Cuartos, la última obra del músico Gonzalo Gamallo, se caracteriza por su mezcla entre el pop y el rock. Para el arte de tapa se inspiró en su hija Catalina, la mini artista en ascenso, por lo cual este álbum se volvió muy significativo en su trayectoria musical.
En diálogo con Nota al Pie, el artista comentó: “Es un disco con valores, no quería esquivar un poco mi deseo y mis ganas de hacer música profunda y sensible”. “Me parece que hay que defender lo que a uno le parece e ir para adelante con eso”, agregó.
El fundador de La Joven Guarrior dijo que Cuartos se concretó hace mucho tiempo, tanto que recordó la pulsión que sintió en ese momento. Sin embargo, explicó que el álbum salió a la luz a esta altura de su vida por un mero deseo.
“Tuve la visión de que hacer un disco es como irse de vacaciones, como un proyecto que uno tiene como para ser feliz un tiempo, como para ir a un estudio, disfrutar el momento ahí y de todo el proceso”, expresó Gamallo.
Además, mencionó que hace ya tiempo tenía ganas de hacer un disco solista. Sobre la misma sostuvo que “de alguna forma siempre estuvo supeditada un poco a mi actividad en la música principal con La Joven Guarrior”. “Fue una forma también de encarar algo después de lo que fue como ese gran agujero psíquico-temporal que fue la pandemia”, destacó.
Delegaste tu trabajo como productor, ¿Fue una decisión complicada?
De alguna manera pensé que un peluquero no se puede cortar el pelo a sí mismo y no quería involucrarme en algunos de los procesos. Hay algo de Cuartos que sin duda es un encuentro entre Federico Nicolao y yo. Es una persona que puso mucho de su intelecto, claridad y capacidad en esto. Es un disco hecho entre los dos.
¿Cómo describirías la atmósfera de Cuartos?
Tengo la visión de que la atmósfera es la atmósfera de un búnker donde sobrevivir. Un lugar para estar protegido de lo que está pasando afuera. Creo que es un momento bastante complicado de la especie humana en general; de las relaciones, de la política, de la economía. Vivimos prácticamente en un mundo en guerra. Es un disco que tiene algo de la época y de ese clima.
Tu hija es parte de tu obra maestra…
Mi hija es una persona maravillosa, tiene nueve años. Siempre estuvo muy rodeada de música y literatura. La madre es escritora y también dibuja, su tío es dibujante y toda mi familia toca. Ella siempre tuvo una vocación ahí por el dibujo impresionante, incluso de perfeccionamiento con el tema y con una claridad sorprendente.
¿Cómo surgió que sea parte de la tapa de Cuartos?
Me surgió preguntarle a ella, tirarle una idea e hizo un dibujo con unos lineamientos, hablando de una de las canciones. El resultado es muy loco para mí y gratificante, puso como una frutilla a todo esto de poder hacer algo con ella, de que el mundo vea su talento, y después que se genera como un contraste entre la música y cierta carga que tiene, con mi visión de la vida, un poco como escéptica y los dibujos de ella.
¿Qué es lo que más extrañás en tu vida?
Tengo 41, entonces ya puedo decir qué extraño. Qué sé yo, correr más rápido en la cancha de fútbol (risas), extraño tener menos, levantarme tarde…extraño ese tipo de cosas de otra etapa de la vida. Pero, sin duda, lo que más extraño es la sensación de que hay futuro; creo que es algo que en este momento nos está haciendo muy mal a todos porque estamos en un momento histórico donde uno mira para adelante.
¿Tenés sensaciones encontradas de otros gobiernos?
Cuando Macri (Mauricio) fue al Fondo Monetario, me acuerdo que ya era padre y tuve la sensación de “me espera una década de pobreza” y sin duda la situación actual profundiza esa sensación. La falta de referencias profundiza esa situación, la falta de referentes políticos y culturales. Eso es lo que más extraño, sentir que hay un futuro y que es posible.
¿Cuándo creés que tu carrera dio un giro?
Hubo una cosa determinante en mi existencia que fue tocar en un crucero con mis amigos. Yo era de una banda de cumbia que se llamaba Tsunami y teníamos que tocar un montón, tocamos 3 o 4 shows por día durante 5 meses y eso fue como una especie de entrenamiento. Ahí aprendí que es lo mismo tocar un tema tuyo que cantar una canción de Thalía.