En las primeras horas del domingo por la mañana, las fuerzas de oposición declararon que Siria estaba liberada del régimen del presidente Bashar al-Assad, mientras avanzaban hacia la capital. El expresidente al-Assad supuestamente huyó de Damasco, aunque aún no hay información sobre qué país lo recibirá. El colapso de más de 53 años de gobierno de la familia al-Assad ha sido descrito como un momento histórico, casi 14 años después de que los sirios iniciaran protestas pacíficas contra un gobierno que respondió con violencia, desatando una sangrienta guerra civil. Hasta hace apenas una semana, el régimen aún mantenía el control sobre partes significativas del país. Entonces, ¿cómo se desmoronó tan rápido?
¿Cuándo comenzó todo?
El 27 de noviembre, una coalición de combatientes opositores lanzó una ofensiva importante contra las fuerzas progubernamentales.
El primer ataque se produjo en la línea del frente entre la gobernación de Idlib, controlada por la oposición, y la vecina Alepo.
Tres días después, los combatientes de oposición tomaron Alepo, la segunda ciudad más grande de Siria.
¿Quiénes llevaron a cabo esto?
Llamada «Operación Disuasión de la Agresión», la ofensiva fue liderada por varios grupos armados de oposición sirios encabezados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS), con el apoyo de facciones aliadas respaldadas por Turquía.
HTS, liderado por Abu Mohammed al-Julani, es el grupo más grande y organizado, habiendo gobernado la gobernación de Idlib durante años antes de esta ofensiva.
Otros grupos que participaron en la operación fueron el Frente Nacional de Liberación, Ahrar al-Sham, Jaish al-Izza y el Movimiento Nour al-Din al-Zenki, además de facciones respaldadas por Turquía bajo el paraguas del Ejército Nacional Sirio.
¿Cayó toda Siria?
Probablemente. Aunque los combatientes de oposición no entraron en Latakia y Tartus, gobernaciones costeras consideradas bastiones de al-Assad.
Los rebeldes avanzaron rápidamente: en cuestión de días tomaron Hama y Homs, ciudad que alguna vez fue apodada “Capital de la Revolución” durante los primeros años de la guerra.
El sábado, Deraa, el lugar de nacimiento del levantamiento de 2011, también escapó del control gubernamental.
El ejército sirio anunció que estaba “reubicándose y reposicionándose” en la provincia y en la cercana Sweida, pero eso no dio resultados.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés), con sede en el Reino Unido, informó que las tropas sirias se retiraban de posiciones en Quneitra, cerca de los Altos del Golán anexados por Israel.
¿Por qué cayó al-Assad tan rápido?
Siria estaba sufriendo un colapso económico, aparentemente sostenido en gran medida por el comercio ilícito de la droga Captagon.
Al-Assad se volvió enormemente impopular, ya que la supervivencia diaria se hizo cada vez más difícil, incluso para sus propios soldados, la mayoría de los cuales no querían luchar por él.
Se informó que soldados y policías abandonaban sus puestos, entregaban sus armas y huían ante el avance de la oposición.
Militarmente, el régimen de al-Assad había sido débil durante años, dependiendo del apoyo militar de Rusia e Irán para mantenerse a flote. Sin embargo, Rusia estaba empantanada en su invasión a Ucrania, e Irán y su aliado libanés Hezbolá habían sido debilitados por ataques israelíes, por lo que no pudieron rescatar al ejército sirio en declive.
¿Dónde está al-Assad?
Aún no se sabe dónde está al-Assad.
Según el primer ministro sirio, Mohammad Ghazi al-Jalali, él y el ministro de Defensa, Ali Abbas, se encuentran en paraderos desconocidos, y comunicó que perdieron contacto con ellos el sábado por la noche.
El jefe del SOHR, Rami Abdel Rahman, dijo que al-Assad abandonó Siria a través del aeropuerto internacional de Damasco mientras estaba asegurado por el ejército, que luego lo abandonó, permitiendo que los combatientes de oposición tomaran el control.
¿Todo el gobierno huyó?
No. El primer ministro al-Jalali se quedó y habló con la prensa el domingo temprano, declarando que había permanecido para asegurarse de que todo siguiera funcionando.
¿Los sirios están felices?
Damasco, Homs y otras ciudades sirias estallaron en celebraciones tras el anuncio de la salida de al-Assad.
Imágenes de Damasco mostraron a combatientes de la oposición disparando al aire al amanecer. La gente se subió a tanques en medio de multitudes que ondeaban la bandera de la revolución.
En algunos lugares, se derribaron estatuas del padre de al-Assad, Hafez.
Multitudes se reunieron para orar juntas en mezquitas y celebrar en plazas públicas, coreando consignas contra al-Assad y tocando las bocinas de los coches.
¿Qué pasó en la prisión de Sednaya?
Los combatientes de oposición abrieron las prisiones del régimen a lo largo de su avance, liberando a los presos de conciencia que se encontraban dentro.
HTS anunció que sus combatientes habían asaltado la prisión en las afueras de la capital, declarando “el fin de la era de la tiranía en la prisión de Sednaya”, una instalación sinónimo de los abusos más notorios del régimen de al-Assad.
El SOHR confirmó que “las puertas de la infame prisión de Sednaya… han sido abiertas para miles de detenidos que fueron encarcelados por el aparato de seguridad durante el régimen”.
¿Qué pasa ahora?
Eso está por verse.
Los analistas señalan que Siria tiene mucho potencial, pero también varios riesgos si las distintas partes no cooperan.
Al-Jalali dijo en una declaración en video que su gabinete está listo para “extender la mano” a la oposición y entregar sus funciones a un gobierno de transición.
“Este país puede ser un país normal que construya buenas relaciones con sus vecinos y el mundo… pero este tema depende de cualquier liderazgo elegido por el pueblo sirio”, dijo al-Jalali en un discurso transmitido en su cuenta de Facebook.
El líder de HTS, al-Julani, dijo en un comunicado en las redes sociales que “las instituciones públicas permanecerán bajo la supervisión del primer ministro hasta que sean entregadas oficialmente”.