Conservacionistas, agrupaciones ecologistas y vecines convocaron el 16 de julio a una manifestación contra el daño al patrimonio cultural y ambiental al Jardín Botánico “Carlos Thays” ocasionado por el espectáculo “Secret Garden: una experiencia lumínica y sonora”. La iniciativa es una respuesta a la decisión del Gobierno porteño que, por medio de la Secretaría de Medio Ambiente, alquiló durante todas las noches de julio el histórico lugar para la realización del espectáculo.
La concentración se realizó a partir de las 15 en la puerta principal del paseo, situado en Av. Santa Fe al 3900, del barrio de Palermo.
Fabio Márquez, licenciado en Diseño del Paisaje, fue consultado por Nota al Pie acerca de la iniciativa. El mismo se autodefine como “una de las personas que iniciamos esta movida por el Jardín Botánico”. En este sentido, manifestó: “Hemos puesto en la agenda pública un tema que estaba pasando desapercibido, que era el alquiler del botánico para una actividad comercial que no tiene nada de arte ni de cultura”.
Para el paisajista, la habilitación de parte de las autoridades para llevar a cabo el emprendimiento privado “genera una muy mala referencia. Porque si en el Botánico se animan a hacer esto que puede pasar en otros espacios verdes públicos o en las reservas ecológicas”, argumentó.
Un negocio para un espacio frágil
El primer cuestionamiento surgió de la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos. El organismo denunció que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires incumplió las disposiciones legales por no consultar a la comisión sobre la realización del espectáculo.
La titular de la entidad, Mónica Capano, indicó que “la Ley 12.665 obliga a las autoridades a consultar al cuerpo” antes de implementar este tipo de iniciativas. Por medio de un comunicado oficial, afirmó que “no todo monumento histórico puede ser patrimonio turístico o comercial”.
Luego, la primera semana de julio, se dio a conocer una carta abierta firmada por ambientalistas, historiadores, patrimonialistas, arquitectes y paisajistas que advirtieron acerca del daño que podría provocar el espectáculo nocturno sobre el entorno cultural y natural del espacio porteño.
“Generamos una carta abierta para poder fundamentar públicamente lo que pensábamos de lo que está mal de esta actividad comercial. Juntamos firmas. Llevamos cerca de 6.000 adhesiones de quienes estuvieron de acuerdo con esta carta”, explicó Márquez al respecto.
El diseñador señaló que el documento y la medida intentan lograr “que la gente escuche y entienda la calidad del Botánico como un espacio frágil de biodiversidad”. Además de “que este tipo de actividades, más allá del negociado que son, generan un nivel de daño”.
En este sentido, el referente concluyó diciendo que la iniciativa comercial “hace que sea imposible que estas cosas se puedan hacer sin afectar negativamente un lugar como este. Lo mejor es que no vuelva a pasar y que esto haya servido para generar un límite”, sentenció.
La fundamentación de la carta abierta en socorro del Jardín Botánico
El documento se elaboró en defensa de “uno de los pocos sitios de la ciudad en los que prima el verde vegetal vivo”. El mismo “constituye un oasis de vida para la flora, la fauna y los seres humanos que buscan sosiego y calma en la ajetreada y ruidosa vida urbana”, expresaron les firmantes.
El texto continúa diciendo que “en este contexto, llama la atención que, en vez de ampliar esta manera de entender el espacio verde público a las plazas y parques, se haga el camino contrario, llevando al Jardín Botánico artificialidad, plástico y metal”. Cabe recordar que el Jardín Botánico “Carlos Thays” fue declarado monumento histórico nacional desde 1996.
Acceder al espectáculo de “experiencia inmersiva” tiene un valor de 4.500 pesos por persona. Los productores informaron que en el mismo día del estreno se habían vendido más de 30 mil localidades.
La reacción de les conservacionistas se hizo más intensa cuando se supo que por el alquiler del espacio, les organizadores pagarán 3 millones de pesos (es decir, 104 mil pesos diarios). Por otro lado, en el mismo día de la inauguración ya se habían recaudado más de 130 millones de pesos.
La postura del Gobierno de la Ciudad
Una vez conocidas las críticas por posibilitar el show “Secret Garden”, la Secretaría de Medio Ambiente respondió que siempre se actuó conforme a la Ley. Las autoridades argumentaron que el espectáculo es “una puesta en valor” para el Botánico y que no degrada al espacio público.
La administración metropolitana ya había recibido cuestionamientos en el pasado respecto al cuidado de sus monumentos. Por ejemplo, cuando permitió que una empresa instalara letreros gigantes en torno al Monumento a los españoles sobre Avenida Libertador.
El espectáculo “Secret Garden” invita a realizar un recorrido por 17 instalaciones lumínicas, proyecciones de video estilo mapping y efectos de luces sobre las distintas obras del paseo. Estas experiencias tienen antecedentes inmediatos irrumpiendo en espacios verdes de ciudades como Londres, París o Barcelona.