Yared, es el nombre artístico de Lucas Garate, un adolescente apasionado por el mundo de la música. En su obra no busca encasillarse en un solo género, sino explorar libremente cada uno de ellos y que fluyan las creaciones de sus canciones sin límites. Si bien ser director de sus propios videoclips y producir sus propias canciones no es nada fácil, Yared cree que nada es imposible.
Nota al Pie dialogó con Lucas Garate para conocer los detalles de sus comienzos y proyectos a futuro.
¿Cómo comenzaste a interesarte por el mundo de la música?
Antes de empezar en el mundo de la música, yo hacía batallas de freestyle. Empecé porque un compañero de la secundaria me había mostrado videos de la Red Bull de 2015. Me puse a ver más y más, hasta que un día, a finales de 2016, fui a una competencia en Villa Luro. Ese fue mi comienzo.
Después se empezó a hacer una competencia en una plaza a cinco cuadras de mi barrio, en la plaza San Nicolás. Ahí empecé a ir todas las fechas, no faltaba a ninguna. Fue perder, perder y perder hasta que uno empieza a ganar batallas, competencias y después a subirse al escenario.
Mi primer paso en el mundo de la música fue cuando “Pache”, justamente el organizador de la competencia a la que iba de mi barrio, me invitó a hacer una colaboración con él. Yo siempre le mandaba mis temas. Me decía que estaba bueno, pero yo nunca activaba, no iba a ningún estudio. Lo hacía porque me nacía y lo dejaba ahí. Un día él me dijo: “Tengo esta pista, prepárate algo y lo vamos a grabar”, y así fue.
Después, ya como yo solo, en 2019 gané una competencia. Se llamaba “El punto freestyle” y uno de los premios era grabar en un estudio de grabación y un video. Entonces ahí me veía obligado a usar el premio, y fui a grabar el tema y el videoclip. Eso fue como un impulso y lancé mi primer tema solo, se llama “Ocasión”.
¿Durante tu infancia ya sentías pasión por la música?
Sí, en realidad me di cuenta que me quería dedicar a la música a los 11/ 12 años. Mis primos me inculcaron música que en mi casa no escuchaba. Mi vieja me inculcó más lo que es la salsa y el reggae; mi viejo, hip hop, rap, reggaetón y música urbana. Mis primos me metían en la cabeza música más del palo del rock pesado. Eso generó una fusión. Escuchaba todo.
Me di cuenta que quería dedicarme a la música porque pedí una guitarra. Mi tío me la regaló, y cuando la vi ya me gustaba. Me interesaba muchísimo. Me la pasaba buscando videos en YouTube sobre cómo tocar ciertos temas.
¿En qué situaciones te inspiras al escribir tus canciones?
Me inspiro en cosas que viví o sentimientos que tuve en algún momento. Básicamente, en las emociones que tuve. Mi tema más significativo es “El día de ayer”, que se lo escribí a una chica que falleció. Es muy importante, el que más tengo presente a la hora de cantarlo.
¿Crees que al ser de La Matanza cuesta más insertarse en lo musical?
Creo que cuesta, a muchos les cuesta. No es solo talento, también constancia y buscar una forma de hacerte ver, de promocionarte. No es solo subir un video en Instagram, buscar la forma de que la gente mire tu contenido y tenga algo distinto; un sonido, algo que esté bueno.
Por eso creo que cuesta. Pero no creo que por ser de La Matanza. Hay mucha gente que tiene talento y en sus temas no tienen más de cinco mil visitas. Por ser de cualquier lado, hasta conozco gente de capital que no tiene tanto reconocimiento.
Nunca me rechazaron por ser de La Matanza. Pero sí, cuando vas a otro lado que no es tu barrio, te dicen: “Vos no sos de acá”, y te tiran la mala por eso. Pero en lo musical, no.
¿A qué se debe tu nombre artístico?
Yared se debe a que la primera vez que estaba yendo a una competencia estaba escuchando una canción de una banda donde canta Jared. Cuando llegué no sabía que nombre ponerme, estaba en pausa la canción y le dije: “Bueno, poneme Yared con ‘y’” y quedó. Después me empezaron a decir así en todos lados, hasta en el colegio o mis familiares.
¿Cuál es tu máximo sueño?
Mi máximo sueño sería tocar en un festival o recital mío repleto de gente. Un Lollapaloza, Cosquin rock, algo así. Que coreen las canciones, que la gente me escuche y haga quilombo en un concierto. Ese es mi sueño.
¿Qué tan difícil es producir tus propios videos?
Es difícil dependiendo del video que quieras hacer. Yo quiero hacer cosas más completas, como en el video “Desde que te vi”. Es un video que está ambientado en una escuela. Mi tía es la directora y por eso pudimos ir, actúa una maestra, el papá de un alumno y los dos alumnos. Tiene una historia de trasfondo, pero me refiero a eso. Me costó porque el director fui yo, solo tuve filmaker y una maquilladora que fue una vecina. Todo a pulmón, gente conocida que me pudo ayudar. Cuesta, pero si uno quiere hacerlo, puede.
¿Tenés en mente algún estreno próximo?
Tengo pensado tres temas que todavía no grabé. Los tengo acá ensayados con la banda, y los estoy puliendo. Dos son románticos, uno más que el otro. Uno tiene un sonido más blues; otro es totalmente distinto, pesado, similar al rock.
No quiero ser solo un rapero, quiero ser un músico que va variando. No quiero encasillarme. Si quiero sacar mañana un reggaetón y al otro día folklore, lo voy a hacer; porque es lo que me nace.