El fallido intento de Golpe de Estado sucedido el pasado 8 de enero en Brasil contra Luiz Inácio Lula da Silva generó preocupación en todo el mundo pero especialmente en Latinoamérica. Por unas horas, las imágenes de la invasión bolsonarista a las distintas instituciones públicas brasileñas parecían ser la antesala de algo aún más grave.
Dos semanas después, gracias a una contundente actuación del gobierno junto a una sociedad que rechazó la acción desestabilizadora, la historia es otra. Casi mil detenidos, intervenciones en las fuerzas de seguridad, la destitución del Comandante del Ejército y una investigación que día a día revela más detalles de la trama golpista, son parte del saldo.
En este marco, Nota al Pie dialogó con el coordinador regional del Partido de los Trabajadores en Argentina, Paulo Pereira, quien se refirió al intento de golpe, a la situación política en Brasil y a las expectativas por la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
¿Cuál es la reflexión que hacés de un hecho gravísimo como fue el intento de Golpe de Estado?
Yo creo que tenemos que poner en perspectiva siempre todas las acciones. No para depreciar el tamaño de la acción sino para tampoco maximizarla como algo fuera del contexto.
Respecto de lo que ocurrió, a mi me gusta remarcar que fue un acto aislado, con un número pequeño de personas para lo que es la proporción no sólo de Brasil, sino también con ese campo identificado con el bolsonarismo. En la toma de los 3 poderes había aproximadamente 5.000 personas.
Esta invasión por parte de un grupo terrorista, clasificado legalmente de esa manera, solo pasó porque hubo fuerzas de seguridad que eran responsables de la protección del espacio, y una parte de esa estructura del Estado protegió terroristas. Esto resulta clave entenderlo porque en otro contexto no pasaría.
Tanto es así que la justicia tomó una decisión muy firme en la misma noche del domingo y apartó al gobernador de Brasilia. Lula, por su parte, decretó también una intervención en las fuerzas de seguridad de la provincia para recomponer lo que es la actuación institucional de cada organismo.
Las imágenes que recorrieron el mundo fueron preocupantes, pero en Brasil se construyó eso durante 4 años y se esperaba algo así. Es un grupo minoritario, fanático, terrorista y golpista que no representa el sentimiento de la mayoría de la gente. De hecho, las últimas encuestas señalaron que el 93% de la población está en contra de los actos golpistas.
El día posterior, Lula atraviesa la plaza de los 3 poderes públicos con los 27 Gobernadores, Ministros y la Presidenta de la Corte Suprema en un gran gesto de unidad política en el país. El intento golpista no debilitó su gobierno sino que Lula ha salido fortalecido.
En relación al desafío de la gobernabilidad para Lula, ¿cómo se encuentra el gobierno en ese sentido?
Yo creo que Lula sigue siendo ese personaje político-histórico único en Brasil, capaz de sentarse con todos los sectores de la sociedad para dialogar, incluyendo a quienes no están de acuerdo con su proyecto. Imaginate que incluso antes de su asunción, en los últimos meses, Lula ha tenido que gobernar Brasil después de que Bolsonaro pierde las elecciones y se aísla en el palacio presidencial.
Lula tuvo que negociar una ley para afrontar y garantizar los pagos del Estado, incluídos los bonos sociales y el presupuesto 2023. Hubo mucha negociación, porque había sectores que estaban totalmente en contra y creo que esa fue una primera demostración de que Lula tiene una capacidad muy fuerte de construir mayorías.
La gobernabilidad va a ser difícil, proyecto a proyecto, caso por caso. Es muy difícil entender la dinámica política del Congreso de Brasil. Hay 513 diputados y 83 senadores. Lula y el Partido de los Trabajadores nunca tuvieron mayoría en el Congreso, en ninguno de sus gobiernos.
El pueblo también tiene mucha influencia. Si el pueblo sigue movilizado y sigue apoyando a Lula, él va a poder construir esa mayoría porque de eso se trata, de representar la voluntad del pueblo.
¿Cuáles son las expectativas de Brasil y de Lula de cara a la Cumbre de la CELAC que se va a realizar en Argentina?
Su primer viaje internacional como presidente a Argentina retoma una tradición que para Brasil y Latinoamérica es muy importante. Argentina es el primer país al que siempre viaja el presidente electo, es una tradición en Brasil y el único que la rompió fue Jair Bolsonaro.
La visita de Lula a Argentina está cargada de simbolismos. Brasil regresa al escenario internacional, como un país importante, como un país que tiene voz y esa voz va a estar de nuevo representada por Lula, que es conocido en todo el mundo también por ser un gran negociador.
La CELAC es una instancia importantísima y Lula tiene una agenda cargada de encuentros. Lula va a reuniones bilaterales con 6 presidentes y mantiene una agenda extensa e intensa para tratar diferentes cuestiones.
Para Brasil la expectativa es grande y lo más importante es transmitir que regresamos al mundo y la defensa de una Latinoamérica fuerte y unida. Utilizando nuestros espacios de integración como la CELAC porque sabemos que nosotros, aislados, tenemos muy pocas chances de éxito. Unidos, en bloque, podemos defendernos mejor y llevar propuestas que mejoren la vida de todo el pueblo.