Nota al Pie dialogó con la letrada Ana Laura Díaz, quien lleva adelante Rupturas Inteligentes, sobre el proceso judicial de una separación. En ese sentido, la abogada sostuvo que es posible desvincularse de una pareja sin discusiones. Respecto al servicio legal comentó que “hay una visión holística en donde se integra la aplicación del derecho y lo humano”.
En ese sentido, explicó: “El litigio no es el único modo, se puede prevenir el conflicto, se puede trabajar en desarmarlo extrajudicialmente o aún durante un proceso”. “El cliente llega al estudio porque no encuentra la forma de resolver una situación que desembocó en un conflicto jurídico. Habitualmente está cansado, sin fuerzas, con un sentimiento de impotencia importante”, agregó.
Frente a ello, señaló que “es importante considerar que el asesoramiento por lo general implica un cambio en la forma en que el cliente enfrenta la situación”. Dicho cambio, añadió, “produce un movimiento en todo el sistema, de ahí la responsabilidad en el asesoramiento”.
Rupturas Inteligentes
¿Qué te motivó a crear Rupturas Inteligentes y cuál es su principal objetivo?
Un día estaba en Tribunales y mientras esperaba para ingresar a una audiencia, observaba como las personas salían de los Juzgados de Familia desanimadas, como vencidas. Los abogados llegando tarde y explicando todo en dos minutos, sin considerar que para las personas Tribunales es un ámbito hostil que no conocen.
En ese momento me pregunté qué me había llevado a estudiar derecho porque yo no quería ejercer de ese modo. Pensé ‘tengo que encontrar la forma de ejercer la profesión a mi manera del modo que me haga feliz, con mis formas, con mis tiempos, con un método propio’.
¿Es posible evitar el conflicto al desvincularse?
El objetivo de las Rupturas Inteligentes es entender cómo funcionan los vínculos y descubrir qué se esconde detrás de ese conflicto. Es fundamental entender que no hay una sola versión de lo que ocurre, que cada persona que forma parte del sistema tiene una perspectiva diferente. Esto quiere decir que las cosas pueden ser como el cliente las describe, pero también pueden no serlo. Entonces, el ampliar la mirada puede permitir acercar posiciones.
¿Cuál es la principal diferencia de Rupturas Inteligentes de otros servicios legales tradicionales?
El cliente no tiene conocimiento jurídico, pero tiene el conocimiento fáctico que nosotros necesitamos para el análisis del caso; es un trabajo conjunto. El cliente es un adulto, decide y merece respeto. Además tiene que entender lo que está peticionando en el proceso judicial y cuáles son las posibilidades frente a su petición. Tiene que conocer los pormenores patrimoniales del conflicto que está asumiendo para poder aceptar las consecuencias.
¿Cómo se logra?
Se respeta el proceso del cliente y no se apura para llegar a la resolución. Se acompaña hasta que la persona está lista para llegar a ese final y se hace todo lo necesario para liberar ese camino. También se ayuda a despejar las dudas para que sea el cliente quien decida lo que quiere hacer. Además, las herramientas que se brindan tienen por finalidad que ellos recuperen el poder, la fuerza que perdieron y que es la razón por la cual llegaron a la consulta.
Luego del proceso la persona no es la misma y puede enfrentar sus conflictos de otro modo. No se genera dependencia, el cliente comienza a recuperar su independencia y se ejercita en esa práctica. Si durante el proceso judicial hay un acompañamiento terapéutico simultáneo al acompañamiento legal, se trabaja en conjunto para que cada cuestión tenga un ámbito propio de tratamiento y no se entremezclen.
¿Cuál es condimento que creés característico de Rupturas Inteligentes?
La innovación radica en la visión 360 de los casos, porque en la consulta no solo se observa y analiza a la persona que llega al estudio, sino que se incorpora la familia actual, la de origen, ambas como sistemas, y el contexto en el que se desarrolla la situación. Entender qué hay detrás del conflicto permite el tratamiento de la cuestión porque el conflicto es el síntoma, lo que ocurre está debajo de esa situación. A veces el conflicto tapa un duelo encapsulado.
¿Qué tipo de herramientas y estrategias se utilizan en las Rupturas Inteligentes para desarmar conflictos?
En estos procesos se aprende, entre otras cuestiones, a confrontar entendiendo que la confrontación no implica una lucha para imponerse, sino compatibilizar distintas perspectivas y a veces aceptar que vamos a tener que vivir en el desacuerdo; poner límites, entendiendo que poder hacerlo implica un acto de amor hacia uno mismo y de confianza en el vínculo con el otro al que se le impone el límite, decir qué quiero.
El planteo no tiene que estar ligado al otro, sino a la necesidad de uno mismo; decir que no cuando algo no es como deseo,y entender que cuando le digo que no al otro, me digo sí a mí. En todos los casos la inteligencia radicará en saber elegir cuál es la herramienta más adecuada para cada situación.
¿Cómo evolucionó tu visión del derecho a lo largo de tu carrera?
El ejercicio profesional es un desafío constante y soy de la época en que para opinar había que leer, era impensado dar una opinión sin fundamento. Hoy esto es más común de lo que podría considerarse conveniente. En mi evolución hay muchos actores, principalmente mis hijos que me humanizaron, porque mi ejercicio profesional cambió a partir de su llegada.
Y… ¿En el ámbito profesional?
Las rupturas en el ámbito profesional me impulsaron a crecer incorporando herramientas para mi desarrollo personal que beneficiaron mi ejercicio profesional y mi visión. Ampliar la mirada implicó ver más allá del caso, mirar sus actores, el origen de ellos, el contexto, afinar la escucha para captar algo que de otro modo pasaría inadvertido. La interacción con profesionales de otras disciplinas que aportan diferentes perspectivas a la situación en análisis fue fundamental, siempre con la pata en el derecho, que es mi profesión.
En la actualidad, estoy leyendo sobre derecho sistémico porque creo que es el futuro. Lograr en una sentencia integrar la aplicación de la ley y lo humano es fundamental. Ello trae paz a los sistemas familiares y permite devolverles a los clientes la autogestión de sus problemas.
¿Cómo influyó tu experiencia con las quiebras en tu enfoque actual del derecho?
Las quiebras no son solo económicas, el quiebre atraviesa a la persona en toda su dimensión. Incluso puede provocar enfermedades tan terribles que la lleven a la muerte. Las quiebras traen juicios laborales, divorcios, ejecuciones, un amplio espectro de conflictos judiciales. Poder verbalizar las preocupaciones derivadas de estas situaciones, poder expresar las emociones tales como el miedo, la frustración, la desazón, la impotencia, la profunda tristeza, pueden prevenir la somatización a través del cuerpo y la aparición de la enfermedad.
No somos nuestros negocios, nuestros trabajos, no somos aquello que hacemos, estos son tan solo algunos de los roles que desempeñamos en la vida. Las quiebras también me permitieron ampliar la mirada y de algún modo fueron parte del proceso de desarrollo que hoy me trajo hasta aquí.