Esencia Vudú, conocida por sus melodías eternas, ha reformulado su estilo a lo largo de los años. Con una trayectoria incluye álbumes como «Umbral» (2013) y «Reflejos» (2016), así como varios sencillos. La banda recientemente lanzó su tercer disco «El Refugio Imaginario» (2022), mostrando una evolución lírica y una expansión en su sonido.
Fundada en 2009 como un grupo de amigos dedicados a la música, Esencia Vudú ha experimentado cambios en su formación a lo largo del tiempo, evolucionando en diferentes proyectos bajo el mismo nombre.
“Es una banda que busca la melodía, interés por la armonía. El formato es el de canción que podrían tocarse con una guitarra acústica, pero que están vestidas con el formato de banda de rock, pero buscando siempre una variedad musical”, destacó Pablo Rivero.
La formación actual de Esencia Vudú está conformada por Pablo Rivero (voz y guitarra), Nicolás Lueyro (guitarra), Matías Stanisci (bajo) y Rafael Bianchi (batería).
Esencia Vudú y su refugio imaginario
¿Qué desafíos han enfrentado como banda emergente en la escena musical?
Realmente hemos pasado por todo tipo de cosas y hasta a veces nos preguntamos si nos faltará algo por vivir en ese sentido, desde la dificultad para acceder a ciertos lugares, el destrato de algunos, problemas con managers, gente que te quiere estafar. Uno de los mayores desafíos que tenemos tiene que ver con que somos un poco unos bichos raros dentro del ambiente. No manejamos los mismos códigos y eso nos convierte en un grupo algo extraño, hay cuestiones a veces de caretaje de las cuales nosotros no participamos.
¿Cómo fue la grabación de El refugio imaginario?
El proceso empezó en medio de la pandemia, estábamos encerrados y empezamos a mandarnos material, a grabar cada uno por su cuenta como podía. Tratamos de incorporar nuevos elementos o romper con algunas fórmulas. En este caso usamos por ejemplo sintetizadores, samples, cosa que nunca habíamos hecho y fue un disco en el que hicimos por primera vez muchas cosas.
Es la primera vez que producimos nosotros el material. Los discos anteriores habíamos tenido la producción de Joaquín Rosson, que es un gran productor, que trabaja con Skay Beilinson, pero para este disco decidimos tomar la posta nosotros, aunque hay que decir que la persona que nos grabó, Chiche que es el que maneja el estudio Deja Vu, que es donde grabamos, nos dio una gran ayuda con algunas sugerencias o cosas que hicieron que también pudiéramos hacer el trabajo un poco mejor.
¿Cómo describirías El Refugio imaginario?
El principal mensaje del disco y que un poco tiene que ver con el nombre, “El refugio imaginario”, tiene que ver justamente con ser capaces de dar rienda suelta a la imaginación, que en definitiva nos permite ser más creativos, salir de los lugares comunes y ser más libres. Una de las grandes cosas que tiene el ser humano es la capacidad de imaginar y creo que eso es lo que quisimos expresar principalmente con este disco.
¿Cómo fueron evolucionando con los discos?
Este disco se convirtió en un tema prioritario, darles a las letras la atención que merecían e intentar que, por primera vez, estén a la altura de la música. Esa exigencia fue tal que en muchos casos no estuvieron terminadas las letras hasta ya avanzada bastante la grabación del disco. Quedamos contentos con el resultado porque es la primera vez que sentimos que no cambiaríamos cosas.
En el segundo disco incorporamos cuerdas, sonidos de teclados. Y en el último disco, ya lo llevamos un poco más allá, agregar algún instrumento que nunca hayamos usado. En este disco tocó Tincho Seguel, que es el saxofonista de La perra que los parió, nunca habíamos incorporado un saxo.
¿Cómo vivieron su último show del año?
Hicimos la presentación oficial del Refugio Imaginario en Uniclub y la verdad que fue una noche muy intensa y sobre todo creo que es algo que coincidimos todos y que no sólo la banda, sino que lo pudimos ver en la gente, sentirlo y luego con los comentarios que hizo la gente que realmente se vivió una muy buena energía, había como una alegría.
Nosotros veníamos trabajando mucho en este show, veníamos como de tres meses de laburo para una sola noche, o sea, en el que preparamos una lista de temas en la que estaba todo pensado, desde la unión de los temas, el espacio en el que uno iba a hablar, cómo íbamos a llevar a cabo los temas en vivo, tratando de llevarlos lo más fielmente posible en relación al disco.