Este jueves 25 de noviembre a las 18:30 se estrena “Taranto”, una crónica documental de Víctor Cruz. El estreno se realizará en el Centro Cultural 25 de Mayo, en Av. Triunvirato 4444, Ciudad de Buenos Aires, con entradas por $40 y $80.
La filmación se desarrolla en Italia, donde se ubica la acería más grande de Europa. La fábrica tiene que cerrar por la contaminación ambiental que causa. Generando una división entre las realidades de quienes denuncian la situación ambiental y defienden la salud, y quienes temen quedarse sin empleo.
Taranto fue seleccionada como mejor película en el Ecológico International Film Festival 2021 y obtuvo una mención especial en el festival Patagonia Eco 2021. A partir del estreno, estará disponible para visualizar en la plataforma Contar.
Víctor Cruz, director de la filmación, contó a Nota al Pie sobre Taranto:
¿Por qué decidiste filmar Taranto?
Me conmueve el drama humano, social y ambiental que ocurre allí, donde está la fábrica de acero más grande de Europa, que da trabajo a unas 12.000 personas y que contamina el aire, el agua, la tierra y los alimentos provocando enfermedades muy graves, sobre todo cáncer.
Me parece que en Taranto se expresa de manera salvaje el paradigma de desarrollo económico e industrial que rige nuestro tiempo y que lo que está pasando allí es algo que también sucede en otras geografías y con otras industrias.
¿De qué trata principalmente el documental?
Los protagonistas del documental son los habitantes de Taranto y los trabajadores de la planta, los acompañamos en su vida diaria, en los lugares que trabajan y donde viven.
También contamos la historia de esta ciudad del sur de Italia, desde el mito fundacional pasando por su pasado rural, por la acelerada industrialización post-guerra y por este presente distópico de enfermedad y muerte que trajo como consecuencia.
¿Qué objetivo tiene la filmación y qué reflexiones deja Taranto?
Mi objetivo es visibilizar esta historia, creo que es terrible aceptar la enfermedad, el dolor y la muerte como la contracara del trabajo. Trabajo y salud no pueden ser derechos contrapuestos.
Si queremos Justicia social, debemos luchar por la Justicia ambiental, esto significa repensar el paradigma de producción y consumo y enfrentar grandes cambios sociales, culturales y económicos.