenido, lo cual permitió equilibrar un mensaje y demostrar con fuentes serias que habían muchas cosas que se decían en redes sociales que no eran ciertas.
Hay un ensañamiento particular con Télam. Lo tuvo Macri con Lombardi a la cabeza y ahora también Milei. En tu rol sindical: ¿se están pensando estrategias para contener esta ofensiva?
Una de las razones por las cuales han tratado de reducir Télam tiene que ver con que también es la empresa del Estado que distribuye y hace el contralor de la publicidad oficial de Nación. Télam hace el trabajo de distribuirla de acuerdo a los criterios de la ley y asegurarse que el medio que recibe la pauta exista y que emita la publicidad pautada. Como es un control sobre el accionar de los políticos, en general han tratado de intervenir esta función que tiene la agencia.
En relación a las estrategias, lo primero que estamos pensando es cómo contener a los compañeros para no salirnos de la acción colectiva. Una de las cosas más maravillosas que uno percibe en las asambleas, como las que realizamos la semana pasada, es esta convicción que tienen los trabajadores de prensa de los medios públicos de que no solamente defendés tu puesto de laburo, sino también el rol de los medios públicos. Hay mucha claridad sobre cuál es nuestra función y por eso no se trabaja igual para un medio público que para uno privado.
Desde el sindicato tejeremos todas las alianzas político-gremiales que sean necesarias.
Andrea Delfino.
Es imposible hablar de medidas porque no tuvimos ninguna acción concreta contra la cual generar una reacción. Por lo pronto son enunciaciones de políticas que generan preocupación, pero que tenemos que ver cómo se va a desarrollar, y partir de ahí veremos qué hacer.
Hoy lo más importante es contener a los compañeros de la campaña de denostación contra los trabajadores de prensa que hay en redes y que tiene algún correlato en la vía pública. Lo que les estamos pidiendo es que no reaccionen, que no actúen de manera individual porque ya sabemos cómo juega esta estrategia de la derecha que consiste en denostar a quienes trabajamos combatiendo información falsa.
No vamos a entrar en una disputa entre trabajadores de prensa y en general porque quienes tenemos experiencia sabemos que políticas como las que se están anunciando terminan poniendo a los trabajadores de cualquier actividad en una situación de desamparo y de pobreza. Va a llegar un momento en el que todos vamos a estar espalda con espalda. Hoy, esa campaña que nos quiere conducir a esa grieta entre trabajadores no va a funcionar.
¿Qué experiencias de defensa y resistencia recuperan de períodos adversos contra trabajadores de prensa como fue el de Mauricio Macri?
En el 2018 dimos una muy buena batalla en redes sociales y eso nos permitió tener el acompañamiento de la sociedad en nuestra lucha.
Fue un mazazo los 357 despidos repentinos y tuvimos el respaldo de una sociedad distinta a la que es hoy en el sentido de que había conciencia de que las políticas de Macri empeoraban la situación de todos. La diferencia que veo hoy es que esas mismas personas aún tienen esperanzas con esta nueva dirigencia que anuncia las mismas políticas.
Andrea Delfino.
La estrategia de redes sociales fue muy valiosa. Tuvimos cuatro meses de paro en el que trabajamos el triple generando acciones de encuentro comunitario entre artistas, sindicatos y cooperativas. Hicimos festivales de cine y de música, festejamos el Día del Niño y muchas actividades especiales. En Télam hay muchos colectivos que solo tienen voz a través de la agencia. Nos suele pasar de ir a una cobertura de índole social donde el único medio presente es Télam. Esos colectivos sintieron que tenían que acompañarnos y lo hicieron, y nosotros generamos acciones para visibilizarlos aún durante nuestra lucha.
Fuimos muy creativos en el 2018. Hoy somos unos cuantos menos respecto de aquella fecha, pero existe la misma convicción, y a diferencia de aquel período hoy los trabajadores tienen claro que no hay nueva Télam. No hay manera de escaparse o salvarse solo de lo que está expresando la nueva derecha, y eso colabora para concentrar toda la energía en las estrategias colectivas y no en las individuales.