La llegada al trono de Carlos III luego del fallecimiento de Isabel II no se encuentra exenta de difíciles e importantes desafíos. Uno de ellos, clave para la política exterior del Reino Unido, será el de mantener la unidad del Commonwealth. Sin embargo, tras la muerte de la monarca británica, las campanas republicanas amenazan con romper los vestigios coloniales en varios países.
Si bien en 2018, por pedido expreso de Isabel II, los países de la Commonwealth eligieron a Carlos III como cabeza visible de la organización cuando la reina falleciera, la decisión no es vinculante para el estatus de cada país. En este sentido, si bien el foco de las noticias está puesto en el Reino Unido, la transición monárquica tiene consecuencias en todo el mundo.
¿Qué es la Commonwealth?
La Commonwealth, conocida también como Mancomunidad de Naciones, es un organización formada por países que poseen vínculos históricos con el Imperio Británico. La plataforma internacional fue creada en 1926, en un marco de desintegración del Imperio, cuando Gran Bretaña acordó con sus colonias un estatus común para todos, destacando que se encontraban “unidos por una lealtad común a la Corona”. Sin embargo, en 1949 la Mancomunidad de Naciones fue reconvertida en una asociación voluntaria.
Bajo el reinado de Isabel II, quien asumió el trono en 1952, la Monarquía Británica logró gestionar los procesos de descolonización con la creación de una organización que le permitiera no perder todo tipo de influencia en sus exdominios. En la actualidad, la Commonwealth está formada por 54 países de todos los continentes, en los que viven 2.5 billones de personas.
Asimismo, 14 de los 54 países son los denominados Reinos de la Commonwealth. En ellos, quien ocupa el trono de la monarquía británica, aunque con un rol ceremonial, es el Jefe de Estado de dicha nación. En consecuencia, tras la muerte de Isabel II, esos 14 países han tenido que realizar sus propias ceremonias para proclamar oficialmente a Carlos III como nuevo soberano.
Impulsos republicanos en el Caribe
Más allá de haber proclamado como nuevo soberano a Carlos III, nada impide a los denominados Reinos de la Commonwealth desvincularse de la Corona Británica. De hecho, por el contrario, la llegada del “eterno heredero” al trono del Reino Unido ha acelerado, en pocos días, los procesos republicanos en diversos países.
En el Caribe, por ejemplo, los vestigios coloniales se encuentran en peligro de desmoronarse. Ya en 2021, cuando Barbados cortó los lazos con la Corona tras cuatro siglos de soberanía inglesa, se prendió la alarma en la Monarquía Británica. La decisión de la nación insular encendió, de esta manera, el fuego independentista en la región.
En la actualidad, hasta el ascenso de Carlos III al trono, al menos seis Estados de la región del Caribe iniciaron los trámites oficiales para la desvinculación de la Corona Británica. En este marco, Antigua y Barbuda; Bahamas; Belice; Granada; Jamaica y San Cristóbal y Nieves, pretenden terminar con el legado colonialista del Reino Unido.
El primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, aseguró que en los próximos tres años convocará a un referéndum para que la ciudadanía elija si quiere convertir al país caribeño en una república. “Es el paso final para completar ese círculo de independencia, para garantizar que seamos una nación soberana”, sostuvo el mandatario en una entrevista con la cadena británica ITV.
Con este panorama, mientras crecen los aires republicanos, durante los próximos meses la región podría asistir a una cadena de decisiones similares. La monarquía británica, por consiguiente, tratará de mantener su influencia con las que comparta un vínculo colonialista.