La lucha olímpica es un disciplina que viene creciendo en nuestro país. Desde 2012, la Federación Argentina de Lucha Asociadas (FALA) y la Asociación Bonaerense de Lucha (ABLA) llevan adelante una campaña de desarrollo de las luchas olímpicas en la Argentina. Para ello, cuentan con el apoyo de las autoridades del deporte nacionales, provinciales y municipales que poco a poco descubren a la lucha olímpica como una gran herramienta educativa, formativa y terapéutica.
Vale recordar que la lucha libre es olímpica desde la primera edición de los Juegos Olímpicos modernos en Atenas 1896. La lucha grecorromana, una de las disciplinas de la lucha, también se incluyó ese mismo año, mientras que la lucha libre (estilo libre) se añadió a los Juegos Olímpicos de San Luis en 1904. La lucha libre femenina se convirtió en un evento olímpico, cien años después, en Atenas 2004.
Nota al Pie habló con el director de desarrollo de FALA y presidente de la ABLA, Carlos Alberto Vario, sobre el sistema que implementaron en distintos pueblos y ciudades del país para encontrar personas idóneas en la lucha olímpica y también profesores a quienes les interese capacitarse como instructores de lucha.
Qué es la lucha olímpica
La lucha olímpica se hace en dos estilos, la tradicional lucha greco-romana y la lucha libre. El reglamento de cómo hacerlas es igual para ambas, pero con una sola diferencia: en greco-romana no se pueden tocar/tomar las piernas con los miembros superiores (brazos/manos) ni haber contacto de las piernas entre sí, mientras que en lucha libre sí está permitido.
La practican tanto varones como mujeres, niños, adolescentes y adultos, ya que una de sus características más importantes es que cualquiera puede ejercitarla.
El reglamento establece una serie de prohibiciones que preservan a los deportistas. En ese sentido, indica que no debe realizarse ninguna acción que provoque dolor o sean peligrosas para la salud, como morder, pellizcar, tomar de los dedos, tocar la garganta o la zona de los ojos, nariz y boca, golpear, retorcer o hacer palancas contra natura en los miembros y/o articulaciones, etc.
Los entrenamientos en la lucha olímpica se pueden hacer con cualquier ropa deportiva. No es necesario disponer de ropa especial.
Las categorías se dividen por sexo y por edades. A su vez, las edades se subdividen por rangos de peso y tiempo de experiencia. Durante sus primeros tiempos de práctica, se jerarquiza a los deportistas como novicios y luchan con sus iguales hasta que se determina el cambio de categoría.
El combate de la lucha olímpica se desarrolla sobre una colchoneta de amplias dimensiones, con dos luchadores, un árbitro y dos jueces. Dura unos minutos de tiempo máximo y si al finalizar ningún luchador venció a su oponente por puesta de espaldas (apoyar ambos omóplatos sobre la colchoneta en forma simultánea), vence el luchador que acumuló más puntos a su favor.
La lucha olímpica en Argentina
La lucha olímpica como deporte tuvo un papel importante en la historia del deporte argentino, con logros significativos en los Juegos Panamericanos y el desarrollo de la FALA.
La Federación fue fundada en 1928, impulsando el desarrollo de la lucha en el país. Después de la Primera Guerra Mundial, el ingreso de inmigrantes europeos -entre los que se encontraban Campeones Mundiales y Olímpicos de Lucha– trajo aparejado un gran desarrollo a nivel nacional. Sin embargo, era tal la diferencia entre extranjeros y luchadores nacionales que la Federación decidió realizar dentro del calendario anual el campeonato nacional para los extranjeros y el campeonato argentino para los atletas nacionales.
Agustín Destribats fue el primer luchador argentino en ganar una medalla panamericana en lucha libre, luego de 24 años, con su victoria en el Campeonato Panamericano disputado en Monterrey, México, en mayo de este año. La victoria significa un momento histórico para la lucha argentina, ya que se trata del primer título panamericano de la historia para la disciplina.
En diálogo con Nota al Pie, Carlos Alberto Vario mencionó: “En las décadas del 40 y 50 estábamos en ese camino y por diversos motivos se inició una decadencia que culmino en el año 2001”. “De a poco se fue regenerando hasta el año 2012, cuando la Secretaría de Deportes de la Nación y la Provincia de Buenos Aires incluyeron la lucha en los Juegos Deportivos Nacionales Evita y los Juegos Bonaerenses”, explicó.
Su difusión hoy en Argentina
Desde la Dirección de Desarrollo de la FALA realizan capacitaciones con el fin de incrementar de manera cuantitativa y cualitativa las luchas olímpicas en todo el territorio de la República Argentina.
Tienen varias alternativas para lograr el objetivo, ya sea directamente desde la FALA o coordinándolas con los Institutos de Formación Docente de la Educación Física, Profesorados, Universidades, clubes, responsables de capacitaciones en municipios y provincias, así como directores, subsecretarios y secretarios, ministros de Educación y Deportes municipales, provinciales y nacionales.
“Desde que soy coordinador, tenía la idea de buscar gente en las ciudades y pueblos, capacitarlos y que inicien la actividad en donde viven”, dijo Vario. Además, destacó que al asumir en 2012 había algo de lucha olímpica en unas cinco provincias de nuestro país y que hoy tienen lucha en toda la Argentina.
“Cuando la gente conoce lo que es este deporte, se incluye. Las artes marciales y deportes de combate agresivos hacen que la palabra lucha sea mal vista y la gente piensa que son todos iguales, pero la lucha es otra cosa”, concluyó.