Katy con K, la última creación teatral del director y dramaturgo Javier Pomposiello, continúa en cartel en su segunda temporada. Una impactante historia donde se explora las vivencias de una pequeña familia en el conurbano bonaerense profundo.
Definida por el propio autor como un drama pop tercermundista, ofrece una narrativa cruda, enriquecida por las buenas actuaciones de la totalidad del elenco, y la música empleada para acentuar cada momento clave en la trama. Las funciones son los sábados a las 21 en el Teatro Espíritu Mamut, ubicado en Warnes 616, Ciudad de Buenos Aires.
En sus obras, ya sean de tono cómico o dramático, Pomposiello aborda la identidad argentina y los procesos históricos y sociales que representan a les argentines. Y todo ello lo plasma de manera costumbrista y sincera en sus relatos íntimos pero impactantes. Esta vez convierte al público en testigos y participantes de una realidad en constante expansión, explorada de manera inadvertida por personajes magnéticos y repulsivos.
Se plasma sobre el escenario una situación desesperada que muchas familias transitan: llevar el pan a la mesa de cualquier forma. Así que el clan protagónico decide fabricar camisetas falsas de artistas populares para venderlas como vendedores ambulantes en la entrada de los espectáculos.
Una propuesta teatral que resulta tan angustiante como conmovedora al condensar diversas formas de violencia por las que pasan sus protagonistas. La obra tiene una puesta muy realista, y logra transmitir un impactante reflejo de la vida de cualquier simple argentine.
Cuenta con un texto que, gracias a ciertos giros en sus personajes, logra generar tensión y asombro, todo ello con gran sutileza, y algunos momentos cómicos, subrayados por la música. Se trata de una pieza grotesca de humor negro, híper ácido y fascinante, que acaba de ser declarada de interés cultura por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y de seguro cautiva al espectador que la elija por su dramaturgia, un equilibrio entre las penas y la ternura.
Katy con K: un elenco en total entrega
Esta producción fue galardonada con el Premio CTBA 2022 a salas del circuito independiente, ya que destaca por la original dramaturgia bajo la pluma del genial Javier Pomposiello, además de su propia dirección muy depurada. Otro acierto son las solventes interpretaciones de su elenco, integrado por Fausto Guerra, Natalia Imbrosciano, Charly Velasco y Ángelez Zapata. Cada uno da lo mejor de sí para lograr variadas emociones, desde cautivar a repeler, mientras la música original se erige como protagonista.
Estos crudos personajes y su mundo siniestro se vuelven más impactantes en cada escena, y se palpa con acierto la representación del contexto conurbano, armando una oscura epopeya en la que se vislumbra la trascendencia de la voluntad de sobrevivir.
En esta ocasión, Pomposiello logra tejer una atmósfera que sumerge al visitante de lleno en cada situación de su pieza. Apta para mayores de 16 años, esta obra es un ejemplo de una perfecta sinergia entre el suspenso, la violencia y la belleza cotidiana.
El buen manejo del sonido y la elegante iluminación de Soledad Ianni, junto con las naturales actuaciones, desencadenan un viaje cargado de oscuridad y profundidad, con la dosis perfecta de inocencia. El texto y la puesta, extendiéndose a lo largo de ochenta minutos, experimentan un crecimiento constante en tensión, profundidad y oscuridad, envolviendo a les espectadores en la farsa del entretenimiento y del mercado.
En resumen, Katy con K es de una de esas obras que logra emocionar y conmover al público por igual, con un relato cargado de verdad, de vida y de sentimientos. Y sobre todo por la originalidad de plasmar la historia, una forma muy particular de contar la tragedia del argentino corriente. Pero incluso, cuando la historia alcanza el drama más profundo, esta da un giro y logra sacar una sonrisa como para ofrecer un recreo de comicidad. Esa arma letal que siempre sirve para enfrentarse a los momentos más dolorosos de la vida y que se suma a esta recomendable propuesta para una noche de sábado a puro buen teatro.
El resultado final es una experiencia única en escena, donde lo cómico y lo dramático se mezclan en la cuota justa para ofrecer una reflexión profunda sobre la identidad nacional.