El 14 de septiembre de 1923, el mítico estadio Polo Grounds de Nueva York (demolido en 1964) fue testigo de un auténtico combate de ensueño: el Campeonato Mundial de Peso Pesado enfrentó a una auténtica leyenda local como William Harrison “Jack” Dempsey contra a un desconocido pero valioso pugilista bonaerense oriundo de Junín llamado Luis Ángel Firpo.
Cerca de 80 mil almas abarrotaron el recinto, aguardando una nueva defensa del cinturón de campeón, título que ostentaba desde el 4 de julio de 1919 cuando venció a Jesse Willard al cabo de tres rounds. Hasta esta jornada de septiembre, Dempsey había retenido su corona en cuatro ocasiones. El Matador de Manassa era, al fin y al cabo, la estrella de aquella noche y un ídolo popular para los estadounidenses.
Sin embargo, lejos estaría de ser una noche de ensueño para aquellos creyentes del éxito, dueños de la verdad absoluta, conocedores del boxeo y del deporte en general. Enfrente, se encontraba el padre del boxeo profesional argentino, el primer iberoamericano en combatir por el título mundial de todos los pesos: el Toro Salvaje de las Pampas.
Pese a ser un apodo acuñado cariñosamente por el periodista neoyorquino Damon Runyon, este reflejaba el poderío y la bravura boxística de Firpo, quien durante ese 1923, había ganado sus 9 peleas repartidas en territorios norteamericano, cubano y mexicano, derrotando inclusive en una de ellas al mencionado Jesse Willard. Ese apetito voraz llamaba la atención en la previa de la contienda.
Con todos los condimentos presentados, la trayectoria de los protagonistas y una icónica Nueva York como testigo de la historia, no había razón para privarse de semejante espectáculo. No era una pelea cualquiera, más nunca quedó en el olvido de los almanaques del deporte en general: era la presentación de la “Pelea del Siglo”.
17 segundos de gloria
El primer round lo fue todo. Un intercambio de golpes constante, ante la mirada “inutil” del árbitro local Jack Gallagher, que solo atinaba a recorrer las cuatro esquinas a la espera de una sentencia lógica: la victoria sin sobresaltos del campeón. Es que, al cabo de los primeros minutos, Firpo había caído en siete oportunidades a la lona y apenas un golpe certero en el comienzo de la pelea había hecho titubear a Dempsey.
En Nueva York, el Polo Grounds se sentía como un territorio hostil para nuestro compatriota, rodeado de fieras desenjauladas, gritándole con bronca su deseo de victoria. En Buenos Aires, lejos de ese tormentoso ruido, el Palacio Barolo con su impactante faro de más de 300 mil bujías en la cúspide marcaba el compás de la pelea: un halo rojo anunciaba la derrota lógica, pero el verde rompía la historia. Casi.
Finalmente, el tiempo se frenó en los últimos minutos de ese primer asalto. O mejor dicho, el zurdazo de Firpo frenó el ímpetu dominante de Dempsey directo al mentón, quien sin defensa alguna, cayó de espaldas fuera del ring en una escena replicada en cuadros y analizada por especialistas de todas las ramas posibles: deportes, cine, televisión, literatura, arte, etc.
El júbilo en la capital porteña, ante el verde dominante en el cielo de la Avenida de Mayo, era solo comparable a la incertidumbre que se vivía en el cuadrilátero neoyorquino, que aún evidenciaba una sorpresa mayúscula. El campeón estaba fuera de combate, con un corte profundo en la parte posterior en la cabeza. Sin embargo, el reloj corría para todos, menos para la mirada perpetua del árbitro Gallagher.
La “lentitud” al momento de contabilizar la caída del ring, llegando a la cuenta de 9 cuando ya habían transcurrido 17 segundos de una victoria “ucrónica” pero impactante para Firpo, le permitió a Dempsey envalentonarse y recuperar fuerzas ayudado inclusive por periodistas y espectadores que allí se encontraban presentes. El campeón estaba de vuelta en el ring, como en las mejores películas de Hollywood.
Lamentablemente para el Toro de las Pampas, poco valió el esfuerzo en la búsqueda de un nuevo golpe al destino. Dempsey logró derribarlo en tres oportunidades más en el segundo round, deteniéndose la pelea a los 57 segundos del mismo y declarándose ganador a Dempsey por Knockout, conservando así su corona y honor. El alivio del público era evidente, el ícono popular lo había logrado una vez más. Y con ayuda extra.
Algún tiempo después
Penosamente para Luis Ángel Firpo, su carrera boxística no volvió a levantar vuelo. Combatió reiteradamente en 1924, sin repercusiones, sólo para ofrecer breves regresos al combate en 1926 y 1936, retirándose finalmente en dicho año tras combatir con Arturo Godoy.
