
En diálogo con Página/12, la familia contó la lamentable situación que vivieron el 16 de junio al llegar al Aeropuerto de Ezeiza y denunció que se violaron sus derechos humanos. Se trata de cinco palestinos que arribaron al país para vacacionar con la documentación correspondiente, visas emitidas por la propia embajada argentina en Tel Aviv, carta de invitación, certificados de buena conducta, seguro médico, reserva de hoteles y pasajes de regreso. Sin embargo, fueron retenidos más de 24 horas y sometidos a vejaciones por parte de los funcionarios de migraciones.
En el marco del alineamiento de Javier Milei con la política migratoria de Donald Trump, como así también con Estados Unidos e Israel en el conflicto de Medio Oriente, la familia palestina aseguró que se trató de una “detención ilegal”. A su vez, mencionó que padecieron un “trato degradante y deportación forzada por parte de las autoridades migratorias argentinas”.
La familia de empresarios, de apellido Abu Farha, se dedica al turismo en Tierra Santa. El día de su llegada, los esperaban sus socios del rubro en el país. Alarmados por el paso de las horas sin novedades, contactaron una abogada que fue a Ezeiza. Esa abogada intentó tomar contacto con los cinco palestinos para constituirse en su asesora legal, pero se lo negaron. Ante esto, otro letrado, el Dr. Uriel Biondi, presentó un hábeas corpus cuando ya llevaban 16 horas retenidos sin ningún tipo de explicación. El personal de Migraciones sólo les permitió hablar con diplomáticos palestinos.
Eso no es todo, ya que Sandy Bassam Hanna Abu Farha, una de las hijas de la familia, relató que un agente migratorio les dijo que tenían que firmar un documento para acceder a la zona de embarque, donde están los restaurantes, para poder comer. Pero en realidad se trataba del papel de su deportación por “falsos turistas”. Según comentó al medio antes citado, el documento estaba en español y no les brindaron un traductor, aunque lo solicitaron.
Tras 25 horas retenidos en Ezeiza, finalmente los cinco palestinos fueron deportados en un avión directo a Estambul.
¿Qué dicen desde el Gobierno?
Página/12 se comunicó con el Gobierno para pedir explicaciones sobre lo sucedido. Las autoridades confirmaron el rechazo del ingreso, argumentando que surgió una alerta internacional para uno de los miembros de la familia al momento de ingresas. No obstante, no hubo precisiones sobre el motivo de la alerta ni la fuente que la emitió. “Se confunde al ciudadano Bassam Hanna Issa Abouferha con otra persona, situación que fue aclarada”, indica el hábeas corpus presentado ante el Juzgado Federal N° 1 de Lomas de Zamora.
Respecto a la supuesta alerta que apareció al hacer el trámite migratorio de su padre, Sandy detalló: “Hace siete años, mi padre envió dinero a China y se negaron a ingresarlo. Nos informaron sobre una alerta por una persona del mismo nombre. Enviamos al banco su pasaporte, que muestra el nombre de su madre. Con eso nos dijeron que estaba resuelto, que solo tenían nombres similares con otra persona. Desde entonces, cuando viajamos, llevamos un documento de aclaración sobre esto, pero nunca nos lo pidieron en ningún lado”.
“Deberían haber venido a decirnos cuál era la situación. Se los hubiera aclarado de inmediato. Si mi padre tuviera algún problema, no podría viajar a China dos veces al año y a Europa al menos diez veces al año. Vieron nuestros pasaportes llenos de sellos y visas”, agregó.
Los allegados argentinos de la familia Bassam Hanna Abu Fhara sostienen que la situación es un acto de discriminación por nacionalidad: “Esto fue un caso de xenofobia de acá a la China. Y fue porque eran palestinos. Tenían tickets de ida y vuelta, estadía, todo comprobado. Ahora ellos van a avanzar hasta la última instancia porque el trato que recibieron acá no lo recibieron nunca en su vida”.