El pasado domingo culminó en Bahréin la vigesimosegunda edición del Mundial Sub 21 de vóley masculino. El seleccionado argentino, de destacado certamen, cerró su actuación en el cuarto puesto. Por su parte, Irán superó a Italia en la final y se consagró campeón.
Tras el resonante triunfo ante Brasil en el cierre de la segunda fase, el conjunto que entrena Sebastián Fernández encaró la etapa decisiva del torneo con ilusiones. Aún así, el sábado cayó 3 a 1 ante los iraníes en semifinales. El domingo, en el partido por el tercer puesto, perdió ante Bulgaria en sets corridos y cerró su actuación en el mundial.
Una correcta performance ante el posterior campeón
El representativo nacional afrontó un difícil desafío frente a los asiáticos, quienes llegaron invictos a las semis. En un panorama de paridad, Argentina se impuso en el primer set por 25-23. No obstante, Irán fue superior en el resto del cotejo gracias a su sólido trabajo defensivo y de contraataque.
Fue así que el adversario se llevó los parciales restantes por 25-21, 25-21 y 25-20. De este modo, sacó su pasaje para la gran final. Si bien la escuadra albiceleste volvió a estar firme en bloqueo, los iraníes fueron más contundentes y constantes en ofensiva. En ese encuentro, dentro del plantel sudamericano, el jugador más destacado fue el punta receptor Lucas Conde con 16 tantos.
Este resultado significó una revancha para Irán en relación a la edición de 2021, donde los argentinos los derrotaron por 3 a 2 en la rueda inicial. Fue un marcador que dejó a los asiáticos fuera de la lucha por aquel título.
El podio volvió a quedar cerca
Al igual que lo ocurrido hace dos años, la selección nacional sub 21 quedó a un paso de finalizar entre los tres mejores del torneo, ya que el pasado domingo cayó contra Bulgaria por 3 a 0. En aquel encuentro se notó el desgaste físico lógico de una competencia que ofrece poco descanso entre partido y partido. Además, la derrota en semifinales afectó en lo anímico a los jóvenes.
La victoria de los europeos en el cotejo por el bronce fue con parciales de 25-22, 28-26 y 25-19. Más allá de que varios pasajes del match fueron parejos, el combinado búlgaro fue superior tanto en el saque, como en ataque y bloqueo. El máximo anotador argentino en la jornada fue Fausto Díaz con 11 puntos, mientras que del lado del rival resaltó la tarea del opuesto Georgi Tatarov, quien marcó 19 tantos.
En la continuidad de los encuentros reclasificatorios, Polonia se quedó con el quinto lugar al vencer 3 a 1 a Brasil. Bélgica, por su parte, aseguró el séptimo puesto con su triunfo contra Tailandia en sets corridos. Respecto al resto de la actuación latina, vale mencionar que México culminó decimocuarto tras caer frente a Estados Unidos 3-0.
Irán, el indiscutible ganador
El seleccionado asiático se consagró campeón de este certamen por segunda vez en su historia. La anterior fue en 2019, también en Bahréin. Y, como en aquella ocasión, el rival en la final fue Italia y el resultado 3 a 2.
El compromiso, llevado a cabo en la ciudad de Manama, inició con dominio de Irán por 25-20. Pero los italianos reaccionaron: ganaron 25-23 el segundo capítulo y repitieron tanteador en el tercero.
Cuando parecía que los europeos defenderían el trofeo obtenido en 2021, el rival respondió a tiempo. Si bien fue superado en ataque, mostró jerarquía en el saque con un total de 13 aces. Además cometió once errores menos que Italia. Así el cotejo se inclinó para el conjunto de Asia, el cual obtuvo el cuarto set por 25-16 y se llevó el tie break con un 15-9.
La gran figura del match y del torneo fue el iraní Amir Mohammad Golzadeh. El opuesto de 20 años recibió el premio al jugador más valioso del Mundial. Además, integró el equipo ideal. Esta edición, se trató de la vigesimosegunda entrega de un campeonato que comenzó en 1977. Rusia es el máximo ganador histórico con seis títulos.