Javier Milei cree estar en el eje mismo del Universo. La grandilocuencia de la autopercepciรณn lo lleva a levitar algunos metros encima de la propia realidad.
Una especie de sobrevuelo que no lo involucra en los temas de la vida cotidiana del paรญs que preside hace casi un aรฑo.
En las pocas charlas con presentadores de radio y televisiรณn que tiene, todas difundidas como si fueran entrevistas periodรญsticas, desliza sus conceptos econรณmicos con datos de la macro y de allรญ concluye que el suyo ya es el mejor gobierno de la historia.
ยฟRepreguntas?, afuera.
La semana internacional de Javier Milei
Despuรฉs de haber despotricado fuerte y con insultos contra lรญderes como Lula Da Silva y Xi Jinping, los presidentes de Brasil y China, finalmente el Presidente viajรณ a Rรญo de Janeiro para ser parte de la Cumbre del G20.
El cacareo de meses contra la Agenda 2045 (antes 2030) y contra todo tipo de iniciativas globales que, aunque sea en forma de parche, le quieran poner algรบn freno a la desmesura concentradora del capitalismo, terminรณ en los papeles con la firma de Milei en el documento conjunto del G20.
Tambiรฉn puso su nombre en la propuesta de Lula de establecer una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. Una contradicciรณn grosera, mientras se acumulan los fallos judiciales en contra del Gobierno, que le piden la entrega de los alimentos guardados en los depรณsitos de Villa Martelli, en la provincia de Buenos Aires y de Tafรญ Viejo, en Tucumรกn.
De todos modos, el viaje de Milei a la Cumbre del G20, tiene un carรกcter indirecto de lรณgica de Estado. La frase de ยซno negocio con comunistasยป puede tener efecto en las redes de gritones libertarios. Pero en la polรญtica real, donde se juegan intereses de verdad, de la Cumbre, mรกs allรก del claro fastidio de Lula con Milei en las fotos, se desprende la compra de gas de Vaca Muerta por parte de Brasil, un acuerdo firmado por el ministro de Economรญa Luis Toto Caputo, que por un rato dejรณ de ser el ยซMessi de las finanzasยป y se ocupรณ de un tema de la economรญa productiva.
En todo caso, quedarรก para otro momento el debate sobre el modelo extractivista de los recursos naturales. El ejemplo es concreto: Brasil, que tiene gas, compra el recurso mรกs barato de Argentina para sostener el entramado productivo de San Pablo, el corazรณn industrial de Amรฉrica Latina.
El caso de China es anรกlogo al de Brasil y le genera a Milei una contradicciรณn a mediano plazo. Tambiรฉn del ยซeje del malยป como Brasil, el paรญs asiatico es el segundo socio comercial, despuรฉs del vecino regional. La frรญa reunion con Xi Jinping deja como consecuencia la reactivaciรณn en un corto plazo de las represas hidroelรฉctricas Jorge Cepernic y Nรฉstor Kirchner, en el Rรญo Santa Cruz.
Una inversiรณn parada de cerca de 2000 millones de dรณlares, no es un chiste para China, que ademรกs es la otra parte del acuerdo que le permite a la Argentina tener las reservas con cierta tranquilidad. Es el mecanismo del SWAP tambiรฉn estรก extendido, pese al discurso contra China por parte de Milei.
ยซEs la economรญa, estรบpidoยป
James Carville fue el estratega de la campaรฑa electoral de Bill Clinton en Estados Unidos. Esa frase de Carville, repetida hasta el hartazgo, quedรณ en la historia como una de las claves del demรณcrata para ganar las elecciones de 1992 contra el republicano George Bush padre.
En nuestro paรญs antes, durante y despuรฉs de ese aรฑo hubo frases tanto o mรกs efectivas en el รกmbito de la comunicaciรณn polรญtico-econรณmica. Desde el ยซhay que pasar el inviernoยป de Alvaro Alsogaray en el gobierno de Arturo Frondizi en 1960, al ยซel que apuesta al dรณlar pierdeยป de Lorenzo Sigaut en 1981. De la idea del ยซvoto cuotaยป con el que Carlos Menem vendรญa estabilidad (mientras el paรญs se vendรญa), para su reelecciรณn en 1995, al ยซel puso puso pesos, recibirรก pesos y el que puso dรณlares, recibirรก dรณlaresยป, del senador Eduardo Duhalde, al asumir provisoriamente la presidencia en 2002.
