El término «turismo marrón» fue utilizado de manera despectiva por Sergio Santana, exconcejal del PRO, para referirse a los visitantes de la costa atlántica, lo que desató un repudio generalizado en Mar de Ajó y en todo el país. Su comentario, expuesto en redes sociales, evidenció un claro gesto de desprecio hacia los sectores populares que veranean en la zona.
Aunque luego intentó matizar sus dichos, el exfuncionario reafirmó su discurso discriminatorio al argumentar que se refería a “negros de mente”. Este episodio se enmarca en una creciente ola de discursos de odio promovidos por sectores de la derecha, que buscan legitimar la exclusión y la estigmatización de las identidades marrones en el país.
Un comentario racista sin filtro
El exconcejal macrista publicó su comentario en la red social de Instagram como respuesta a una queja sobre turistas que llevan parlantes a la playa. “Este año se llenó de turismo marrón, lamentablemente”, escribió sin filtros. La frase, lejos de ser un simple exabrupto, encierra una carga discriminatoria evidente: alude al color de piel de quienes Santana considera indeseables en las playas de la costa.
Luego de la viralización de su mensaje y ante las críticas, el exfuncionario intentó defenderse en una entrevista con el canal TVC5. En lugar de retractarse, profundizó su discurso racista con el argumento de que el problema “no es el color de piel, sino la mente de las personas”.
En su intento de justificar lo injustificable, Santana recurrió a una clásica estrategia del racismo argentino: el concepto de “negros de mente”, un eufemismo que refuerza la segregación y el desprecio hacia ciertos sectores sociales.
La estigmatización de los sectores populares
El discurso de Santana, no es un hecho aislado. De hecho, el “turismo marrón” es una construcción de sentido fuertemente instalado que hace referencia a la falta de educación y respeto. En su lista de críticas incluyó la música fuerte, los juegos en la arena y hasta el caso de una tonina varada en Mar del Tuyú, que algunos turistas fotografiaron antes de que pudiera ser rescatada.
Sin embargo, el exconcejal no mencionó la desigualdad estructural que impide a muchas familias acceder a vacaciones dignas o la precarización laboral que afecta a gran parte de la población trabajadora en la Argentina de Milei.
Este tipo de discursos discriminatorios no son nuevos y desde el avance de la derecha en el país son legitimados e instalados desde lugares políticos. En Argentina, el racismo estructural ha invisibilizado históricamente a las identidades marrones y ha negado la diversidad étnica del país.
En este contexto, organizaciones como Identidad Marrón vienen denunciando la persistente discriminación que sufren las personas indígenas, migrantes y campesinas en distintos ámbitos, desde el acceso a derechos hasta la representación en los medios de comunicación.
La lucha contra el racismo en Argentina
La organización civil se ha consolidado como un espacio clave en la visibilización del racismo estructural en el país. Conformada por personas de ascendencia indígena, migrante y campesina, denuncia la discriminación cotidiana que atraviesan los sectores racializados en Argentina.
A través del artivismo, charlas, encuentros y producciones audiovisuales, el colectivo busca deconstruir estereotipos que han sido impuestos por siglos de colonialismo y desigualdad.
En Argentina, la negación del racismo es parte del problema. La idea del “crisol de razas” ha servido para blanquear la historia y excluir a quienes no encajan en ese relato. Desde la policía hasta los discursos políticos, la discriminación sigue presente más que nunca y se traduce en prejuicios cotidianos que afectan el acceso a derechos fundamentales.
El episodio protagonizado por Santana no es un hecho aislado, sino un reflejo del racismo naturalizado en la sociedad. En un contexto donde los discursos de odio ganan terreno, la lucha antirracista es más urgente que nunca. Visibilizar, denunciar y cuestionar estas expresiones de discriminación es clave para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria.