Siempre llega ese momento en que los niños empiezan a preguntar cómo aparecieron en el mundo, y en muchas ocasiones los padres no tienen muy claro cómo hacerlo de forma acorde a la edad de sus hijos o temen equivocarse. Las vacaciones de invierno pueden ser un momento clave para compartir en familia distintas historias y nutrirnos de conocimiento, y así aprovechar el tiempo de ocio e intimidad que se puede llegar a presentar.
En este sentido, las familias diversas que se van conformando por técnicas de reproducción también suelen atravesar los interrogantes en torno a cómo contar el proceso con un lenguaje adecuado a la persona.
Inicialmente, es fundamental trabajar en poder quitar cualquier prejuicio que tengamos para lograr explicar las dudas con la mayor claridad posible. Un trabajo que puede ser a modo personal, individual, en pareja, con un profesional del tema y/o utilizando distintos recursos como lo son las historias de fantasía que nos pueden dar ese empujón que necesitamos.
Si los adultos lo tomamos con espontaneidad y les transmitimos seguridad, los niños tomarán la situación de igual modo ya que es el mismo adulto quien muchas veces comparte el propio prejuicio y temor inconscientemente- quizás por no haber tenido un espacio y tiempo adecuados para la reflexión y el trabajo emocional que esto supone. La naturalidad en los más chicos genera que sepan realmente y comprendan que en su casa tienen dos mamás, dos papás o una mamá o un papá o que se ha necesitado la recepción de un óvulo o un espermatozoide para su concepción. Una configuración familiar distinta a otras sin que eso signifique que algo falta ahí.
Tal como lo explica la Lic. en Psicología y miembro de la Asociación Somos Grupo de Mujeres más (Instagram @somosgrupodemujeresmas), Lorena Laserre, el hecho de utilizar “lenguajes sencillos” y con “elementos que los chicos identifiquen de su agrado” como lo son los colores, los personajes infantiles, animales y demás, pueden ser herramientas claves para explicar el origen. “Un lenguaje ameno, en un ambiente calmo donde el niño presta atención, apoyándonos en algún material lúdico o cuentos mucho mejor por su forma más gráfica”, explicó la profesional.
Asimismo, la profesional compartió alguno de sus libros que pueden ser una buena opción recreativa y educativa para leer con los más chicos durante las vacaciones:
• “La Pingüina Tina”: la historia gira en alrededor de ovodonación. Tina es una pingüina que desea ser mamá y como no puede entonces otra pingüina le dona estos embrioncitos que necesita y así Tina puede tener su bebé.
• “Mis Mamás: Un Cuento De Amor”: Relata la historia de dos mujeres enamoradas que desean tener un hijo mediante el método ROPA (Recepción de ovocitos de la pareja).
Es importante subrayar que cada historia familiar, cada configuración es única y propia de esa familia. Entonces, la familia deberá construir una narrativa que le sea propia e irrepetible a través de palabras, gestos de amor, cariño y cuidado, siendo ESE el verdadero ADN emocional que los une. Recordemos que es fundamental pedir ayuda profesional si es necesario.