El pasado jueves 3 de agosto tuvo su estreno la obra “Bodas de turquesa”, dirigida por José Luis Álvarez, en El Camarín de las Musas, ubicado en Mario Bravo 960 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). A través de esta historia, el espectador terminará riéndose de sus propias luchas internas.
La obra de Álvarez trata sobre una pareja que cumple 18 años de casados: las bodas de turquesa. El desgaste de los años provoca diferencias en elles, algo que puede identificar a muchos matrimonios. Mientras que la esposa recurre a las fantasías y las terapias alternativas, su esposo resiste y no le pide nada a la vida.
Nota al Pie entrevistó a los dos actores principales, Agustín Tellechea y Lorena Viterbo, quienes les dan vida a la pareja en cuestión que, a pesar de las rutinas que tiene una pareja, cada uno tiene salidas para fortalecer la relación.
¿Sobre qué temas incursiona “Bodas de Turquesa” y qué significa para ustedes contar esta historia en la piel de sus personajes?
Lorena Viterbo (LV): “Bodas de turquesa” arranca en la mañana del aniversario de los 18 años de casados, que son las bodas de turquesa. La obra, desde la comedia, nos va mostrando el vínculo de esta pareja que lleva esos años juntos y desde la mirada del personaje femenino, las fantasías y anhelos de esa esposa y la contraposición con la realidad de ese marido que no es lo que ella sueña.
En cuanto a contar esta historia, desde mi personaje, es de una libertad para el juego que me divierte muchísimo. Este personaje tiene un desparpajo que da mucha libertad a la creación, y la contraposición con mi compañero da lugar a un juego muy rico.
Agustín Tellechea (AT): La obra incursiona en lo vincular dentro de una pareja y, desde la visión del rol femenino, lo que le gustaría ver en su marido como un ideal, pero que desde el humor podemos notar como hay muchas diferencias o momentos que se transitan cada día. Esta historia convoca tanto a mujeres como varones y significa que todos podemos vernos identificados en situaciones cotidianas.
¿Si tuviesen que pasar por el mismo matrimonio y las mismas vivencias, harían lo mismo que sus personajes?
LV: Si tuviera que pasar por esa situación no me imagino accionando como mí personaje porque somos muy distintos, pero sí hay situaciones vinculares donde uno se ve, porque muchas situaciones tienen que ver con lo que uno crea con su cabeza y espera del otro dentro de ese mundo, que es propio pero hay otro, con otra realidad y otra energía y otros deseos, y ese choque se da por ese desencuentro muchas veces.
AT: Dentro de estas situaciones que mostramos en este hecho teatral, vemos exagerados desde un lenguaje de comicidad las escenas, pero que en lo cotidiano el diálogo y el análisis de las situaciones se ponen en palabras y así poder comunicar qué nos sucede para no dejar nada librado a la imaginación, sino poder construir un vínculo empático entendiendo que somos seres distintos que se eligen en las diferencias.
Por otra parte y no menos importante, ¿cómo fue presentar esta historia ante el público y qué opiniones recibieron?
LV: El público nos devuelve mucho agradecimiento: primero por pasar un momento de diversión y de identificación, y de todas las edades nos han compartido ese reflejarse en muchos momentos de la obra, y siempre desde el humor, llegar desde un lugar de disfrute.
AT: Nos encanta hacer este espectáculo que trata un tema tan reconocible, y más allá del paso del tiempo el espectador lo toma como algo actual. Nosotros nos divertimos y disfrutamos desde adentro y eso se ve reflejado en la platea. Las repercusiones y devoluciones nos alimentan a seguir jugando.