La obra de teatro Cocinando con Elisa de la escritora porteña Lucía Laragione, creativa de muchas dramaturgias, invita a la platea a conocer esta historia sobre una aprendiz gastronómica. La joven es una recién llegada a una estancia donde tendrá que enfrentar a una mujer de carácter al mando de la cocina. Esta imperdible pieza, condimentada con un poco crueldad y mucho sadismo; ejemplifica un claro abuso de poder, tanto laboral como jerárquico, entre la aprendiz y esta mandamás. Las funciones son todos los sábados de junio a las 18.30 h en el Beckett Teatro, Guardia Vieja 3556, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Esta obra vuelve a escena luego de un largo recorrido por distintos escenarios y elencos. Fue premiada en 1994 por la Asociación de Directores de Escena de España, en la primera edición del Premio María Teresa León. No solo conquistó el público nacional en Buenos Aires y varias provincias del interior del país, sino que también fue traducida al francés e inglés, llegando así a otros escenarios europeos de Francia y Portugal. Una atrapante relato que no pierde vigencia en el tiempo, que emociona y hace reflexionar sobre las condiciones y las circunstancias violentas que reina en ciertos ambientes laborales. No solo en las ciudades, sino hasta en una simple cocina de campo.
Una pieza en clave de Grand Guignol
Algo que además suma atracción a esta propuesta, es que la obra se presenta en clave de Grand Guignol. Ese estilo de teatro provocador fue fundado en París en 1897 por el autor y director Oscar Métenier. Las características de ese estilo de teatro era que sus relatos trataban de esposas y maridos infieles que llevaban a cabo venganzas espantosas. Una puesta de mucha crueldad, sangre y grandes cuotas de horror, hasta con extremidades cercenadas o estrangulamientos entre los protagonistas. Algo que luego se trasladó a la gran pantalla, y hoy está dentro del estilo llamado cine gore.
En esta obra conviven algo de esos ingredientes, sobretodo el morbo, la tortura y crueldad por igual, junto al humor ácido. Elementos que no solo condimentan esta relación tormentosa entre la cocinera Nicole y su ingenua ayudante Elisa, sino que subrayan esa condición de sumisión de la joven hacia esta salvaje jefa de cocina.
«Cocinando con Elisa», una obra convocante con un trasfondo social
La actual puesta cuenta con la audaz dirección de Mariana Giovine, quien encontró la manera original de presentar esta pieza de inusual drama con gran cuota de tensión y dinámica. Las actrices se lucen en escena con grotescas interpretaciones bien cuidadas. Gabriela Villalonga y Luciana Procaccini, ensambladas en un gran e impactante desafío, dan lo mejor de sí para que se potencie este cruel juego de rivales de oficio culinario.
Complementan la puesta la acertada iluminación de Fernando Chacoma, el diseño detallado de cocina mano de Alejandro Mateo, quien además es dueño del funcional y clásico diseño de vestuario. Y la música original de Martín Pavlovsky, que suma buen marco a la trama.
Una pieza basada en el horror, que logrará que la platea se conmueva con una batería de emociones, entre la sorpresa, la confusión y la fascinación. A través de la metáfora culinaria y la intertextualidad esta original dramaturgia, rememora a los mecanismos de violencia represiva implementados durante la dictadura.
En la obra se trabaja mucho con la imaginación del espectador, quien tiene una participación muy activa, lo que lo convierte en un tercer miembro de la pieza. Una propuesta clásica y novedosa a la vez, para vivir una tarde de sábado diferente a puro buen teatro.