El fútbol hace años dejó de ser solo un deporte y se convirtió en todo un negocio. Muchas inversiones lo forzaron a convertirse en un emprendimiento monetario más que importante, para conformar un gran capital. Los clubes lo viven de manera similar en Europa, ya que terminan siendo empresas que pueden quebrar si no se hacen bien las cosas. Durante el mes de diciembre le tocó al histórico club Catania, de manera provisoria hasta el 2 de enero de 2022.
A diferencia de Sudamérica, en Europa los clubes son regidos por dueños y no como organizaciones sin fines de lucro. Aunque, a pesar de que las sanciones pueden venir por varios motivos, en este caso fueron la acumulación de deudas de años anteriores por un mal manejo de fondos. Ante esta realidad financiera, la Corte de la ciudad de Catania decidió oficializar la quiebra del club a través de la sentencia 263; debido a que no se presentó evidencia ni garantías para “salvarlo”.
El club competía en la Serie C (tercera división) tras sufrir el descenso por arreglo de partidos; suceso que fue confirmado por el entonces Presidente Antonio Pulvirenti. Se encontraba ubicado en la posición 12 de la liga y, a causa de ello, se llevará a cabo un recurso para que por lo menos pueda terminar la temporada. Hasta hace un tiempo, cuando estaba en los principales planos del fútbol Italia, era considerado el “equipo más argentino” del Viejo Continente.
El equipo más argentino del Viejo Continente
Sin una gloria europea reconocida entre los clubes, sus tiempos dorados se dieron de la mano de los argentinos. Inició con la contratación de Diego Simeone como DT para la temporada 2010-2011; quien apostaba por grandes logros. Obtuvo el récord de la mejor ubicación del club con el 13° puesto, superado por su sucesor. En aquel plantel dirigido por el “Cholo” había sin ir más lejos casi un equipo titular entero.
El “Dream Team Argentino” se componía con Mariano Andujar, Nicolás Spolli, Pablo Álvarez, Mariano Izco, Sergio Almirón, Lucas Castro, Pablo Barrientos, Gonzalo Bergessio, Mario Paglialunga y Alejandro “Papu” Gómez.
Además pasaron también por las filas del equipo isleño el arquero Juan Pablo Carrizo, los defensores Ezequiel Schelotto y Matías Silvestre, los volantes Pablo Ledesma, Cristián Llama y Ezequiel Carboni; y el famoso ex delantero Maxi López.
No es la primera vez en Italia…
Los ojos de los aficionados italianos han visto un desfile de clubes en bancarrota a lo largo de su rica historia. El antecedente más resonante fue el del Parma pero más que nada como se dio de la noche a la mañana y su posterior resurgimiento. La disolución data del 2015 cuando directrices jurídicas y directivas le informaron la decisión por su situación económica llena de deudas. El club debió restablecerse desde cero en la Serie D.
Era un equipo que tocaba fondo tras buenas campañas y una gran época dorada en los ’90 con títulos de por medio. Lo más memorable de dicho suceso fue también su regreso ya que sólo le costó 3 años volver a la máxima categoría. En tres temporadas repartidas por igual en las 3 divisiones de ascenso logró volver a la élite del fútbol italiano, y aún se mantiene allí.
Además del caso del Parma, es de mero conocimiento lo sucedido con la Juventus en 2006 pero fue por causas de arreglo de partidos y sólo descendió a la Serie B. Por lo que sin mencionar lo de la “Vecchia Signora”, hubo otros casos de disolución institucional en el país con forma de bota, y algunos aún frescos. En la misma temporada que el Parma volvió a primera, tres instituciones fueron declaradas en bancarrota.
Durante el 2018 tanto el Reggiana, Bari y Cesena tuvieron que bajar hasta la última categoría para empezar de nuevo por deudas sin pagar. Sin ir más lejos en esta última temporada hubo un cuarteto que debió descender hasta la D para remodelar su estructura institucional. El Livorno, Chievo Verona, Carpi y Novara fueron los afectados de este año. El promedio en Italia de estos casos de quiebra en los últimos 20 años ronda los 150 clubes que se ven obligados a reinventarse.
Incluso pasó en Argentina…
El resto de los países futboleros no son ajenos a la situación límite de un club que cae en la bancarrota. Dentro de Europa hay casos conocidos en España con Valencia y Mallorca, en Alemania con el Borussia Dortmund. Incluso dentro de Italia hace más de una década le tocó a Fiorentina y Nápoli. Pero también ha sucedido en Sudamerica con el caso del Colo Colo en Chile; o el más emblemático en Argentina con el caso de Racing de Avellaneda.
Con respecto a lo sucedido con uno de los cinco grandes argentinos fue en 1999 que se lo declaró en quiebra por arrastras varios años de deudas. Posterior al anuncio estuvo 10 años bajo el status de bancarrota, lo que provocó que en cierto momento estuviera administrado por una empresa llamada Blanquicelestes que también terminó en quiebra. Recién en 2008 pudieron levantar el estado que tenía el club para permitirles a los socios recuperar la administración.