Este viernes, luego de una semana de acusaciones e incluso advertencias cruzadas, los cancilleres de ambos países se reunieron en Ginebra con el fin de dialogar sobre la crisis diplomática producida a raíz del conflicto ucraniano. Si bien tanto Blinken como Lavrov coincidieron en que las conversaciones fueron útiles, las relaciones del país norteamericano con Rusia se encuentran cada día más frías, con una tensión que sigue en aumento.
La Casa Blanca, a través de su Secretaria de Prensa Jen Psaki, afirmó que “como parte de sus planes, Rusia está sentando las bases para tener la opción de fabricar un pretexto para la invasión, incluso a través de actividades de sabotaje u operaciones de información, acusando a Ucrania de preparar un ataque inminente contra las fuerzas rusas”. Las declaraciones se produjeron luego de una progresiva pero, a su vez, masiva movilización de alrededor de 100.000 tropas rusas en la frontera con Ucrania.
Moscú, por su parte, acusó tanto al gobierno estadounidense como a las potencias occidentales de ser artífices de una campaña de desinformación. La embajada rusa en EEUU, además, afirmó que “la práctica de mover tropas en nuestro propio suelo es nuestro derecho soberano”; al mismo tiempo que desde el Kremlin señalaron que el país norteamericano, como así también sus aliados de la OTAN, pretenden militarizar Ucrania.
Un día antes del encuentro celebrado en Ginebra, es decir el jueves, EEUU habilitó a Estonia, Lituania y Letonia a enviar armas a Ucrania. Joe Biden, actual presidente estadounidense, advirtió que cualquier acción en territorio ucraniano sería considerada una invasión y, por lo tanto, obtendría una “respuesta severa”. Rusia, asimismo, respondió anunciando enormes ejercicios navales para los próximos dos meses.
Las exigencias rusas
El gobierno ruso, a mediados de diciembre del año pasado, instó a EEUU a cumplir una serie de exigencias con el objetivo de reducir los niveles de confrontación. Estos fueron gradualmente aumentando debido al conflicto ucraniano. Un mes después de haber presentado tales requerimientos, la administración encabezada por Vladimir Putin sigue a la espera de una respuesta; advirtiendo que de ella depende la desmilitarización en la frontera con Ucrania.
En primer lugar, una de las demandas más importantes es la prohibición del ingreso de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico del Norte. En esta misma línea, a su vez, el gobierno ruso solicitó a EEUU como al resto de las potencias occidentales el fin del despliegue de tropas de la OTAN en Europa del Este.
“Hemos dejado claro que es inaceptable un mayor desplazamiento de la OTAN hacia el Este (…) ¿Estamos poniendo junto a las fronteras de EEUU? No, es EEUU junto a sus misiles el que ha venido a nuestra casa. Están en nuestras puertas”, sostuvo Putin hace dos semanas en conferencia de prensa. En este sentido, desde el Kremlin aseguran que las exigencias son garantías necesarias para la seguridad de Rusia.
Si bien todavía no existe una respuesta oficial a dichas demandas, algo que se espera que suceda en los próximos días; tanto el país norteamericano como sus aliados de la OTAN calificaron como “inaceptables” los requerimientos rusos. Desde la Casa Blanca aseguraron que “no comprometeremos los principios claves sobre los que se basa la seguridad europea; incluido el de que todos los países tienen derecho a decidir su propio futuro y su política exterior, libres de interferencias externas”.
La amenaza de Biden
Joe Biden, por su parte, advirtió que la Federación Rusa sufrirá un “desastre” si toma la decisión de invadir Ucrania. En este sentido, al mismo tiempo, expresó que “nuestros aliados y socios están listos para imponer severas sanciones e infligir un grave daño a Rusia y a su economía”.
El presidente estadounidense fue duramente criticado tras sugerir que la respuesta de su país cambiaría en función de si la acción militar rusa fuera una incursión menor o una invasión a gran escala. El presidente ucraniano Zelensky, a raíz de las declaraciones de Biden, escribió en sus redes sociales que “queremos recordar a las grandes potencias que no hay incursiones menores ni naciones pequeñas”.
Sin embargo, a través de una declaración, la administración demócrata aclaró que “el presidente Biden ha sido claro con el presidente ruso: si alguna fuerza militar rusa cruza la frontera con Ucrania, se trata de una invasión renovada y se encontrará con una respuesta rápida, severa y unida de Estados Unidos y nuestros aliados”.