La tenencia de bombas nucleares por parte de las grandes potencias sigue siendo una preocupación internacional. En esta ocasión, Estados Unidos e Israel reafirmaron el incumplimiento de Irán en cuanto al desarme de su programa nuclear.
Representantes gubernamentales de ambos países aseguraron que podrían recurrir a la fuerza si el gobierno iraní no cumple los acuerdos internacionales. Estos obligan al país de Oriente Medio a realizar un proceso de desnuclearización.
Ante el estancamiento de las negociaciones, el secretario estadounidense Antony Blinken y su par israelí Yair Lapid, ofrecieron este miércoles 13 de octubre una conferencia de prensa. Según afirmó la agencia de noticias AFP, Blinken remarcó “estamos unidos en la determinación de que Irán no debe ser autorizado a dotarse de un arma nuclear».
Sostuvo que «el camino diplomático es lo más efectivo para asegurar que eso no ocurra». Pero no descartó el uso de medidas más extremas: “estamos preparados para volcarnos hacia nuevas opciones si Irán no cambia el rumbo», afirmó.
El ministro israelí de Exteriores, Yair Lapid, fue más directo. Declaró “creo que todos entienden -aquí, en Israel, en Emiratos – lo que eso significa». Y continuó: “si un régimen terrorista comprara un arma nuclear, debemos actuar. Debemos dejar en claro que el mundo no lo permitirá. Israel se reserva el derecho de actuar en un momento dado de cualquier manera».
“Hemos superado los 120 kilos”
Estas fueron las alarmantes declaraciones que precedieron a los dichos de Estados Unidos e Israel. El jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán, Mohamad Eslami, anunció que el régimen produjo hasta ahora 120 kilogramos de uranio enriquecido al 20%.
“Hemos superado los 120 kilos. Tenemos más que esa cifra”, dijo Eslami a la televisión estatal iraní el martes 12 de octubre. Y dio una justificación. Según afirmó, la comunidad internacional debía entregar a Irán uranio enriquecido al 20% para el reactor de Teherán.
Esto se debe al acuerdo que firmaron los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Gran Bretaña, China, Francia, Rusia y Estados Unidos), Alemania e Irán. El JCPOA ( según sus siglas en inglés) se pronunció en julio de 2015, en Viena. Establecía que les iraníes solo podían producir 3,67 % de uranio.
El objetivo era evitar que Teherán construyera un arma nuclear. A cambio, se levantarían ciertas sanciones internacionales que habían estado vigentes contra Irán durante años.
Mohamad Eslami aseguró en la televisión iraní que los países no le brindaban el uranio suficiente para el funcionamiento del reactor de Teherán. Por eso, lo generaron de manera nacional. Según agregó, “este combustible es una de las necesidades básicas de nuestro país”.
La cantidad es alarmante. Si bien el 20 % confirmado por Eslami es lejano al 90% de uranio enriquecido que se necesita para generar la bomba nuclear, el número supera ampliamente al 3,67% permitido
La situación internacional
Aunque los países participantes del JCPOA ofrecieron el levantamiento de sanciones económicas a Irán a cambio de su desarme nuclear, en 2018 el pacto se rompió. Fue Donald Trump quien abandonó unilateralmente el pacto y volvió a imponer las sanciones.
El nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, volvió a incorporarse en el JCPOA. Irán y Estados Unidos celebraron este año seis rondas de conversaciones indirectas sobre la vuelta al cumplimiento del acuerdo nuclear, con la mediación de la Unión Europea.
Pero los últimos contactos fueron en junio de 2021. Luego se instaló un nuevo gobierno iraní, de línea dura más dura que el anterior. Desde ese momento, se frenaron las negociaciones. Irán ha dicho que está listo para reanudar las conversaciones «pronto», pero no hay ninguna fecha fija.
Por su parte, el coordinador de la Unión Europea de las negociaciones con Irán, el diplomático español Enrique Mora, visitará Teherán hoy. Su meta es discutir el restablecimiento del acuerdo atómico y la situación en Afganistán.