La Ley de Etiquetado Frontal, sancionada el año pasado y reglamentada en marzo del corriente, comenzará a hacerse realidad. Las etiquetas en forma hexagonal tomarán presencia en las góndolas a partir de este sábado. Aunque, casi 240 empresas pidieron prórroga sobre 11 mil productos; por lo tanto, les consumidores aún no podrán acceder a la información de las mismas. Se estima que el proceso se completará recién a fines del año que viene.
Tal como lo informó el Ministerio de Salud de la Nación, deberán colocarse sellos de advertencia en el frente de los envases de alimentos y bebidas. Aquellos productos que tengan exceso de azúcares, grasas, sodio y calorías deberán informar de forma clara; de este modo les consumidores contarán con mayor cantidad de datos acerca de lo que eligen comer. En detalle, durante su primera etapa deberán etiquetarse según tengan:
- 20% o más del total de energía proveniente de azúcares añadidos.
- 35% o más del total de energía proveniente del total de grasas.
- 12% o más del total de energía proveniente del total de grasas saturadas.
- 5 ml o más de sodio por killokloría, hasta un máximo de 600 mg de sodio por 100 gramos de producto.
- Alimentos con 300 calorías o más por cada 100 gramos.
- Bebidas sin alcohol con 50 calorías o más por cada 100 ml.
Ley de Etiquetado Frontal: ¿cómo se llevará a cabo?
Luego de la lucha social para exigir una mayor información sobre los alimentos que se consumen a diario; la Ley 27.642 fue sancionada el 26 de octubre de 2021. Más tarde, el 23 de marzo, se publicó el decreto reglamentario 151/2022. Esta normativa establece etapas para la implementación de uno de sellos a los productos que tengan exceso de grasas, azúcares, sodio y calorías.
Las empresas deberán seguir una calculadora generada por el Sistema de Información Federal para la Gestión del Control de Alimentos (SIFeGA). De esta manera podrán saber qué sello debe llevar su producto. En tanto, aquellas empresas que obtuvieron la prórroga tienen seis meses más; las que no la pidieron deberán comenzar a colocar el sello en forma obligatoria a partir del 20 de agosto.
Según la información brindada, para las pymes (pequeñas y medianas empresas) el plazo para pedir prórroga vence el 20 de enero de 2023. Un mes después deberán tener los sellos aquellos productos que no hayan recibido o pedido prórroga. Por lo tanto, el 20 noviembre de 2023 todos sus productos ya contarían con los sellos en caso que corresponda. Siguiendo estas pautas, antes de fin del año próximo los productos sellados llegarían a completar el total de las góndolas. Los envases retornables de vidrio gozan de una excepción, tendrán plazo hasta mayo de 2024.
Alimentos más saludables un cuestión más allá de los sellitos
La industria alimentaria fue desarrollando cada vez más mezclas ultra procesadas. El uso indiscriminado de grasas, endulzantes industriales de mala calidad, como el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF); entre otros saborizantes y colorantes, convierten a los productos en amenazas para la salud. Sin embargo, antes de esta ley, estos alimentos, perjudiciales en exceso, llegaban todos los días a la mesa sin ningún tipo de control y sin información concreta para les consumidores.
Ese es el principal objetivo de la Ley según la ministra de Salud, Carla Vizzotti; quien sostuvo que el “objetivo es la promoción de una alimentación saludable. En ese contexto, el etiquetado frontal es solo una parte que busca dar la información para que las personas tomen las mejores decisiones, y las empresas traten de readecuar sus productos en la medida que puedan”.
Asimismo continuó: “Se otorgaron prórrogas tal como establece la Ley, y muchas de éstas fueron para adecuar los productos. Esto es importante porque nuestro objetivo no es llenar de sellitos, sino que sean más saludables».
En diferentes países la implementación del etiquetado ya es parte del mercado. Aunque en Argentina el parámetro para el etiquetado está establecido en función de los lineamientos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que establece límites más estrictos que otros sistemas. Además también contempla la incorporación de “leyendas precautorias” sobre edulcorantes y cafeína, como sustancias no recomendables para infancias.
Ahora, diferentes organizaciones y militantes, que lucharon por una información más clara que la existente; esperan que el etiquetado sea claro y preciso para tener más herramientas a la hora de elegir qué comer.