Cada 27 de septiembre se celebra el Día de la Conciencia Ambiental en memoria de las personas fallecidas como consecuencia de un vuelco clandestino de residuos peligrosos al sistema cloacal. El hecho sucedió en la localidad de Avellaneda, Buenos Aires, en 1993. En homenaje, y sumado a la Semana de Acción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Programa Espuma realizará actividades de concientización.
Durante la jornada se trabajará de manera lúdica sobre los 17 ODS propuestos por la ONU para 2023, haciendo hincapié en los objetivos que aborda el Programa en sí. Además, habrá un EcoCanje como punto de recepción del Aceite de Cocina Usado (A.C.U.).
El evento tendrá lugar en la Asociación Civil Rancho Aparte, ubicada en el Barrio La Tablada, Rosario, donde se encuentra una Unidad Productiva del Programa Espuma.
El objetivo es generar conciencia sobre la responsabilidad que se tiene sobre el cuidado y conservación del ambiente. Además, se hará hincapié en las consecuencias de la contaminación y la necesidad de adoptar hábitos sustentables para lograr un desarrollo sostenible.
Nota al Pie conversó con Nicolás Biolatto, fundador de la organización, quien se refirió al trabajo que realizan a diario.
Programa Espuma: reciclando aceite para proteger el agua
Ante la falta de información, el aceite de cocina usado suele ser tirado en la pileta donde se lavan los platos, contaminando grandes cantidades de agua. Es por eso que, desde el Programa Espuma, buscan no sólo evitar estos hábitos negativos sino también reutilizar el aceite para elaborar nuevos productos como jabones y detergentes. Para ello, instalan jabonerías sociales en barrios vulnerados para promover el reciclaje inclusivo y contribuir a la economía circular.
“Un litro de A.C.U. mal desechado contamina 1.000 litros de agua, que es lo que consume una persona en un año”, comenzó explicando Biolatto. Desde el Programa miden su impacto a partir de los litros de aceite que logran recolectar en los puntos de acopio. Allí reciben el aceite de cocina desechado en botellas de plástico con tapa a rosca. A cambio, las personas se llevan una muestra de detergente como forma de pago dentro de una cadena de economía circular.
El impacto ambiental del desecho de aceite de cocina usado
“Durante la jornada vamos a hablar de los peligros de la contaminación del aceite y todos sus riesgos. Tanto alimenticio, ya que después de 3 usos empieza a largar radicales libres que son cancerígenos, como todas sus formas de desecho”, agregó.
“Si se vierten en las cañerías domésticas, se empiezan a engrosar por la grasitud que se va formando dentro. Esto atrae roedores, insectos, cucarachas y alacranes, lo cual es peligroso para niños y para mascotas. Además, las cañerías deben ser sacadas de circulación, pero es muy costoso reemplazarlas”, señaló. También hay que tener en cuenta que al cambiar las cañerias se daña mucho la estructura interna del hogar, y más aún en situación de vulnerabilidad.
Si la cañería descarga en un pozo ciego, se empieza a impermeabilizar por lo que deja de funcionar. En caso de llegar a la red cloacal, termina en el río. “En Rosario no hay una planta de tratamiento previo a la llegada al río, por lo que los residuos llegan tal cual a las afluentes del río. Ese aceite empieza a generar una capa superficial que impide el traspaso tanto del oxígeno como de la luz generando mortandad de la flora y la fauna ribereña”, informó.
Triple impacto: económico, social y ambiental
El Programa Espuma tiene un triple impacto, ya que aborda problemáticas económicas, sociales y ambientales. Por un lado se saca de circulación el aceite de cocina usado para evitar que contamine el agua. Por otro lado, se generan jabonerías sociales, puntos de acopio y bancos de A.C.U. que son fuentes de trabajo para personas en situación de vulnerabilidad socioeconómica.
“En esas comunidades enseñamos el oficio ancestral y tradicional de la jabonería. Se procesa una materia prima que era un residuo contaminante para generar productos biodegradables de uso cotidiano y de primera necesidad, como son los jabones y detergentes”, indicó. Las jabonerías comercializan los productos para lograr su independencia económica, logrando una inclusión social y laboral.
“Se forma un lazo comunitario de reconstrucción y de trabajo entre vecinos. El primer eslabón de la cadena es el vecino que compra, utiliza y genera el residuo. Lo entrega a las jabonerías donde a ese residuo se le aporta valor. Los productos fueron analizados por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional de Rosario, quienes certificaron que son 100% biodegradables”, mencionó.
El Programa Espuma es parte de una transformación comunitaria donde participan vecinos que entregan el A.C.U. y personas en situación de vulnerabilidad que aprenden, producen y venden los productos. También las ferias que sirven como canal de comercialización: “Estamos en 11 provincias, generando así un tendido de negocios. Uno de los logros fue generar una cooperativa de trabajo limitada. También se van estableciendo nuevos acuerdos con otras cooperativas como AFA (Agricultores Federados Argentinos), cooperativas de territorio nacional que tienen proyección internacional”, agregó.
Programa Espuma y su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Los ODS son objetivos globales establecidos con el fin de lograr un futuro mejor y más sostenible para todes para 2030. De los 17 ODS, el Programa Espuma contribuye al cumplimiento de Fin de la pobreza (ODS 1), Agua limpia y saneamiento (ODS 6) y Trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8). También a la Reducción de las desigualdades (ODS 10), Ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11), Producción y consumo responsable (ODS 12). Además, abarca Vida submarina (ODS 14), Alianzas para lograr los objetivos (ODS 17) e Igualdad de género (ODS 5).
“Desde el programa Espuma trabajamos con nueve de los objetivos. Cumplimos con una trazabilidad muy alta sobre la cantidad de productos que se fabrican en base al residuo que se recibe. También la cantidad de personas a las cuales se llega desde la educación, y la cantidad de personas que logran vender productos. Tenemos una tabla de mediciones muy específicas para saber qué impactos vamos logrando desde la creación del Programa en 2021, que es muy exponencial”, concluyó.