A 42 kilómetros del pueblo de Aluminé, en el Lote 39 de Quillén, se combate sin cesar el fuego de un gran incendio forestal; que ha consumido más de 1300 hectáreas de bosque nativo constituido por Pehuenes milenarios. Para lidiar con las llamas se encuentran en la zona alrededor de 200 brigadistas y el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Además, está el Servicio de Incendios, Comunicaciones y Emergencias (ICE) del Parque Nacional Lanín.
Les Bomberes Voluntaries y la comunidad Mapuche Currumil están colaborando. El incendio está activo desde la semana pasada a causa de inclemencias climáticas que afectaron la zona. Hace una semana hubo una tormenta eléctrica; la caída de un rayo ocasionó que se prendieran fuegos algunas araucarias e hicieran contacto con distintas plantas naturales tras caer al suelo.
Todo el sur argentino está en estado de alerta por la amplitud que tomó las llamas y la gran expansión que tiene día a día. En tanto, la provincia de Tierra del Fuego está sufriendo siniestros similares relacionados a incendios que ponen en emergencia a los lugareños; aunque con la diferencia de que está por ahora controlado y aún no han pedido apoyo nacional.
Mientras que en Río Negro y en Chubut, les ciudadanes están al tanto de lo que sucede en la localidad neuquina y se mantienen atentes; con el fin de que no cruce la frontera en el caso de la primera provincia. Además, dispondrán apoyo por parte de helicópteros o aviones, si fuera necesario, del lado de Chubut.
Como consecuencia de lo que ocurre en Quillén se inició otro incendio en inmediaciones a la zona de Ruca Choroi, a 14 kilómetros de la localidad de Aluminé. Para este caso se estima que hay más de 5 hectáreas calcinadas por las llamas en su totalidad. Se percibe a menor escala y se ha podido contener a pesar de que se volvió a activar tras trabajos de enfriamiento cuando creían que estaba controlado. Por suerte no se informaron pérdidas animales a pesar de estar allí las granadas de las comunidades.
Testimonios en carne propia
Todos los medios de las zonas cercanas están atentos al minuto a minuto del avance del fuego y la FM Pocahullo de San Martín de Los Andes logró contactarse con dos vecinos que dieron sus declaraciones sobre lo que sufren. La radio comunitaria, de la mano de su corresponsal Yagka Arias, conversó con Carlos Rodríguez, integrante de la comunidad Corrumil, y Ceferino Peña, integrante de la radio comunitaria Aletwy Wiñelfe.
Del lado de Rodríguez, sobre lo que ocasiona el avance del fuego dijo: “Compañeros, simplemente decirles que estamos acompañando a las cuadrillas de incendios de la provincia y manejo del fuego entre otros”. Además, en base a cómo aportan su granito de arena sostuvo: “Armamos una cuadrilla de nuestra gente. No conozco los términos técnicos, en este caso, del incendio”.
La lucha contra el fuego
Para cerrar, el propio Rodríguez, algo emocionado, afirmó: “Solo puedo decir que el fuego sigue avanzando muchísimo, está quemando el bosque nativo, es muy triste, es difícil describirlo”.
Con respecto al segundo testimonio, Ceferino Peña se enfocó en los miles de movimientos que generó el incendio en todos. Primero dijo: “La gente de la comunidad ha colaborado mucho con agua, con caballos, con palas. Hombres y mujeres están trabajando”.
Después por la misma línea sostuvo: “También hay cuadrillas de incendios del parque trabajando. Así está la situación”. De igual manera habló sobre el incendio consecuente en Ruca Choroi y confirmó: “Por la noche se prendió fuego debido al incendio que provenía de Quillén”. Continuó:” Ése está descontrolado mal, muy difícil el acceso para entrar, para que la gente trabaje”.
En cuanto al tema de la ayuda exterior se refirió al destacar que “igualmente ha llegado cuadrillas de San Juan y Córdoba durante última tarde de la tarde para colaborar con el incendio”. “También hay helicópteros, aviones que están cargando agua en el Lago Lácar en la zona de San Martín para venir a Ruca Choroi”.
Continuó con la postura de las consecuencias que dejó el fuego y explicó: “A simple vista la imagen es muy fuerte, una pérdida inmensa de plantas de la zona.” “No hay que lamentar pérdidas animales ni de personas, pero se han perdido casas y una topadora que estaba trabajando se prendió fuego”. Finalizó con la esperanza de todos al agregar: “Ahora está mucha gente trabajando, mucha juventud, hay logística de chicos que llevan comida, viandas, suben y bajan con agua, van a caballo, a pie”.