El libro La Gorra llevó dos años de una minuciosa investigación que revela todo un “prontuario de corrupción” de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires. El texto describe la génesis de una institución que reprodujo las actividades represivas de la previa Policía Metropolitana. La obra fue presentada este martes a las 18.30 en el Centro Cultural Pepa Noia, en Brasil 444 de Capital Federal.
La trayectoria de dos ex jefes de la fuerza, Jorge “Fino” Palacios y Osvaldo Chamorro queda detallada en el trabajo de Eduardo Silveyra. Los policías mencionados habían sido desplazados por cargos de espionaje ilegal, casos de gatillo fácil, femicidios uniformados, y la oscura desaparición en 2019 de Arshak Karhanyan, efectivo de esta institución.
El texto analiza de manera cronológica cómo el Gobierno porteño evadió escollos legales para incorporar dentro de la nueva institución a integrantes que arrastraban “las peores prácticas en lo que hace al uso de la fuerza y la corrupción». El origen institucional de la entidad policial se remonta hasta el año 2008, durante la gestión de Mauricio Macri como jefe de Gobierno.
La presentación pública de la investigación cuenta con el propio autor y la participación de María del Carmen Verdú, titular de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) y el secretario general de la Central de Trabajadores de Argentina CTA Autónoma Capital, Pablo Spataro.
El panel de expositores se completa con Juan Carlos Manukián de la Editorial CICCUS, el escritor Alejandro Tarruella y María José Cano miembro perteneciente a la organización Derecho de los Pueblos.
Una fuerza de ocupación acorde a necesidades políticas
En diálogo con Nota al Pie, Silveyra fue consultado acerca de las motivaciones que dieron origen a este libro. Tanto en el caso de que se tratara de una indagación sobre necesidades políticas del ejecutivo porteño, o si sólo se limitaba a la descripción de la estructuración de una fuerza de seguridad interior, tan cuestionada como la Policía de la Ciudad.
Al respecto, el autor uruguayo radicado en Buenos aires comentó que “una de las motivaciones de realizar este trabajo, esta investigación, es tratar de visibilizar todo lo que se pueda en cómo un Gobierno […] de derecha como es el macrismo crea una fuerza, es decir, un dispositivo policial acorde a sus fines e intereses. Esa fue una de las motivaciones”.
En este sentido, el escritor destacó la necesidad de representarse que no se trata de una simple fuerza policial que se dedica a perseguir delincuentes, sino que opera como una verdadera “fuerza de ocupación” en un territorio que es el de la Ciudad de Buenos Aires. Este escenario incluye a “todos los componentes que tiene la población de la metrópolis”.
Desapariciones y asesinatos en la Policía de la Ciudad
El trabajo pone en perspectiva histórica a la Policía de la Ciudad que comenzó a operar a principios del 2017 en base a la “fusión de la Metropolitana y la Superintendencia de Seguridad Metropolitana de la Policía Federal”. De esta manera, se logró conformar un organismo de “27 mil efectivos para un territorio de menos de 3 millones de habitantes”.
El autor desarrolla en su investigación cómo la institución quedó cubierta de sospechas, no sólo en el caso del policía armenio Arshak Karhanyan sino en tantas otras ocasiones más. A este oscuro suceso, se suma el asesinato de Massar Ba, “líder de una organización humanitaria senegalesa” y defensor de los vendedores ambulantes de origen africano en la Ciudad de Buenos Aires.
Encubrimientos de femicidios, el «fenómeno frecuente de los polichorros», el componente racista de la fuerza, la estigmatización de les pobres, las persecuciones a los sectores de mayor vulnerabilidad, las “implicancias de la obligatoriedad de portar el arma fuera de servicio” son trayectos muy significativos que atraviesan la obra del escritor.
Formación antisubversiva y persecución planificada
Al ser interrogado sobre la formación de los antiguos jefes de la institución en materia de lucha anti subversiva, Silveyra sostuvo que “eso no es casual y se relaciona con las capacitaciones que recibe la policía en la ciudad que son en su mayoría por un acuerdo que hizo Macri, cuando gobernaba, con el ejército israelí que es otra fuerza de ocupación, pero en territorios palestinos”.
“Acá el sujeto a perseguir son los jóvenes pobres de las barriadas populares, los migrantes, principalmente afrodescendientes como los senegaleses, con los cuales se imponen prácticas racistas. También, hay un fascismo muy implícito en toda la persecución que han recibido (los migrantes). Es más, han matado a referentes de la comunidad africana”, afirmó el autor de la obra.