Este martes, el Frente Sindical de las Universidades Nacionales (FEDUN) declaró el no inicio del segundo cuatrimestre en las casas de altos estudios. En ese sentido, resolvió convocar a 72 horas de protesta con paros y actividades para visibilizar la situación dramática que atraviesan para los días 12, 13 y 14 de agosto.
Por otra parte, informó que el plan de acción gremial seguirá con otras 48 horas de protesta, bajo la modalidad antes mencionada, los días 20 y 21 de agosto. Las medidas de lucha se deben a la situación salarial de los docentes.
En este marco, Nota al Pie dialogó con el Secretario General de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU), Carlos De Feo.
–¿Desde cuándo sufren bajas en los salarios?
La caída salarial se empieza a producir con la asunción del gobierno de Javier Milei. Los salarios del mes de noviembre estaban dos puntos por encima de la inflación. A partir de la asunción, y de la fenomenal devaluación que se produce al día siguiente de asumir, se dispara la inflación y los aumentos salariales dejaron de acompañarla.
En la actualidad, el salario está prácticamente 50 puntos por debajo de la inflación. Nosotros tenemos 71 puntos de aumento salarial, lo informó la ministra Sandra Pettovello con una gran fanfarria, pero frente a una inflación mayor de 120% hay más de un 50% de pérdida salarial.
–¿Qué los lleva hoy a movilizarse?
El Gobierno no ha dado respuesta frente al reclamo que comenzó en enero, prácticamente por la cuestión salarial. Hemos tenido un par de reuniones, inclusive las reuniones paritarias donde solamente se nos informó el aumento ya que no hubo posibilidad de discutirlo.
No hemos vuelto a tener encuentro y no hay ninguna respuesta mientras el salario sigue afectándose frente a una inflación que, aunque bajó en porcentaje, sigue existiendo y afectando. Hoy eso hace que más de alrededor del 60% de los docentes universitarios estén cobrando salarios que están por debajo de los $860.000 o $880.000, que es la Canasta Básica Alimentaria.
Esto no sucedía desde el año 2003, prácticamente 20 años atrás, y produce un enorme malestar en los docentes, lo que define la dureza de las medidas de fuerza que se están llevando adelante. También hace que se vayan perdiendo puestos de trabajo, porque los docentes abandonan la tarea, renuncian a los puestos de trabajo, porque realmente no les rinden.
–¿Antes lograron algún tipo de respuestas respecto a los salarios?
No hubo ninguna respuesta por parte de nuestros reclamos y las respuestas que hubieron fueron a los rectores, tienen que ver con un problema presupuestario también sumamente grave en la Argentina, que es la caída del presupuesto universitario.
Cuando se produce la marcha del 23 de abril, el Gobierno Nacional, el Poder Ejecutivo, reacciona ofreciendo a los rectores de las universidades. Primero lo hace con la Universidad de Buenos Aires, cuando ve que es insuficiente por lejos decide hacerlo con el conjunto y les ofrece un aumento del 280% en los gastos de funcionamiento.
Esto hay que recordar que es una parte mínima, los gastos de funcionamiento son menos del 10% del presupuesto nacional universitario. Al recomponer eso no quiere que se incorpore al presupuesto; este mismo no se están utilizando porque esas funciones no se están cumpliendo como ciencia técnica, bienestar estudiantil.
La infraestructura universitaria está toda detenida junto con la obra pública y en el día de hoy, en el mes de agosto, el presupuesto nacional está agotado. Incluso fracasó un intento en el Congreso de ampliar el presupuesto universitario por falta de quórum.
Hoy tenemos una pérdida también importantísima de estudiantes que si bien no está registrada, sería muy importante que las autoridades universitarias hicieran esa cuenta porque mostraría una caída vertical en la matrícula universitaria.
–¿Cuáles son los pasos a seguir con las clases?
Las clases se van a seguir dando en función a cómo se puedan hacer, con los recursos que hay. Inclusive, en muchísimos casos, así como los docentes no pueden viajar porque el salario no se los permite, los estudiantes no tienen cómo ir porque no tienen el beneficio de las becas y sus familias sufren la situación económica gravísima que atravesamos todos en la Argentina. En base a eso, se están comenzando a dar clases virtuales.
Los que no tienen las clases virtuales, tienen una educación de segunda y eso es lo que está pasando en la Argentina. Está cayendo también la calidad educativa en las universidades. Esto generó un plan de lucha muy fuerte.
Nuestro sindicato va a hacer 72 horas de paro sin concurrencia, conjuntamente con el otro sindicato docente, que es Conadu Histórica. Y en la semana que viene se van a realizar 48 horas nuevamente, y luego una reunión para ir evaluando cómo evoluciona la situación.