Dedicado a pleno a las tareas ganaderas y agropecuarias, se dio el lujo de actuar en el filme nacional Nace un Campeón, de 1952. Ya alejado de todo ambiente popular, Firpo falleció el 7 de agosto de 1960, a los 65 años, producto de un paro cardiorrespiratorio. Sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta (Junín 1760, Ciudad de Buenos Aires).
Para Dempsey, increíblemente, la historia tampoco le sería justa. Tres años después de la victoria ante nuestro “campeón”, más precisamente el 23 de septiembre de 1926, cayó frente Gene Tunney perdiendo su corona y el título de campeón libra por libra. Un año después, le dijo adiós al boxeo al caer nuevamente derrotado por Tunney, en un último intento de recuperar su posición privilegiada.
Finalmente, era el ocaso del campeón. El considerado uno de los diez mejores pesos pesados de la historia, según la International Boxing Research Organization (IBRO), falleció el 31 de mayo de 1983 a la edad de 87 años en Nueva York, ciudad que lo vio brillar como ninguna otra. Como último detalle que nos une a dicho combate y su protagonista, el árbitro Jack Gallagher fue suspendido cinco semanas después del mismo por la Comisión Municipal de Nueva York por su penoso conteo.
Esta derrota no solo simbolizó la caída de un campeón “intocable” hasta entonces. Acabó con una era de marcadas irregularidades en el ambiente del boxeo y dio comienzo a una justa deportiva marcada por mejores reglas para hacer de este deporte, un poco más justo. Apenas un poco más justo.
Sin embargo, a 100 años de los hechos narrados, aún se permite soñar el Barolo con esa luz verde de esperanza, de una victoria sin arrebatos. Como los sueños de Firpo, ultrajado de una victoria por el deseo de unos pocos. Sueños que merecen ser tenidos en consideración para darle pelea a las injusticias diarias, como un verdadero campeón.
Una entrega de premios digna de un campeón
Este jueves 14 de septiembre, la Unión de Periodistas de Boxeo de la República Argentina (UPERBOX) distinguirá a los mejores boxeadores de la historia en la entrega de los Premios Firpo 2022 – Cien años de boxeo argentino, al cumplirse un siglo de la icónica pelea entre Luis Ángel Firpo y Jack Dempsey.
UPERBOX nos recuerda que la práctica boxística estaba prohibida en nuestro país en aquel lejano 1923. Sin embargo, esos puñetazos, sumado a los periodistas del ring side que ayudaron a subir al cuadrilátero al ídolo local, la interminable cuenta del árbitro y la primera transmisión internacional radial en vivo desde el Diario La Prensa en Avenida de Mayo, torcieron la historia.
De esta manera, dicho combate terminó por convertir al boxeo en uno de los deportes más populares de este suelo, y en el que más logros internacionales ha cosechado. Por esta razón, y como cada año, UPERBOX distinguirá a los púgiles más destacados de la temporada. En esta ocasión, celebrarán el primer siglo de su rica historia en una gran fiesta que se realizará en el Salón Diquint, sito en José Cubas 3474, Villa Devoto.
Allí serán distinguidos los ídolos de todos los tiempos y actuales campeones y campeonas, entre los que estarán presentes Marcos “Chino” Maidana, Jorge “Locomotora” Castro, Marcelo “Toro” Domínguez, Marcela “Tigresa” Acuña, Juan Martín “Látigo” Coggi, Julio César “Zurdo” Vázquez, el actual campeón mundial Fernando “Puma” Martínez y la presencia familiar de grandes glorias de nuestra historia pugilística.
Finalmente, se premiarán a quienes hayan tenido una actividad destacada en la última temporada tanto en los ámbitos profesional como amateur, repartidos en las siguientes categorías:
• Terna Mejor Púgil Nivel Mundial:
Fernando Martínez
Celeste Alaniz
Gustavo Lemos
• Terna Mejor Púgil Nivel Internacional:
Alberto Melián
Jeremías Ponce
Mirco Cuello
• Cuaterna Mejor Nocaut:
Leonel Ávila a Rodrigo Rajoy
Sol Baumstarh a Camila Avaca
Kevin Brizuela a Brian Gómez
Neri Muñoz a Claudio Baldomir
• Terna Hidalguía Argentina:
Leandro Fonseca
Miguel Correa
Facundo Galovar
• Terna Mejor Amateur:
Florencia López
Sofía Robles
Daniela Herrera
• Terna Mejor Púgil a Nivel Nacional:
José «Sansón» Sosa
Francisco «Bebu» Verón
Juan Carrasco
• Terna Mejor Boxeadora:
Celeste Alaniz
Evelin Bermúdez
Débora Dionicius
• Terna Mejor Pelea:
Damián Rojas – Jesús Daneff
Fernando Martínez – Jerwin Ancajas
José Rosa – Leandro Fonseca
• Terna Revelación:
Tobías Reyes
Alan Chaves
Marco García