
La escalada bélica entre Israel e Irán, en la que ahora se involucró directamente Estados Unidos, reconfiguró el tablero diplomático mundial. Argentina eligió su lugar sin matices. Javier Milei respaldó los ataques contra Irán y profundizó su alineamiento con Israel y Estados Unidos. ¿Cuáles serán las repercusiones internas y externas de esta decisión?
El Presidente argentino utilizó las redes sociales para mostrar el apoyo a la ofensiva norteamericana, rompiendo con la tradición argentina de neutralidad como lo hizo Carlos Saúl Menem en la década del ‘90, esperemos sin sus consecuencias. La muestra más clara de estas relaciones y la involucración argentina en este conflicto fue el reciente posteo del ministro de Relaciones Exteriores de Israel Gideon Sa’ar, luego de confirmar nuevos ataques a Irán. Él mencionó y etiquetó a Milei, quien también lo retuiteó: “Le advertimos a Irán una y otra vez: dejen de atacar a los civiles. Continuaron, incluso esta mañana. Nuestra respuesta: Viva la libertad, carajo!”.
Reacciones a los ataques
El sábado, Donald Trump afirmó en la red Truth Social que habían completado “con éxito” un ataque a tres instalaciones nucleares en Irán. Estos ataques los realizó sin haber pasado por las Naciones Unidas (ONU) ni el Congreso. Por esa razón generó un rechazo en el organismo internacional. El secretario general de la ONU Antonio Gutierres, señaló que se sintió “gravemente alarmado por el uso de la fuerza de Estados Unidos” que “no hay solución militar” que reemplace a la diplomacia y que esta escalada “es una amenaza directa a la paz internacional y la seguridad”.
A diferencia de Argentina, el resto de los países latinoamericanos repudiaron el ataque estadounidense. El presidente boliviano Luis Arce los consideró “arbitrarios”. Gabriel Boric, de Chile, llamó a retomar “el diálogo y a privilegiar los canales diplomáticos para alcanzar una solución pacífica a la grave crisis en curso”. Por su parte, la cancillería peruana pidió “priorizar los canales diplomáticos para la búsqueda de una paz justa y duradera”.
En el caso argentino, no hubo un comunicado oficial desde la presidencia. Sino que Milei retuiteó en X a sus funcionarios que salieron a respaldar a Donald Trump. El primero fue el del ministro de Defensa Luis Petri, que escribió que “garantizar la paz en el mundo es luchar, siempre y en todo lugar, contra el terrorismo y sus armas nucleares” y le agradeció al Presidente y señaló que están “del lado correcto de la historia”. También, entre los cientos de tuits que repostea diariamente, estuvo el del vocero Manuel Adorni que decía: “Terrorismo nunca más. Fin”.
El ejército digital del Gobierno reforzó el apoyo a Estados Unidos y el ataque a Irán. El director de Comunicación Digital Juan Carreira (conocido como “Juan Doe” en las redes) mencionó a Trump como “el mejor presidente de la historia moderna” de Estados Unidos. Mientras que Agustín Romo, jefe de bloque de La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados bonaerense, dijo lo mismo que Petri, aclamando que es la “primera vez que Argentina está del lado correcto”.
Previamente, en una entrevista con LN+, Milei ya había confirmado su apoyo innegable hacia Israel. Allí expresó que “Irán es un enemigo de Argentina porque quiere destruir a la única democracia libre de Medio Oriente”. Además, dijo que “Israel está dando la batalla de occidente”.
Posibles repercusiones en Argentina
Desde la llegada de Javier Milei a la presidencia, la relación de Argentina con Israel y Estados Unidos se volvió cada vez más cercana. Ambos países son de los más visitados por el mandatario. Entre el 9 y el 12 de junio estuvo en el país asiático, donde visitó, entre otros lugares, en el Muro de los Lamentos junto al primer ministro Benjamín Netanyahu.
Cuando estuvo en Tel-Aviv, Milei firmó el “Memorándum En Defensa de la Libertad y la Democracia Contra el Terrorismo y el Antisemitismo”. Ambos gobiernos “se comprometen a afianzar los lazos en la lucha contra el terrorismo y el antisemitismo, impulsando la defensa de las libertades y la democracia”. El Memorándum, además, “sienta las bases para una colaboración intensiva en materia de defensa y seguridad”.
Otro de los anuncios durante esta gira fue el cambio de lugar de la embajada de Argentina en Israel, que pasaría a estar en Jerusalén occidental. Ambas decisiones podrían tener consecuencias en el país.
En conversación con Sputnik, el analista internacional argentino Gonzalo Fiore reflexionó: “Posicionarse de esa manera puede tener graves consecuencias para Argentina, porque es arrastrar al país a un conflicto en el que no tenemos nada que ver debido a que no tenemos intereses en la región. Argentina no debería involucrarse y no sabemos cuáles pueden ser las consecuencias de hacerlo”.
En el mismo medio, otro analista, Juan Alberto Rial, comunicó su preocupación por el cambio de lugar de la embajada que “convierte a Argentina en un potencial blanco de un atentado terrorista en el futuro” porque “se trata del tipo de acciones de política exterior que tienen consecuencias de esa naturaleza, como ya sucedió durante la década de 1990”.
Por este apoyo del Gobierno argentino, según el medio La Política Online, “el ministerio de Relaciones Exteriores envió una circular telegráfica a todas las embajadas argentinas en los países de Medio Oriente para que se refuerce la seguridad e instó a los embajadores a enviar informes diarios sobre la situación”. Fuentes diplomáticas les dijeron que “hay que prestar atención a las embajadas en Siria, El Líbano, Palestina y Egipto”.
Dentro del país, Eduardo Toniolli, diputado de Unión por la Patria, presentó una solicitud formal de juicio político hacia el Presidente por su declaración de apoyo incondicional de Argentina hacia Israel y Estados Unidos y por decir que Irán es “nuestro enemigo”. “El intento de involucramiento de Argentina en un conflicto bélico internacional sin pasar por el Congreso es una violación de toda nuestra normativa. Es el Congreso el que habilita, o no, al Poder Ejecutivo a la paz y a la guerra”, explicó el santafesino.