A fines de enero, el Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) presentó una investigación con datos alarmantes sobre la relación entre los agroquímicos y el cáncer. El mismo, publicado en la Revista Clinical Epidemiology and Global Healt, reúne los resultados recolectados entre 2010 y 2019 en ocho localidades de la provincia de Santa Fe.
Bajo el título “Incidencia y mortalidad por cáncer en localidades rurales argentinas rodeadas de tierras agrícolas tratadas con pesticidas”, desde Salud Socioambiental comprobaron lo que les vecines de los pueblos fumigados sospechaban: allí la mortalidad por cáncer en personas jóvenes es más común que en otros lados. Según el documento, un 2,5 veces más que en el resto de la Argentina.
Sin embargo, esta no fue la única particularidad encontrada. De ese total, las mujeres ocupan el mayor porcentaje. A comparación del resto del país, la probabilidad de morir por cáncer es 2,77 veces mayor en la población femenina, mientras que en la masculina es de 2,48.
La publicación lleva la firma de les investigadores Damián Verzeñassi; Alejandro Vallini; Facundo Fernández; Lisandro Ferrazini; Marianela Lasagna; Anahí J. Sosa; y Guillermo E. Hough. En diálogo con Nota al Pie, Facundo Fernández dio detalles del trabajo y los peligros que corren quienes viven en localidades fumigadas.
La selección de las ocho localidades
Según contó Fernández, la investigación data de trabajos que estudiantes de la facultad de medicina realizaron entre 2010 y 2019. Denominada “Campamentos Sanitarios”, la práctica -que servía como examen final de la carrera- consistía en un recorrido por el centro del país para construir el “perfil de salud” de una comunidad.
Sin embargo, en 2019 y por decisión de las nuevas autoridades de la facultad, esta modalidad de examen fue suspendida. Ante un registro de más de 40 campamentos en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y La Pampa, desde el Instituto de Salud Socioambiental optaron por continuar con los datos recolectados. “Para seguir trabajando en apoyo a las comunidades afectadas que habíamos relevado, intentamos que tengan el informe para que puedan tomar decisiones”, explicó el investigador.
De las 40 localidades recorridas, les profesionales seleccionaron ocho que presentaban similitudes y fueron relevadas bajo la misma encuesta. En ese sentido, se enfocaron en las características de la región; el nivel probable de exposición a plaguicidas y la cantidad de superficies sembradas con cultivos que llevaran agrotóxicos. Los pueblos evaluados fueron Acebal, Arteaga, Chabás, Luis Palacios, San Genaro, Sastre, Timbúes y Villa Eloísa.
En total, la encuesta abarcó a 27.644 personas. Esto representó alrededor del 68% de la población total de esas ocho localidades. Respecto a las condiciones de cada lugar, una estimación de la superficie sembrada por maíz, soja y trigo mostró que el 80% (rango 49–87 %) de la misma estaba cubierta por plaguicidas agrícolas.
El cáncer y la mortalidad, la preocupación de les vecines
“No fue que nosotros elegimos el cáncer de manera arbitraria, sino que la misma gente nos decía que veían mayor presencia de la enfermedad. Sobre todo en gente joven”, explicó Fernández sobre el tema central.
Además, mencionó que durante las encuestas, les vecines también manifestaron problemas endocrinológicos y dificultades en los embarazos. En tanto, aseguró que estos dos inconvenientes serán estudiados en otras dos etapas.
Acerca del objetivo, el profesional remarcó que buscaron demostrar científica y estadísticamente “que las poblaciones no sólo están expuestas a los agrotóxicos”. “Sino que también cambian la manera de enfermar y de morir que tienen”, agregó.
De esta manera, la publicación señala que la presencia de distintos tipos de cáncer es mayor en estas ocho localidades que en el resto del país. Es decir, que hubo más casos de cáncer de mama, colon, pulmón, útero, laringe, riñón e hígado en esos lugares, que en la población general de Argentina. Como excepción se encuentra el cáncer de próstata, que fue mayor a nivel nacional.
Por su parte, la mortalidad presenta un incremento del 2,5 a comparación del resto del territorio nacional. “Entonces lo que decían los vecinos no hacía falta que nosotros lo demostremos científicamente”, sostuvo Fernández.
El rol de la universidad pública y las responsabilidades del Estado
Para presentar el artículo en la Revista Clinical Epidemiology and Global Healt, el equipo trabajó durante casi dos años en el armado de la información recabada. La elección de este medio internacional tuvo como fin poder darle más trascendencia al tema. Además, el miembro de Salud Socioambiental aseguró que una publicación en una revista extranjera le da mayor sustento al reclamo local de medidas contra las fumigaciones.
“Queremos seguir generando información internacional, pero desde Argentina, para que la problemática tenga más presencia en la agenda pública”, sostuvo.
Facundo Fernández también destacó el rol que tuvo la universidad pública y repudió la decisión de las autoridades de la Facultad de Medicina de suspender las actividades. “Evidentemente están en contra de que la universidad cumpla un rol tan importante como evidenciar problemáticas en el propio territorio”, expresó.
Por otro lado, criticó los escenarios productivos y normativos respecto a los plaguicidas agrícolas. Al respecto, remarcó que no sólo se trata del uso de estos compuestos, sino también de un modelo problemático que genera desigualdad al momento de trabajar la tierra.
En tanto, señaló que el Estado “no regula y no legisla” esta problemática y demandó la necesidad de políticas públicas que permitan paliar las consecuencias. “Creemos que tanto el Estado provincial como el Estado nacional tienen que empezar a tomar medidas que favorezcan el fortalecimiento de los modos de producir y que no expongan a la población a los pesticidas”, concluyó.