Por eso, ese mismo registro de frases efectistas fue el que balbuceรณ entre gritos amenzantes el candidato Javier Milei durante su camino a la Casa Rosada.
Pero a la afirmaciรณn del yanqui Carville habrรญa que hacerle un F5 y completarla con un ยซยฟla economรญa de quiรฉn y para quรฉ?ยป.
Es la diagonal que necesitamos hacer para entender la euforia del Presidente, su equipo y sus amplificadores mediรกticos. Porque los nรบmeros de la ยซmacroยป, vistos desde el dron del relato oficial pueden llevar a la confusiรณn cuando se los contrasta con la economรญa de a pie, la cotidiana, la del laburante que camina las cuadras de casa al transporte, de allรญ al trabajo (si lo tiene), para vender su tiempo a cambio de una paga que cada vez alcanza menos.
Un sacrificio en el altar de ยซbajar la inflaciรณnยป, que se hace difรญcil de seguir tolerando. La paciencia encuentra el lรญmite en el fondo del bolsillo vacรญo.
El Gobierno decidiรณ en diciembre de 2023, a la par de la megadevaluaciรณn, una estrategia econรณmica que combina una devaluaciรณn mensual controlada al 2%, muy por debajo de la inflaciรณn real. La recesiรณn inducida y las crueles medidas de ajuste de ยซla motosierraยป, fueron los pilares para contener la inflaciรณn en el corto plazo. Pero a un costo alto para los sectores populares: el consumo se desplomรณ, las importaciones se restringieron al mรญnimo y el Estado dejรณ de emitir dinero para cubrir el gasto pรบblico.
Sin embargo, esta aparente estabilidad econรณmica tiene sus sombras, que se verรกn en el desempleo a mediano plazo y en lo inmediato en un aรฑo que cerrarรก con una caรญda interanual de la economรญa en el orden del 3,5%. A esto se suma la creaciรณn de burbujas financieras que representarรกn un pasivo difรญcil de afrontar en el futuro.
Esa falta de dรณlares y las restricciones cambiarias, reflejadas en el mantenimiento del cepo, aunque Caputo prometiรณ liberarlo en 2025, siguen siendo un peligro latente que amenaza con reaparecer cuando la economรญa recupere dinamismo.
Ni siquiera la reuniรณn con Kristalina Georgieva ni la esperanza del triunfo de Donald Trump en Estados Unidos le traen certezas al Gobierno. El republicano, que volverรก el 20 de enero a la Casa Blanca, pondrรก el eje enla propia situaciรณn interna de su paรญs y habrรก que medir el minutos el espacio de su tiempo que le pueda dedicar a la Argentina.
Aunque lo que ya se conoce no es bueno: en su defensa de lo nacional (de allรก), Trump apuntarรก a elevar los aranceles para productos importados. Los limones y los biocombustibles argentinos tendrรกn muchas dificultades para ingresar al mercado de Estados Unidos.
En el caso del FMI, no hay que ser un experto para ver que tampoco serรก un camino fรกcil para el paรญs volver a hacerse de dรณlares frescos, que vayan a parar a la canaleta de la especulaciรณn, como pasรณ en el primer turno de Caputo, cuando acompaรฑaba a Mauricio Macri.
Otro factor preocupante es el incremento sostenido de la deuda en pesos, impulsado por el llamado ยซcarry tradeยป, la clรกsica bicileta financiera. Se estima que esta deuda podrรญa sumar el equivalente a 100.000 millones de dรณlares adicionales en el primer aรฑo de gestiรณn de Milei. En un escenario crรญtico, estos tรญtulos pรบblicos podrรญan buscar refugio en el dรณlar, poniendo mayor presiรณn sobre las ya debilitadas reservas del Banco Central.
La pericia econรณmica del Gobierno dio resultados en el corto plazo, pero las dudas sobre su sostenibilidad a mediano y largo plazo crecen. El despertar de la economรญa podrรญa traer consigo una tormenta que complique aรบn mรกs el panorama nacional.
