Este jueves, Don Vilanova Botafogo presentará “Hereje” su reciente disco de estudio, en la sala de conciertos Café Berlín (Avenida San Martín 6656, Ciudad de Buenos Aires). Asimismo, este álbum fue presentado de manera oficial en diciembre en Club Lucille de Palermo, incluso con fechas durante enero y febrero.
El pasado viernes 6 de enero se presentó en Chascomús y el sábado 7 en Blues And Roads de Mar del Plata. Sin embargo, en el año 2020 comenzó con la grabación del álbum junto a sus hijos Andres Vilanova en producción y batería y Laila Vilanova en la composición.
Un álbum repleto de sentimientos y artistas
Este disco de estudio tiene colaboraciones como las de Javier Calamaro, Lito Vitale y Piti Fernández. Con 12 canciones inéditas “Al ritmo del amor”, “Blues para una canción”, “Ovejas negras”, “Nacimos hermanos”, “Chump changes”,“No quiero”, “Libre”,“Sr. Presidente”, “Brisa de amor”, “Uno y medio y dos”,“Si es no, es no” y “Fumigados”.
“Hereje” está nominado a los Premios Gardel de este año en la categoría Mejor Álbum Artista de Rock. Por otro lado, también se presentará el 18 en la Casita del Blues en Cosquín Rock.
Sin ir más lejos, el artista Don Vilanova Botafogo en diálogo con Nota al Pie expresó en detalle cómo nació la producción de «Hereje», que significó para él poder llevar a cabo colaboraciones con artistas de renombre.
-¿Cómo nace la producción de «Hereje»?
-La producción de “HEREJE” nace en mi necesidad de volver a presentar nuevos temas. Asimismo, empecé en trío con Luciano Scalera en batería y Rafa Pravettoni en bajo grabando antes del encierro. «Si es no es no» y «Fumigados«, dos de los temas que integran esta producción. Luego hubo un parate y entre el 2021 y 2022 arranqué de nuevo, pero esta vez con mi hijo Andrés Vilanova en batería y yo en el bajo, guitarras y voces.
-De todas las canciones del disco, ¿con cuál se siente más identificado? y ¿qué destaca de cada canción hecha con los músicos argentinos?
-La verdad es que eso me resulta difícil, ya que todas las canciones tienen su historia, incluso las instrumentales; en mi caso, yo les tengo cariño a todas, porque cada canción me identifica de una manera u otra.
-¿Qué significó para usted poder llevar a cabo colaboraciones con los artistas Javier Calamaro, Lito Vitale y Piti Fernández? ¿Cómo surge la inspiración en usted?
-Bueno, en el caso de Javier Calamaro es amigo de hace mucho, colaboré con Los Guarros antes y quedamos amigos. Lo mismo con Lito, él siempre fue muy generoso conmigo; me invitó muchas veces a sus ciclos televisivos y a mi me parece un monstruo de las teclas. Incluso, tiene ideas originales muy animal en relación a lo musical y nos queremos mucho.
El caso de Pity para mi es todo un descubrimiento, desde lo musical y desde lo humano . Lo conocí en el 30 aniversario de la Mississippi en el Luna Park y lo vi tan humilde y admirador de las viejas figuras de nuestro rock que me quede admirado.
Luego lo volví a encontrar en un streaming que hizo Luciano Napolitano en recordación de su padre y ahí fue donde lo invité a participar y aceptó de primera; tiene una voz formidable.
La inspiración me encuentra trabajando por lo general, estudiando, mayormente en lo musical. La lírica depende más de las impresiones de cuestiones de la vida, la política, el amor, la filosofía de vida, mi cosmovisión, la realidad.
-¿Cómo fue enterarse que «Hereje» estaba nominado a los premios Gardel?, ¿Cómo es el recibimiento del público en relación a su música cada vez que se presenta en algún escenario?
-Sin querer ser arrogante, estoy acostumbrado a las nominaciones; a lo que me acostumbré es a no ganar nunca nada, pero de cualquier manera agradezco que aunque sea que hayan notado mi trabajo.
En realidad el objetivo fundamental es que le llegue a quien le tenga que llegar. Tengo anécdotas de personas que me contaron lo que les pasó con algún tema mío y son muy hermosas, conmovedoras, temas que no conoce nadie que no le ganaron a nadie y con eso estoy feliz.
Ya lo dijo León Gieco alguna vez: «Si una canción le llega a una sola persona, la misión está cumplida”. Cuando toco me siento privilegiado con cada aplauso e incluso con cada silencio; tuve devoluciones sumamente emotivas más de una vez y eso no tiene precio.