Distintos grupos y organizaciones de derechos humanos insisten en una demanda de larga data: que la Universidad del Salvador (USAL) retire, en forma póstuma, el Profesorado Honoris Causa otorgado al dictador almirante Emilio Massera.
Este mismo fue concedido por dicha casa de estudios, el 25 de noviembre de 1977, cuando había transcurrido un año de la dictadura cívico-militar. Quienes realizan la demanda a modo de reparación histórica, aportaron documentos que prueban la distinción entregada a Massera. Sin embargo, el actual rector, Carlos Ignacio Salvadores de Arzuaga, sostiene que no existen antecedentes de ello.
El Espacio Interreligioso Patrick Rice lleva adelante la iniciativa. A través de una carta, firmada por Fátima Cabrera y Mercedes Mignone, le hicieron saber al rector la existencia de ese honoris causa. De esta manera, buscan reabrir el canal de diálogo que existió en 2021, pero que no prosperó.
La reunión con el Rector
“Le solicitamos, en su carácter de Rector, que en forma póstuma la Universidad del Salvador retire la distinción académica otorgada a uno de los principales responsables del genocidio perpetrado en nuestro país que no buscó otro objetivo que instaurar un régimen social, político y económico de dominación y sometimiento al servicio de una minoría, que aún hoy condiciona la libertad y la autonomía de nuestra Patria”, expresaba esa primera carta.
Luego de esto, mantuvieron una reunión virtual con el rector, quien insistía en la falta de pruebas y antecedentes, aunque se mostró dispuesto a darle continuidad al proceso. De hecho, desde el Espacio le enviaron una segunda carta. Esta vez, tenía fotos, artículos periodísticos de la época y trabajos de investigación que prueban el hecho.
Sin embargo, a pesar de las cartas y el encuentro, nada cambió. Es por eso que vuelven a la carga por la reparación histórica y por que se despoje al exdictador, fallecido en 2010, del título.
Cartas y declaraciones sobre la distinción a Massera
La carta enviada por el espacio es muy movilizante y reparadora. Nadie ni nada va a devolver a las miles de familias sus hijes y nietes desaparecides, pero mantener viva la memoria es una obligación de todo el pueblo argentino.
Se trataría de “un fuerte gesto reparador hacia las familias de los estudiantes de la comunidad de la Universidad del Salvador que continúan detenidos-desaparecidos”.
Advirtiendo al olvido, señalaron: “A quienes pudieran pensar que los efectos de una decisión institucional de este tipo ya no tienen repercusión sobre el presente, habrá que recordarles que, así como los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles, el compromiso por la Memoria, la Verdad y la Justicia no cesa nunca”.
Por último, se dirigieron al rector: “Tiene entonces usted, y la institución que representa, la oportunidad de colaborar en esta construcción de Memoria y Verdad colectiva, permitiendo que esa luz de la Justicia que nombra el profeta Malaquías nos alumbre un poco más a todos”.
Fátima Cabrera, una de las integrantes del Espacio Patrick Rice que firmó la primera carta, en diálogo con Télam, aseguró: “Venimos insistiendo hace rato sobre esto. Cada vez con más adhesiones de distintos referentes de Argentina y de otros países, porque no puede ser que un genocida siga conservando una distinción después de haber hecho tanto daño”.
Continuando por la misma línea, explicó que es necesario que se le retire el título para ver “un gesto de justicia”. “Es una barbaridad que sigan negando un hecho que ocurrió, fue documentado y que después de tanto tiempo sigan sin reconocer la importancia de tener este gesto reparador para las familias, los estudiantes y para toda la sociedad”, señaló Cabrera.