La Escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica considera retirar (por primera vez en la historia) el Doctorado Honoris Causa a Boaventura de Sousa Santos. El título fue otorgado en 2019 por sus aportes a las ciencias y humanidades, y su contribución al análisis, comprensión y transformación de la realidad.
La decisión se debe a que hace una semana, se conocieron diversas acusaciones de acoso en su contra. Las primeras en hablar fueron tres antiguas investigadoras de la institución donde se desempeñaba el sociólogo: el Centro de Estudios Sociales (CES) de la Universidad de Coímbra en Portugal.
A ellas se sumaron una diputada brasileña y una activista mapuche argentina. Tanto el CES como el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) lo suspendieron de sus funciones.
En el caso de la Universidad de Costa Rica, fue el rector universitario, Gustavo Gutiérrez, quien tuvo la iniciativa. El directivo propuso solicitar al Consejo Universitario que inicie “el procedimiento que corresponda para valorar el retiro” del Doctorado Honoris Causa que se otorgó a Boaventura de Sousa Santos.
“En congruencia con las Políticas Institucionales 2021-2025, así como con nuestra postura de tolerancia cero hacia el hostigamiento sexual y cualquier tipo de violencia contra las mujeres, solicitamos su intervención para elevar el caso ante el Consejo Universitario”, escribió Gutiérrez.
Medidas paliativas
El Doctorado Honoris Causa viene del latín: “por causa de honor”. Es un título universitario que se otorga a personas que realizaron contribuciones significativas en un campo específico.
Por eso la Universidad de Costa Rica se lo atribuyó al afamado Boaventura. Sin embargo, tras la denuncia de sus víctimas su reputación cae a pedazos. Son diferentes mujeres en distintas partes del mundo las que destaparon la olla.
La quita del título no es inmediata, sino que ahora el Consejo Universitario determinará si se concreta la medida. Por su parte, la Escuela de Geografía de esa institución reiteró su compromiso para “erradicar cualquier forma de violencia que transgreda los derechos de las mujeres y de otras poblaciones históricamente vulnerabilizadas”.
Además, llamaron a reflexionar “sobre el acoso sexual en nuestra Institución y en otras instituciones académicas, las cuales lamentablemente no están exentas de relaciones de poder que fomentan la violencia, incluido el acoso y el extractivismo académico”.
En la misma línea, el rector universitario Gustavo Gutiérrez, afirmó que mientras se investiga a Boaventura se debatirá hacia el interior de la Universidad de Costa Rica. En este sentido, se analizarán las relaciones de poder en la academia, la vulnerabilidad con la que lidian las mujeres en las casas de enseñanza y la importancia de activar mecanismos para erradicar la violencia de género.
El acoso en el ámbito académico
Si bien las diferentes instituciones toman medidas para sancionar a Boaventura de Sousa Santos, son acciones tardías. Así lo afirmaba una de las denunciantes, la activista argentina mapuche Moira Millán.
“Yo se lo he dicho a bastante gente de la Academia”, relató en una entrevista a El Salto. “CLACSO lo ha sabido siempre, por eso le convierte en absolutamente cómplice”, señaló.
Además, apuntó contra la Universidad de Coímbra, por la poca supervisión al momento de ser invitada allí por Boaventura en 2010 a brindar una charla. A través de un comunicado que publicó en sus redes sociales, afirmó: “Habilitaron la impunidad, sin esta irresponsabilidad institucional sus abusos podrían haber sido evitados”.
Antes de que salieran a la luz las denuncias por acoso, diferentes personas notaron una situación de “extractivismo intelectual”. En 2020, el sociólogo dio una entrevista donde se apropió del término “capitalismo gore”, de la mexicana Sayak Valencia.
Pese a ello, Boaventura de Sousa Santos siguió siendo considerado un indiscutible pensador de nuestra era. Y así lo permitieron toda clase de instituciones, no solo en el ámbito universitario. Sin ir más lejos, el sociólogo escribió una nota para Página 12 a principios de abril, días antes del estallido de denuncias en su contra.
No fue hasta que una reconocida editorial publicó el libro que contiene las denuncias, a las cuales las universidades hicieron oídos sordos. “Fue necesario que los autores del artículo accedieran a los regímenes de validación y revisión ciega por pares más potentes de la academia para desencadenar una ola de atención ante situaciones de abuso de poder”.
Así lo afirma el manifiesto “Todas lo sabemos”, que firmaron más de 600 académiques portugueses y extranjeres. “Esto se desarrolla luego de que varios intentos de denuncia por parte de investigadores del “Sur Global hayan sido silenciados o ignorados a lo largo de los años”, continuaron. “Durante este mismo período ‘todos sabían’, aunque fuera de manera informal”.
Las denuncias contra Boaventura de Sousa Santos echan luz a una situación que ya no puede esconderse: los abusos de poder también suceden en el ámbito académico.