En Bolivia, luego de meses de tensiones internas, la fractura en el oficialismo parece insalvable. El enfrentamiento Evo Morales – Luis Arce por la conducción del partido gobernante, en el Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS – IPSP), ha escalado hasta un punto en el que ambos dirigentes podrían presentarse por separado en las elecciones presidenciales de 2025.
Divisiones e internismo
En la previa al Congreso Ordinario del MAS – IPSP que se realizará del 3 al 5 de octubre en Lauca Ñ, la tensión entre las facciones del oficialismo aumentó de manera considerable. Si bien las diferencias internas empezaron a manifestarse a finales de 2021, estas se intensificaron en los últimos meses, lo que elevó el enfrentamiento político entre ambos sectores a una “guerra abierta”.
De hecho, el congreso partidario que empezará este martes es uno de los tantos hechos que expresan la interna en el oficialismo boliviano. En dicho evento, que fue convocado con una larga anticipación por la estructura partidaria que responde al expresidente Evo Morales, es probable que el MAS – IPSP defina la candidatura presidencial para 2025.
Evo Morales, quien el 24 de septiembre anunció que se postulará como candidato a presidente en las próximas elecciones, alertó el pasado miércoles que “el plan del gobierno para descabezar al movimiento popular e indígena es hacer fracasar el Congreso Ordinario del MAS – IPSP en Lauca Ñ, inhabilitarnos con el Tribunal Constitucional o incluso armar algún proceso con denuncias pagas”.
Del mismo modo, Morales afirmó que “como calculan que pueden fracasar en su intento de usurpar el Instrumento Político del Pueblo, se preparan como usar al Partido Socialista – 1 o armar una mega coalición con el nombre del frente amplio”. Además, el exmandatario expresó: “Duele mucho que un gobierno que fue elegido con nuestros votos, con nuestra sigla, se dedique a atacarnos para defenestrarnos”.
Por lo pronto, desde el sector de Luis Arce anunciaron que no participarán del encuentro previsto para este martes, al que calificaron como “ilegítimo”. En la misma línea, el actual mandatario descartó participar del congreso debido a que las organizaciones sociales no estarán bien representadas.
“Si ellos (por las organizaciones sociales) están cuestionando un congreso donde no tienen representación, está claro que nosotros como Gobierno nacional no podemos asistir a un congreso que tiene estas características”, sostuvo el presidente de Bolivia en una rueda de prensa.
Unidad o un camino bifurcado
La escalada de la interna oficialista en Bolivia, a pesar de que aún falta mucho tiempo, hace peligrar de manera seria la unidad del MAS-IPSP de cara a las elecciones presidenciales de 2025. La posibilidad de que tanto Evo Morales como Luis Arce se presenten por separados, a través de sellos políticos distintos, toma cada día más fuerza.
Mientras Evo Morales anunció su candidatura con fuertes acusaciones hacia el gobierno nacional, desde los “renovadores”, como llama la prensa local a los sectores aliados a Arce, afirmaron que no es momento de definición de candidaturas sino, por el contrario, de gestión de gobierno.
Sin embargo, antes del anuncio de Morales, no fueron pocos los funcionarios afines al actual mandatario que expresaron que Arce buscará la reelección escudado en el derecho que le otorga la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia. No obstante, el 17 de agosto, desde el “evismo” dieron un adelanto de lo que le espera al presidente en caso de querer ser reelegido.
En aquella oportunidad, frente a la amenaza de un funcionario del gobierno nacional de llevar a la justicia a Evo Morales, el vicepresidente del MAS-IPSP, Gerardo Garcia, sostuvo que “con esta alta traición, es imposible que la base le permita que pueda ser reelecto en las primarias (..) él tendrá que buscar su propia estructura política, hacer su propio partido”.
El mismo Garcia fue quien sostuvo el pasado 29 de septiembre que es imposible una reconciliación Morales – Arce, como pidió el ex vicepresidente de Bolivia, Alvaro Garcia Linera. “Para mí es una cuestión tarde para reunirse con Lucho, después de estas altas traiciones. Habla mal de todo, es imposible”, sostuvo el vicepresidente del Movimiento al Socialismo.
En este marco, el escenario político boliviano parece vivir una transformación. Si es una división que le otorga una oportunidad única a la oposición para volver a ser gobierno de manera democrática o si es una ruptura que puede relanzar a la izquierda boliviana se verá con el correr de los meses.