El presidente ruso, Vladímir Putin, se reunió con mandos militares de su Ejército en los territorios anexados de Jersón, en el sur de Ucrania, y Lugansk, en el este. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, confirmó que la visita se produjo el pasado lunes. En las imágenes oficiales, el Presidente aparece felicitando por Pascua a los oficiales que se reunieron con él.
En el marco de la segunda visita que realiza a territorios anexados desde el comienzo de la Guerra, allí escuchó (según información oficial) los informes de los comandantes de las fuerzas aerotransportadoras y del Ejército desplegado en el sur del país atacado.
La visita se da en un momento clave, ya que desde Rusia temen una contraofensiva ucraniana que tendría lugar el próximo mes de mayo. Ante esto, el Ejército de aquel país estuvo reforzando sus posiciones en la orilla occidental del río Dniéper.
La contraofensiva del otoño pasado había obligado a las fuerzas rusas a retirarse del tercio norte de Jersón e incluso ceder la capital regional. Es por eso que la visita se da en esa ciudad, donde Ucrania apuntaría sus esfuerzos para hacer retroceder a Rusia una vez más.
La anterior visita había sido a la ciudad de Mariúpol, en la región de Donetsk, la ciudad que representa la victoria más estratégica y preciada de Putin en la actual guerra. La rendición de las tropas ucranianas a mediados de mayo de 2022 terminó por decantar la caída de esa ciudad para el lado ruso.
Según información citada por el diario ‘El País’, los rusos han levantado hasta 800 kilómetros de fortificaciones, especialmente en las regiones sureñas de Jersón y Zaporizhia, con triples líneas de trincheras, fosos antitanques, torres hormigonadas para ametralladoras y búnkeres.
La respuesta ucraniana
Rápidamente, Volodímir Zelenski respondió a su manera y se hizo presente en las posiciones de las fuerzas ucranianas en la ciudad de Avdíivka, actualmente bajo asedio ruso. “Me honra estar hoy aquí, agradecerles por el servicio, porque defienden nuestra tierra, Ucrania, nuestras familias”, expresó el presidente ucraniano.
En este sentido, el mandatario se expresó en su cuenta de Twitter: “Tuve el honor de felicitar al ejército ucraniano en primera línea en Pascua. En Donbas, en nuestra Avdíivka. Es difícil ver lo que los terroristas rusos le han hecho a esta ciudad. Honra a nuestros guerreros que han estado restringiendo y destruyendo este mal ruso durante 419 días y 9 años”.
También, el último miércoles hizo una excursión por la provincia ucraniana de Volinia, situada en el extremo noroccidental del país en la frontera con Bielorrusia y Polonia. Junto a su comitiva, analizó la situación de seguridad en esa parte de Ucrania que debe mantener protegida ante la amenaza que supone la presencia de tropas rusas.
A su vez, el asesor de la presidencia ucraniana, Mykhailo Podolyak, apuntó al presidente ruso, advirtiendo que su visita supone una “gira especial del autor de las matanzas en los territorios ocupados y destruidos para disfrutar los crímenes de sus secuaces por última vez”.
Quien no se quedó callado fue Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo de mercenarios rusos Wagner, quien a través de su canal de Telegram manifestó: “Está muy bien que (Zelenski) condecore a sus soldados en Avdíivka. Que los envíe ahora a Bajmut, para que pueda volver a condecorarlos post mortem”.
El estado de situación
El 24 de febrero de 2022, Vladímir Putin anunciaba, mediante un discurso emitido por televisión, que había ordenado una “operación militar especial” en la región ucraniana del Donbás, al mismo tiempo que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) rogaba porque se detuviera.
Las sirenas sonaron por toda la capital ucraniana, mientras el presidente de Ucrania advertía: “Si alguien intenta arrebatarnos nuestra tierra, nuestra libertad, nuestras vidas, nos defenderemos”.
Un año y dos meses después, nada parece anunciar el final de la guerra. A pesar de algunos momentos de tregua, se registraron más de 7.000 muertes de civiles en Ucrania y 11.756 personas heridas, según la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Otro punto a tener en cuenta es que desde la invasión se registró el desplazamiento de casi 8 millones de personas desde Ucrania a diversos países de Europa, incluida la propia Rusia.