En un país en el que crece el desempleo, Grow – género y trabajo lanzó la campaña “Búsquedas irreales”. En conjunto con otras organizaciones, el informe busca visibilizar el problema de los sesgos y la discriminación en el mercado laboral.
Nota al Pie dialogó con Georgina Sticco, co fundadora y directora de Grow, quien contó que “las características que deberían buscar las empresas tienen que estar centradas en lo estrictamente necesario: formación, experiencia, habilidades”. Sin embargo, “generalmente operan sesgos inconscientes, muchas veces se filtra por género, por edad, entre otros factores que terminan representando un obstáculo muchas veces difícil de sortear para quienes buscan trabajo”.
Sticco explicó que “dejar afuera de la selección una y otra vez a un grupo de personas que comparte una caracterísitca, como el ser mujer, pertenecer al colectivo LGBT o tener una discapacidad, es discriminación”. Para la entrevistada, “las empresas deben poder reconocer que si no incluyen una perspectiva de diversidad en sus procesos de búsqueda de talento, están sosteniendo una sociedad desigual”.
Sobre la campaña
La campaña «Búsquedas irreales», visibiliza los sesgos existentes a la hora de buscar trabajo en América Latina. En Argentina la percepción de discriminación fue del 84%, en Chile de 88%, en Ecuador del 85%, en Panamá y Perú del 86%.
“Queríamos hacer una acción de impacto que visibilizara los estereotipos y sesgos en los procesos de búsqueda y selección dado que es la puerta de entrada al mundo del trabajo”, contó la directora de Grow. Está acción se implementó gracias a una alianza entre Grow con otras organizaciones como Bumeran, app de búsqueda de empleo; y Mercado McCann.
Durante los meses de mayo y julio de este año, se publicaron cinco avisos ficticios que mostraban de forma evidente sesgos que se advierten de forma frecuente en las búsquedas laborales. Los avisos hacían foco en sesgos respecto a la nacionalidad, la identidad de género, la edad, y otras cuestiones.
En uno de los ejemplos, el texto de la búsqueda fictia decía: “Abogada sin hijos – Estudio jurídico, modalidad presencial – Especializada en familia, preferentemente sin familia. Sueldo 30% menor al de sus pares masculinos. Se valora experiencia previa y tolerancia a la frustración. Escasas oportunidades de progreso”. Cuando las personas hacían click para ver en detalle el aviso, podían leer: “Esta búsqueda no es real pero las desigualdades sí”.
En cuanto a los sesgos, se basan en creencias socialmente construidas, experiencias previas, que influyen en las decisiones y percepciones de manera no consciente. En el mercado laboral, cuando no se identifican, reducen las oportunidades de desarrollo profesional y el bienestar de determinados grupos, dado que las decisiones se toman en función de información que creemos que es real, y no lo es.
La discriminación en cifras
“El dato que más nos sorprendió fue el alto porcentaje de personas que consideran haberse sentido discriminadas en los procesos de búsqueda y selección (86%)”, mencionó Sticco. En sintonía, agregó: “Si bien lo vemos todo el tiempo, ponerle un número nos ayudó a dimensionar el problema”.
Entre los hallazgos se identificó que el mayor sesgo es la edad ya que el 68% de las personas lo ven como el principal motivo de discriminación. Además, se observó que 1 de cada 4 personas cree que el aspecto físico es un factor que influye en la selección de personal. Esta percepción es más predominante en mujeres cis y personas del colectivo LGBTIQ+.
Por su parte, 1 de cada 3 mujeres indica que tener hijes tiene un impacto negativo. Al respecto Sticco expresó que “muchas veces, una potencial maternidad funciona como motivo de discriminación. Es recurrente que en las entrevistas de trabajo, a las mujeres se les pregunte –no así a los varones– si tienen o desean tener hijos y cómo se organizarían con el cuidado y el trabajo”.
En relación con el género, además, el 20% de los hombres cis y el 46% de las mujeres cis sostienen que el sesgo de género influye en la selección de personal.
Para la fundadora de Grow, “es fundamental que las organizaciones trabajen en hacer conscientes los sesgos y en desarrollar estrategias para limitarlos”. Además, sugiere: “que consideren el valor que tiene la diversidad; diferentes experiencias, puntos de vista, mayor creatividad, mejor clima laboral”.
Algunas historias
“Me llamaron a una entrevista para un puesto para el que cumplía con cada uno de los requisitos, pero cuando se dieron cuenta de que tenía 56 años, me dijeron que no cumplía con el rango de edad que el cargo buscaba”, cuenta una de las entrevistadas recopilada en el informe.
“Tenía todos los ‘sí’ para empezar a trabajar en una panadería, pero en cuanto me presenté y vieron que tenía el pelo corto ‘como varón’ y piercings, me rechazaron”.
Testimonio tomado de «Búsquedas irreales»
Otro testimonio asegura: “Fui a una entrevista y me preguntaron mi último periodo menstrual, si pensaba tener más hijos (porque claramente ellos no querían eso) y si estaba dispuesta a someterme a un análisis de sangre para verificar mi no embarazo antes del contrato”.
Sticco explicó que, ante los casos de discriminación, “en la Argentina contábamos con dos instituciones, por un lado el INADI, pero fue cerrado por el gobierno actual, y por otro la Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral”. Además, aseguró que “algunas organizaciones cuentan con sus propios canales, algunos públicos, donde una puede comentar lo sucedido”.