En 2008 se iniciaba un nuevo volumen de la serie de Invincible Iron-Man. En este caso, el título contó con el equipo creativo de Matt Fraction en guion, y el español Salvador Larroca a cargo del arte. Con el statu quo posterior a los eventos de Guerra Civil, y la incipiente popular del personaje debido a la película recién salida, las apuestas están altas.
Iron-Man es uno de los personajes que conformaron el grupo original de los Avengers. Nacido con una génesis que aprovecha la guerra de Vietnam en 1963, se le ha intentado dar popularidad de varias formas, aunque poco efectivas. Sin embargo, con el evento de Guerra Civil, sumado a la posterior película, el personaje saltó a primera línea, y había que estar a la altura.
Las cinco pesadillas
Tony Stark es un exitoso empresario, fabricante de armas, multimillonario. Luego de la guerra civil de héroes tomó el cargo de director de S.H.I.E.L.D. Y, sin embargo, sus dos características más importantes son que es creador del traje de Iron-Man, y además es un alcohólico. Las personas que luchan contra el alcoholismo lo hacen toda la vida, y esta es la primera de cinco pesadillas.
Los pensamientos que atormentan a Tony luego de volver al alcohol, están directamente ligados a su tecnología de Iron-Man. La segunda es que su traje se vuelva barato y fácil de replicar. La tercera, es que alguien más pueda pilotearlo. La cuarta deriva de la segunda: que el traje se vuelva desechable. Y la última y peor, que alguien más cree una nueva versión.
Los miedos de Tony encuentran justificativo con un ataque terrorista en Tanzania, donde un grupo extremista suicida usa su tecnología para matar. Quien está detrás de todo esto es Ezequiel Stane, el hijo de su primer gran enemigo, Obadiah Stane. Se trata de un chico genio que ha logrado, usando tecnología Stark desechada, mejorar su cuerpo al punto de casi no ser más humano.
Los atentados se replican en varios puntos, y, con el correr de los días y la investigación, S.H.I.E.L.D. descubrirá el objetivo de los ataques. Pero… ¿están a tiempo para evitar que Ezequiel consiga su objetivo final?
Explotando el lado negativo
La nueva popularidad de Iron-Man, gracias a la película, por sobre todo, pone un peso grande en el equipo creativo. Matt Fraction decide diseñar una historia que les viejes lectores puedan apreciar, y les nueves encuentren atractiva de una forma muy inteligente. El autor trae conceptos universales del personaje, tratados tanto en su génesis como en la película, y los teje magistralmente.
Una de las historias más emblemáticas en los cómics es “El Diablo en la Botella”, la crónica de cómo Tony lucha para salir de la bebida. Esto es algo explotado en Avengers Separados, cuando Wanda con magia hace sentir a Iron-Man la sensación de estar ebrio. Pero trae a la ecuación al hijo de Obadiah Stane, quien había sido interpretado de forma reciente por Jeff Bridges en la película.
La lucha de Tony para mantener paralelo a Iron-Man del control de S.H.I.E.L.D. es otro de los puntos importantes, ya que representa una de sus pesadillas. El daño que sufre Pepper en uno de los ataques terroristas agudiza esta problemática, y hace un paralelismo con la historia del propio fabricante. De esta manera elementos pasados y presentes se relacionan de forma sólida.
El objetivo final de Ezequiel Stane palidece ante la profundidad de la problemática de Tony. Y esto es quizá uno de los puntos más bajos (aunque no negativos) de la historia. Fraction pone a Stark incluso en un duelo de ajedrez contra Reed Richards (Mr. Fantastic), para demostrar la inteligencia de Iron-Man. Y el duelo final es el triunfo del hombre por sobre la tecnología.
Un sabor español
Salvador Larroca es el encargado del arte de esta obra, y su estilo semi realista logra imprimir el drama que Fraction necesita que se acentúe. El estilo pictórico, sumado al color de Frank D’Armata, comunican composiciones y texturas por momentos casi fotográficas. Basta ver la imagen de Thor en el funeral que remite directamente a cualquier pintura religiosa.
Con el estilo de Larroca, este thriller cobra un impacto fuerte, resaltando los elementos que Fraction elige para la historia.
El cine imita al cómic
Aunque no funcione de la misma manera, luego de la consolidación del Universo Cinematográfico de Marvel, la tercera entrega de Iron-Man buscó lo mismo. En Iron-Man 3 (2013) de Shane Black, muchos conceptos de “Las cinco pesadillas” se hacen presentes.
El uso remoto de muchos trajes de Tony, los atentados (en este caso por Aldrich Kilian, adaptando Extremis, precursora de este cómic). Pepper usando tecnología, y los ataques de pánico de Tony volviendo a enfrentar problemáticas pasadas. Un cóctel que, en pantalla, no terminó de funcionar bien por motivos relacionados con decisiones artísticas.
El Thriller Iron-Man: Las Cinco Pesadillas fue editado en Argentina en 2013 en los primeros tomos de una colección de Ovnipress distribuida por Clarín. De forma posterior, llegó en la entrega #58 de “La Colección Definitiva de Novelas Gráficas de Marvel” de editorial Salvat.