En menos de un aรฑo, y vaya si los meses viajan mรกs rรกpido que el calendario, habrรก elecciones legislativas. Mรกs allรก de los intentos del oficialismo de reformar el esquema electoral, con sus iniciativas sobre las Primarias Abiertas Simultรกneas y Obligatorias; el financiamiento de los partidos polรญticos y la ley de Ficha Limpia, se va a votar en Argentina y esa fecha puede coincidir con la escalada de una crisis desatada por el esquema econรณmico libertario.
Si la miseria sigue aquรญ, toda crisis es polรญtica
Enfrente del Gobierno una oposiciรณn que, de alguna manera, aรบn no terminรณ de entender el cambio en las reglas de juego que vino a cambiar y ยซpara siempreยป, el esquema de Milei.
Lo del para siempre es la tentaciรณn soberbia del que entiende que todo comienza cuando llega, que niega o desconoce la sucesiรณn de hechos que encadenan la historia y supone que sus cambios son irreversibles.
Hay ejemplos de todo tipo en el pasado y estรก claro que ยซel Javo domador de mandrilesยป es la expresiรณn cibernรฉtica y grotesca de eso que Carlos Marx definiรณ muy bien en El 18 brumario de Luis Bonaparte: ยซLa historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsaยปโ.
Un balance adelantado de lo que dejarรก este 2024 puede incluir las batallas en el Congreso, con sus composiciones fluctuantes, que pendularon en apenas un par de sectores. Por un lado, un bloque ciertamente homogรฉneo, con La Libertad Avanza, el Pro, un sector de los independientes/federales/provinciales y desprendimientos de Uniรณn por la Patria y la Uniรณn Cรญvica Radical que le dieron los votos que necesitaba el Gobierno en sus muy pocos, pero significativos proyectos parlamentarios.
Del otro lado, la oposiciรณn con el resto de UxP, la UCR, algunos del bloque de los ยซsueltosยป y la bancada del Frente de Izquierda.
Ese panorama de Diputados, repetido de manera similar en el Senado (aunque sin presencia del FIT), le permitiรณ al oficialismo sorter con cierto รฉxito sus desafรญos. La persistencia del DNU 70/2023, el rechazo a la movilidad jubilatoria y al financiamiento universitario y la Ley de Bases son los hitos del Palacio al que Milei le dio la espalda cuando asumiรณ, en su primer discurso.
Resta para lo que falta del aรฑo el debate sobre el Presupuesto 2025, con la รบnica duda de si su tratamiento serรก incluido en el llamado a Extraordinarias. De no ser asรญ, por primera vez en la historia democrรกtica habrรกn tres aรฑos consecutivos con el mismo Presupuesto: 2023, 2024 y 2025. El sueรฑo hรบmedo de Javier Milei que entre sus anhelos tenรญa ser recnocido como lรญder mundial de la libertad y gobernar por decreto.
ยฟRepรบblica?, afuera.
Fuera de los palacios, con la salvedad que el detalle del Judicial queda para otra nota, el factor polรญtico en los territorios tambiรฉn oscila entre la resistencia cotidiana y la proyecciรณn de algunos reacomodamientos de cara a las elecciones, que aparecen tan lejanos en el horizonte de una Argentina que vive en la instantaneidad de las redes.
La movilizaciรณn popular claramente fue afectada por un doble factor: por un lado el esquema represivo, que ademรกs de aplicarse en lo concreto, actรบa como disuasor de la disputa en las calles, una columna vertebral de la tradiciรณn polรญtica nacional.
Ademรกs, se ve con claridad con el accionar del llamado movimiento obrero organizado y con el del sector estudiantil; la efervescencia de las grandes movilizaciones se diluyรณ con el correr de los meses. No escapa a esto, que el factor de derrota de รฉpoca es clave para que esto ocurra. Pero tambiรฉn es cierto que la llamada tรกcita a desmovilizar, a desensillar hasta que aclare, existe.
Son las pruebas de los diferente grados de confrontaciรณn contra un modelo agresivo, en la retรณrica y en la prรกctica. Frente al horror de ribetes fascistas hay un camino de denuncia, necesario pero no suficiente. Lo que es seguro, la experiencia reciente lo demuestra, es que no alcanza con las redes.