Este mes, el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, organizó una movida cultural bajo el título Mes de la Cultura Independiente. La programación incluye un abanico diverso de actividades, desde teatro hasta danza.
Son 190 actividades gratuitas donde el público puede armar su propia agenda cultural en 149 espacios culturales, la mayoría independientes. Arrancó el 6 de noviembre y se extenderá hasta el 30. Justamente en esa fecha se presenta “Las Encadenadas”, una comedia llena de misterio. Ambientada en Carhué, en el límite con Epecuén, provincia de Buenos Aires.
La función es gratuita y libre (por orden de llegada) en el Centro Cultural Sábato (Uriburu 763, CABA).
Para Más información y grilla completa del mes en: https://vivamoscultura.buenosaires.gob.ar/contenido/8189-disfruta-el-mes-de-la-cultura-independiente
Una comedia tragicómica
Dos compañeras de trabajo se verán comprometidas en un hecho singular cuando llega el dueño del lugar. Un crematorio en el cementerio de Carhué, muy cercano a la zona que décadas atrás fue invadida por las aguas. Dejando así familias sin hogar y trabajo, un trauma que aún hoy persigue a les afectades. Teniendo ese marco por detrás, Juan Mako, su autor y director, armó una comedia tragicómica, increíble donde la comicidad, realismo e intriga, son piezas claves junto a buenísimas actuaciones en esta pieza de teatro documental.
Una de las claves justas para comprender las personalidades de las protagonistas, es visualizar que tiene algo sin resolver de ese pasado trágico. El nombre de la obra refiere no solo a las lagunas encadenadas de la zona, sino al juego de enredo que viven este par de amigas. Pero el autor también deja entender por detrás que lo sucedido en la región, también fue producto de una cadena de negligencias por parte de la política. La puesta ideada por Mako es muy cinematográfica, con un principio de comedia, donde poco a poco muestra, para instalarse de lleno, la intriga.
Un equipo para destacar
Las actrices realizan un fenomenal trabajo, son un gran equipo. Tan eficientes en la composición de sus personajes, a su manera propia. Monica Driollet como Graciela, crea un personaje entre lo grotesco y lo ingenuo. Cecile Caillon brilla, como la mordaz y ácida Esther. Y también muy sólidos los papeles masculinos que complementan la trama. Además de una perfecta escenografía, vestuario e iluminación, que no sólo enmarcan la acción sino que potencian lo que pasa en escena.
Los muy bien caracterizados personajes mantienen la intriga hasta el final. Mako tiene el don de contar lo no contado, con diálogos tan creíbles y naturales. Elegir correctamente el tono y el ritmo de la historia, logrando un muy embriagante aroma de suspenso, de conmoción, de intranquilidad. Con un marco además histórico y político, un cuento trágico plasmado por tres ricos personajes. En un intento de rearmar la necesidad de falta de espacio propio, y el no alcanzar jamás la conexión con el otre.