La Oficina de Copyright de los Estados Unidos publicó la tercera parte de su informa acerca de la Inteligencia Artificial y derechos de autor. En esa ocasión, el estudio se centra en el uso de obras protegidas por derechos de autor en el entrenamiento de sistemas de IA generativa.
En ese marco, el informe pregunta: ¿es legal que las empresas de inteligencia artificial utilicen obras protegidas por derechos de autor para entrenar sus modelos? En ese sentido, señala que no hay una norma clara que determine si este uso de contenido protegido es legal. En este punto, vale explicar que la mayoría de los sistemas de IA generativa, como los que escriben textos, generan imágenes o componen música, se entrenan con grandes volúmenes de datos disponibles en internet. Entre ellos hay muchísimas obras protegidas por derechos de autor: artículos periodísticos, novelas, ilustraciones, canciones, entre otros.
Por su parte, las empresas tecnológicas suelen ampararse en el principio del “uso justo”, que permite ciertos usos sin permiso del autor. Sin embargo, la Oficina es prudente y advierte que no se puede asumir que entrenar una IA con obras protegidas entre automáticamente dentro del uso justo.
Pero, ¿a qué se refieren con uso justo? Es un concepto flexible que depende de cuatro factores: La finalidad del uso (¿es educativo, comercial, transformativo?); la naturaleza de la obra original; la cantidad utilizada; y el efecto en el mercado de la obra original.
Según el informe, el entrenamiento de modelos con grandes volúmenes de contenido no suele cumplir con todos estos criterios, especialmente si se hace con fines comerciales o si puede reemplazar la necesidad de acceder a la obra original (como ocurre, por ejemplo, cuando una IA resume un libro sin que el lector tenga que comprarlo).
Por ello, en lugar de atenerse a la ambigüedad legal o a demandas judiciales, la Oficina de Derechos de Autor sugiere avanzar hacia sistemas de licencias que permitan el uso de obras protegidas de forma transparente y remunerada. En esa línea, el informe menciona la creación de acuerdos de licencia colectiva, como los que ya existen en la industria musical; promover modelos voluntarios en los que los creadores puedan autorizar o rechazar el uso de sus obras; y establecer registros o mecanismos para identificar qué obras se están utilizando.
El despido de la directora de la Oficina del Derecho de Autor
Tras la publicación del informe, el presidente Donald Trump destituyó a la directora de la Oficina del Derecho de Autor, Shira Perlmutter. El despido se da luego de que el mandatario destituyera a la mujer que contrató a Perlmutter: la bibliotecaria del Congreso estadounidense, Carla Hayden.
El informe era muy esperado en Silicon Valley, ya que varios gigantes tecnológicos están involucrados en decenas de demandas judiciales por el uso de contenido protegido para entrenar IA. A esto se le suma el pedido de Jack Dorsey, cofundador de Twitter, y Elon Musk, para eliminar las leyes de propiedad intelectual.
La directora ejecutiva de la Asociación de Editores Estadounidenses (AAP), María A. Pallante, se manifestó sobre los despidos y sostuvo “debemos considerar a largo plazo la misión y el bienestar de la Oficina de Derechos de Autor, ya que es importante por muchas razones, no solo por sus informes imparciales sobre temas importantes, sino también por examinar y registrar los intereses de los derechos de autor, lo que brinda importantes beneficios legales”.
Previo a la decisión de Trump, se realizó la reunión anual AAP, donde editores y expertos legales alzaron la voz contra el uso no autorizado de contenido protegido por derechos de autor para entrenar modelos de IA. El abogado Maxwell V. Pritt, representante de escritores y editoriales en litigios contra empresas como Meta, afirmó que las compañías tecnológicas alimentan sus modelos con material extraído de bases de datos pirateadas, violando el copyright.
Por su parte, el profesor Jonathan Barnett, especialista en derecho de propiedad intelectual de la Universidad del Sur de California, comparó la situación con el caso Google Books, donde se intentó justificar el escaneo masivo de obras bajo la doctrina del uso justo. Barnett advirtió que las tecnológicas buscan replicar esta estrategia para evadir licencias, amparándose en que el uso de datos para entrenar algoritmos no compite directamente con el mercado original de los contenidos.
En este contexto más de 400 artistas en Reino Unido (Elton John, Dua Lipa y Coldplay, entre otros) exigieron “protección y poner la transparencia en el centro del régimen de derechos de autor”. Los artistas firmaron una carta digital dirigida al primer ministro británico Keir Starmer, en la que hacen un llamado para actualizar las leyes de derechos de autor, ante el desarrollo de tecnologías como la Inteligencia Artificial.