El Tribunal Oral Federal 6 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) comenzó el pasado lunes las audiencias contra los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio “Puente 12”.
El juicio, que tiene a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación como querellante, inició alrededor de las 10 de la mañana. Además, este organismo se encarga de acompañar a sobrevivientes y familiares a través de la Coordinación de Asistencia a Testigos Víctimas.
Cuatro miembros de la División Cuatrerismo de la Policía Bonaerense y dos ex oficiales del Batallón de Inteligencia 601 del Ejército serán juzgados por delitos cometidos entre 1974 y 1977, donde se cobraron la vida de 185 personas.
Para tres de los seis imputados, será la primera ocasión en que sean enjuiciados por crímenes de este tipo. Se trata de Walter Minod, jefe de Personal y Logística del Batallón 601, y de los ex policías Enrique Gauna y Néstor Ciaramella. Los otros tres acusados ya tienen sentencias previas: Carlos Tarantino, Ángel Salerno y Enrique Del Pino.
Según informó el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, en Argentina se están llevando a cabo más de 10 juicios orales en diferentes provincias, y la Secretaría de Derechos Humanos es querellante en dos de cada tres de las causas.
En este caso, si bien las audiencias se podían seguir por YouTube en vivo y, a pesar de que el medio audiovisual La Retaguardia contaba con la autorización para transmitir los testimonios, dos jueces votaron en contra de esto y finalmente no podrán emitirlo. Sin embargo, aseguraron que harán un diario del juicio y lo publicarán una vez finalizado.
La historia de Puente 12
Puente 12 era uno de los tantos centros clandestinos de detención (CCD) que existían en el país. Estaba ubicado en el partido de La Matanza, Provincia de Buenos Aires, más precisamente en la intersección de la Autopista Ricchieri y el Camino de Cintura.
No fue un centro de detención más, sino que era uno de los más grandes de Argentina y se estima que por allí pasaron miles de persones que fueron secuestradas, torturadas y asesinadas.
La mayor parte de les víctimes fueron activistas gremiales de la zona sur de la provincia, aunque también fueron sometidos a torturas estudiantes, polítiques y hasta mujeres embarazadas. La mayoría de elles fueron asesinades o continúan desaparecides.
“Puente 12” era denominado también como “Protobanco”, “Cuatrerismo” o “Brigada de Güemes”, y funcionó en la División Cuatrerismo de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
El cartel colocado donde funcionaba el Centro Clandestino de detención, señala: “En este centro de reclusión ilegal actuaron miembros de la organización paramilitar conocida como Triple A, de la policía provincial y federal, del Batallón 601 de la Jefatura II del Ejército, del Destacamento de Inteligencia 101 del Primer Cuerpo del Ejército, de la Secretaría de Inteligencia del Estado, de la Gendarmería Nacional y de la Fuerza Aérea”.
Historias de víctimas
Algunos de los testimonios que iniciaron el tercer tramo del juicio fueron el caso de Ofelia Máxima Ruiz Paz de Santucho y María Ofelia Santucho. Ellas se encontraban en su casa de Morón cuando un grupo armado las secuestró el 8 de diciembre de 1975 y las trasladó a “Puente 12”.
Allí, según sus declaraciones, fueron interrogadas “por un Mayor” que le preguntó si sabía dónde estaba su tío, Mario Roberto Santucho, quien hacía años no veían. Incluso contaron que, en una ocasión, el ex agente de inteligencia del Ejército condenado a 16 años de prisión Carlos Españadero, les dijo: “Mirá que tenemos a varios de ustedes y ya casi estamos sobre la pista de dónde está tu tío”.
Respecto a estos testimonios, uno de los acusados, Walter Minod, se negó a declarar por el secuestro de las chicas que en ese momento tenían 15 años. Sin embargo, expuso ante el tribunal: “Esta imputación se me hace tres años como coautor de la detención de dos señoras de apellido Santucho. Quiero expresar que me enteré hace tres años, cuando allanaron mi domicilio para detenerme”.
Otro de los casos conocidos fue el de Ricardo Mateo Landriscini, médico clínico del Hospital Posadas, quien fue secuestrado el 3 de enero de 1977 y llevado al CCD. Distintos testimonios dan cuenta de que varies trabajadores del hospital estuvieron secuestrades durante ese período, ya que dentro del propio Posadas funcionaba un Centro Clandestino de Detención.