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Las mujeres afganas vienen enfrentando las restricciones impuestas por el régimen talibán desde agosto de 2021, cuando estos retomaron el poder. Como nueva medida, días atrás se conoció que deberán cerrar los establecimientos estéticos como centros de belleza y peluquerías.
Por su parte, Amnistía Internacional pidió a la Corte Penal Internacional (CPI) investigar al régimen talibán por “los crímenes contra mujeres y niñas”. Desde la ONG denunciaron que “desde que los talibanes se hicieron con el poder, las mujeres de Afganistán han desaparecido prácticamente de la vida pública”.
La organización detalló que las mujeres representaban el 36% del personal de medios de comunicación y ocupaban el 28% de los escaños parlamentarios, pero todas han sido apartadas de sus puestos.
Además desde Amnistía Internacional explicaron que “las mujeres con notoriedad en la esfera pública sufren amenazas, detención, secuestro y falta de protección de manera sistemática”. La secretaria general de la ONG, Agnès Callamard, aseguró que Afganistán obliga a las mujeres “a vivir como ciudadanas de segunda”.
Por su parte, Haibatulá Akhundzada, el líder supremo talibán, se pronunció y sostuvo que las mujeres fueron “salvadas de la opresión” gracias a su gobierno. Además, añadió que hará todo para garantizarles “una vida cómoda y próspera”, conforme a la ley islámica.
El cierre de los salones de belleza
Días atrás, en una nueva medida para apartar a las mujeres de la vida pública, el Gobierno talibán anunció el cierre de los salones de belleza. La medida fue anunciada por el vocero del Ministerio de Prevención del Vicio y Promoción de la Virtud, Mohammad Sadeq Akif Muhajir.
El mismo tiene como función hacer cumplir los mandamientos de la religión islámica. A los pocos días de asumir como gobierno, los talibanes abrieron el organismo en la sede de lo que hasta el momento era el Ministerio de Asuntos de la Mujer, el cual fue dado de baja.
En relación a la nueva medida, el representante del área sostuvo: “Una vez que hayan sido cerrados, daremos los motivos a los medios”. Del mismo modo, explicó que los locales cuentan con el plazo de un mes para acatar la norma.
Los salones de belleza resurgieron en Kabul y otras ciudades afganas en los meses posteriores a la expulsión de los talibanes, a fines de 2001. Muchos permanecieron abiertos tras su vuelta, hace dos años, pero con sus carteles e imágenes tapados.
Estos comercios eran considerados como un espacio seguro para que las mujeres pudieran reunirse y socializar sin presencia masculina. Además, permitían que muchas afganas pudieran tener su propio negocio, trabajo y sustento económico.
En un informe presentado al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Richard Bennett afirmó que la situación de las mujeres en ese país “era una de las peores del mundo”. “La discriminación grave, sistemática e institucionalizada de las mujeres y chicas está en el corazón de la ideología y del poder de los talibanes”, sostuvo. Según la Organización Internacional del Trabajo, el número de mujeres empleadas el año pasado descendió un 25% en comparación con mediados de 2021.
Otras medidas del régimen talibán
Desde su regreso al poder, en agosto de 2021, los talibanes han excluido a las mujeres de la mayoría de los centros de educación secundaria, de las universidades y de la administración pública. Así, quedan reducidas al ámbito hogareño.
En relación a la enseñanza Superior, en un primer momento las mujeres pudieron seguir estudiando pero separadas de los hombres. Luego, las estudiantes solo podían recibir clases de profesoras mujeres o de hombres mayores. A fines de 2022, a través de un decreto del Ministerio de Educación, se las expulsó por completo de las universidades.
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También cerraron la mayoría de los institutos femeninos y les impidieron trabajar. En sintonía, prohibieron el ingreso femenino a muchos lugares públicos como baños, gimnasios y parques. Además, en los momentos que tienen permitido salir de sus hogares deben cubrirse integralmente el rostro y el cuerpo.
Por otro lado, cada año, 70 de cada 1.000 mujeres mueren durante el embarazo o el parto. Según Médicos Sin Fronteras, la causa podría relacionarse, además de con la pobreza, con la imposibilidad de viajar. En las zonas rurales, donde el hospital más cercano está a unos 100 kilómetros de distancia, las mujeres no pueden viajar sin un mahram, es decir, acompañadas por su padre, marido o hermano.
Ahora, la decisión del cierre de locales de estética provocará la desaparición de miles de comercios atendidos por mujeres. Además, implica la desaparición de la única fuente de ingresos para algunas familias y uno de los últimos espacios de sociabilización que tenían las afganas.