El 7 de julio de 2024 quedará escrito dentro de las páginas más importantes de la historia del boxeo argentino. Con una actuación inolvidable, Fernando “Puma” Martínez brilló en Tokio y derrotó al japonés Kazuto Ioka por decisión unánime de los jueces. Se convirtió así en campeón mundial unificado del peso supermosca. Retuvo el cetro de la Federación Internacional (FIB) y se quedó con el de la Asociación Mundial (AMB).
Con este asombroso logro, el sudamericano estiró su invicto a 17 peleas ganadas. Nota al Pie analiza episodio por episodio cómo fue este imborrable match.
Como en casa: Un inicio formidable del Puma Martínez
Tras una impecable preparación, y con el apoyo de un puñado de compatriotas presentes en la capital nipona, el nacido en La Boca comenzó el combate con todo. Desde lo estratégico el panorama era claro: el representante nacional buscaría llevar las acciones a la corta distancia y poner en las cuerdas al contrincante. Mientras que, en la esquina contraria, preferían evitar el intercambio constante y atacar desde más lejos.
A partir del primer campanazo Martínez impuso condiciones y ejerció una fuerte presión sobre su rival. Mostró un alto volumen de golpes y efectivas combinaciones ante un Ioka desconcertado. El argentino lastimó al asiático en especial con la zurda al rostro.
El segundo asalto fue similar al anterior. El visitante continuó con el achique de espacios, fue más constante que el anfitrión, y lanzó lo más efectivo. El oriundo de Sakai, por su parte, lució por momentos estático. Aplicó correctos envíos al cuerpo, pero careció de variantes en ese pasaje.
Advertido por su equipo de trabajo, en el capítulo siguiente Ioka propuso mayor movilidad e intentó escapar del empuje del porteño, pero no pudo. El “Puma” castigó con el uppercut de derecha e incluso se lució en el aspecto defensivo. Ello fue al esquivar golpes con sólidos movimientos de cintura y guardia baja, todo un símbolo de la confianza y comodidad del albiceleste.
Este destacado arranque encendió al público argentino, el cual en el cuarto round entonó el ya clásico “olé olé olé olé, Puma, Puma”. Esos tres minutos fueron más parejos. Pero eso se debió, en parte, al plan de Martínez de dosificar la ofensiva. No obstante fue otra vez quien acertó los golpes más firmes.
Loka mejoró con el correr del combate pero el argentino no claudicó nunca
En el quinto segmento el visitante fue de mayor a menor. El campeón en cuatro divisiones diferentes encontró cierta comodidad estratégica y aprovechó el respiro lógico que se tomó el argentino. Fue el primer asalto ganado por Ioka.
En el sexto volvió el intercambio de envíos, el asiático lastimó con los ataques al cuerpo, en especial con un gancho de zurda al hígado. Cuando parecía que el anfitrión emparejaba el asunto, el Puma recuperó el dominio en el séptimo episodio. Utilizó otra vez el ascendente de izquierda y combinó de manera feroz.
Tras el descanso las acciones fueron reñidas. Se notó algo de cansancio en ambos: mantuvieron el intenso volumen, pero bajaron la efectividad. Ioka fue levemente superior en ese tramo. La mencionada paridad continuó en el noveno, pero el latino fue más constante en el ataque, más allá de un positivo cierre del japonés con una zurda al rostro. Fue ese uno de los pocos lanzamientos que el veterano conectó a la cara, su repertorio se enfocó más en las zonas blandas del rival.
Llegaron así los rounds de campeonato. En el décimo se alternaron el protagonismo, con Ioka un tanto más preciso. Pero el argentino, convencido de que era la noche para hacer historia, no dejó lugar a dudas en los dos capítulos restantes. En el undécimo fue cuando más lastimó al cuerpo del adversario, en tanto que en el último tuvo mejor y mayor resto físico que Ioka.
Los jueces fueron contundentes: ¡Puma Martínez campeón mundial unificado!
Tras una pelea espectacular, un espectáculo de alto nivel internacional, y por sobre todo un combate limpio, vinieron las puntuaciones del jurado. Las tres autoridades vieron ganador a Martínez.
El sudafricano Stanley Christodoulou, quien fue árbitro en otros importantes triunfos argentinos, marcó 117-111. El belga Jean Pierre Van Imschoot anotó 116-112, la tarjeta más pareja. En tanto que el estadounidense Edward Hernández le dio todos los rounds al argentino: 120-108.
Luego del espectacular logro conseguido, el argentino dialogó con ESPN. Allí manifestó: “Se notó la experiencia de Ioka, es un gran boxeador, fue una pelea tremenda”. Y agregó: “Dejé todo, tiré con todo, no sé cómo hizo para mantenerse de pie”. Además agradeció el apoyo de la gente: “nunca me sentí solo, fuimos más locales que nunca”. “Me preparé para esto, hicimos historia”, manifestó para cerrar.