El próximo 23 de febrero, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°13 dará a conocer el veredicto contra tres barrabravas de Boca (incluido el jefe de ellos, Rafael Di Zeo) por un doble homicidio ocurrido en 2013. El hecho sucedió tras una pelea entre bandos opuestos de hinchas del club “Xeneize”.
Los jueces Adolfo Calvete, Diego Guardia y Enrique Gamboa anunciaron que en la fecha establecida se realizará la jornada de réplicas y dúplicas. Además, tendrán lugar las últimas palabras de los tres imputados, y luego el tribunal anunciará su decisión final.
Por su parte, el fiscal Aldo De la Fuente solicitó durante su alegato tres y cuatro años de cárcel para los involucrados, ya que consideró que tienen diferentes niveles de participación en los homicidios.
La mayor de las condenas sería para el famoso líder de la barrabrava de Boca, a quien la fiscalía imputó por “instigación a la formación de grupos destinados a cometer delitos en el marco de un espectáculo deportivo”. Este delito está impuesto en la Ley 23.184 que remarca el régimen penal y contravencional para actos de violencia en el fútbol.
En el artículo cinco de la norma se establece una condena de prisión para aquella persona que “instigare, promoviere o facilitare de cualquier modo, la formación de grupos destinados a cometer alguno de los delitos”. Esa pena indicada dentro de la ley de Violencia en el Fútbol abarca cualquier delito previsto en la norma. En este sentido, De la Fuente solicitó la pena de tres años y medio para Christian “Fido” de Vaux, jefe en aquel momento del otro grupo de la barrabrava.
Por último, también pidió una condena de tres años de cárcel para el tercer acusado, Walter Fabián Coronel, actual jefe de la barrabrava de Los Andes. En este caso, el ex aliado y hoy enfrentado con Di Zeo es acusado del delito de “introducción de armas en el contexto de un espectáculo deportivo”. Dentro de la condena también se reclama que se incluya la prohibición de asistencia a espectáculos deportivos y que se declare “reincidente” a Di Zeo y Coronel.
Un cambio de condena
En un principio, la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional porteña N°2 encontró a Di Zeo y De Vaux vinculados a un delito aún mayor. La acusación indicaba “homicidio agravado por haber sido cometido con violencia contra las personas mediante el empleo de un arma de fuego en dos hechos”. Además se acusó de “lesiones graves agravadas por haber sido cometidas con violencia contra personas mediante el empleo de un arma de fuego en dos hechos”.
Por último, también se los acusó de “abuso de armas en cuatro hechos”; mientras que Coronel fue señalado como partícipe necesario en los delitos. Debido a todos los cargos establecidos, la fiscalía se distanció de la calificación de “instigadores de homicidios”, cuya modalidad implicaba una condena de cadena perpetua. Esto se debe a que no se logró determinar quién efectuó los disparos que ocasionaron las muertes.
En cuanto a Coronel, no se pudo probar su participación primaria en los hechos, así que solo se le acusó de la introducción de armas dentro de un espectáculo deportivo. Esto atribuyó a que el fiscal decidiera, durante su alegato, cambiar la calificación en relación a la imputación inicial con la que se llegó a juicio.
Se cree que la modificación en lo establecido por la Fiscalía Nacional fue consecuencia de no poder concretar con certeza lo sucedido. Según diversas fuentes, la propia fiscalía “no logró determinar la identificación de las personas que efectuaron los disparos causantes de aquellas consecuencias”.
Para la nueva causa, Di Zeo es defendido por los abogados Diego Storto y José Monteleone; mientras que De Vaux por Raquel Pérez Iglesias y Daniel Dinucci. Por su parte, Coronel tendrá la defensa del abogado Fernando Herrera. De común acuerdo, las tres defensas solicitaron sendas absoluciones y cuestionaron de gran manera el accionar de la fiscalía.
Un hecho ocurrido una década atrás
Los acontecimientos tuvieron lugar durante la tarde del domingo 21 de julio de 2013, en cercanías al estadio “Nuevo Gasómetro” de San Lorenzo. En la previa de un partido amistoso entre el local y Boca, se enfrentaron dos facciones antagónicas de la barrabrava del equipo visitante. Como consecuencia, se produjeron dos fallecimientos, uno por cada bando: Marcelo Ariel Carnevale y Ángel Martín Díaz.
El enfrentamiento de aquel entonces contempló por un lado a la denominada “la 12 Oficial”, liderada por De Vaux, y por el otro a “la 12 Disidente”, cuyo jefe era Di Zeo. En el primer caso, hubo cambio de liderazgo ya que el ex jefe de la barrabrava de Boca, Mauro Martín, estaba preso. Luego de que se formara un cordón de contención policial, ambas bandas se armaron con “palos, piedras y hierros con punta” mientras se acercaban al estadio.
Cuando empezaron los disparos entre ambos lados, con alrededor de 100 personas involucradas, la policía debió dispersarse. Según el alegato del fiscal De la Fuente, existieron cerca de 115 disparos y ratificó que algunas armas usadas por la “12 disidente” fueron transportadas al lugar por Coronel.
La muerte de Carnevale se debió a lesiones torácicas por impacto de proyectil de arma de fuego y hemorragia interna. Mientras que la de Díaz, quien falleció en el hospital, fue de lesiones por proyectil de arma de fuego en abdomen, hemorragia interna y externa. El mismo día de los crímenes, el padre de Carnevale acusó a Di Zeo de ser uno de los autores del hecho, aunque su defensa negó cualquier relación con lo ocurrido.
En medio de la investigación, se analizaron diferentes cámaras de seguridad en las que hay imágenes determinantes de la escena del crimen. En las mismas se aprecia un Ford Focus que pertenecería a Coronel y un motociclista con casco del que sospechan que era Di Zeo.
Al respecto, el fiscal puntualizó que tanto Di Zeo como De Vaux estaban en el sitio del crimen aquel día en su rol de líderes de las dos facciones. Incluso ratificó que ambos organizaron y convencieron al resto de cometer los delitos tras la pelea.