En los últimos días, Bolivia se encuentra en boca de todos, ante el registro de los números de la inflación anual acumulada del 2022. En ese sentido, el país vecino registró en septiembre un 1,6% de inflación y, además logró controlar los precios del mercado de alimentos.
Según el último Índice de Precios al Consumidor del mes de agosto, hubo una variación positiva del 0,04% con respecto a julio del corriente año. La misma se debe a los precios de los rubros: educación, muebles, bienes y servicios domésticos, bebidas alcohólicas y tabaco, vivienda y servicios básicos, entre otres.
Ante el manejo de estos números que demuestran que, se puede controlar la inflación, la ex ministra de Desarrollo Productivo y Economía Plural de Bolivia, Verónica Ramos, trabajó durante el gobierno de Evo Morales como también el de Luis Arce, en políticas que apacigüen los precios del mercado.
Es por ello que, entre el 2015 y el 2017, Ramos supervisó la producción de alrededor de 65 empresas públicas de alimentos, con el objeto de abastecer el mercado interno antes de exportar. Este tipo de mecanismo utilizado fue el que permitió que la economía de Bolivia mantenga una baja inflación anual.
Pese al impacto que tiene la guerra de Rusia contra Ucrania en el mercado, Bolivia se mantiene pisando fuerte y hoy, es un claro ejemplo de que sí se puede mantener y regular los precios frente a los grandes mercados internacionales.
Un ejemplo de control de precios
En una entrevista con el medio argentino El Grito del Sur, la ex ministra boliviana contó que: “El modelo económico, social, comunitario y productivo boliviano es un proceso. La base es la nacionalización de la renta, que reinvertimos en otros sectores. Los resultados que hemos obtenido se basan sobre todo en haber dinamizado el mercado interno”.
Si bien en lo económico hoy se encuentra en un alza positiva con un buen manejo de la inflación, la relación entre 1 USD es de 6,96 boliviano. Es decir, aún hoy, su economía se mantiene estable frente a la moneda más usada internacionalmente.
“Fuimos aumentando el salario básico: cada año hacemos un incremento salarial y le pedimos a las empresas privadas que hagan también el esfuerzo”, contó la ministra frente a las decisiones económicas que fueron tomando.
Como eso no es todo, el crecimiento del país latinoamericano, permitió que “asumimos que el subsidio no es un pecado capital, sino parte del desarrollo. Tenemos el bono Dignidad, para la tercera edad, el Juancito Pinto para promover la escolaridad, el Juana Azurduy para mujeres embarazadas”.
En cuanto a la comparativa con otres países latinoamericanos, Brasil se encuentra con una suba acumulada del 4,3%, en Chile llegó a un 10,8%, Uruguay con el 8,7%, Perú con el 6,9% y Argentina con el 66,1%.
Frente a la situación económica, la ex ministra trabajó en la detección de cuáles eran los productos con mayor impacto en los precios. “Lo que hizo el Estado fue crear reservas estratégicas de maíz, arroz y trigo. Guardamos en silos, maíz, harina, arroz” contó Verónica Ramos.
Un estado creciente
Uno de los puntos importantes dentro de la economía boliviana es que, desde hace 10 años que se mantiene estable el tipo de cambio con el dólar. Esta situación se debe gracias a que, el estado mantiene reservas de permite representar un 50% del Producto Bruto Interno (PBI).
Además, esta estabilidad permite que les ciudadanes puedan ahorrar en su propia moneda ante la estabilidad que tienen y no ahorrar en dólares, como muchos otres habitantes de países latinos. Internacionalmente, Bolivia está siendo una vez más, el ejemplo de un país estable con políticas que permita crecer y resguardar su economía ante eventuales subas.
“Hemos mejorado la empleabilidad en el estado, hemos establecido un salario mínimo, hemos creado una serie de medidas para compensar los ingresos de las familias de ese sector de los que generan su propio ingreso”, refirió Ramos.
Pensar en los pequeños productores y en la posibilidad de crecer es el sueño de muchos países latinos que hoy mantienen una suba anual que sigue incrementándose. Argentina, hoy por hoy, mantiene una suba del 66% anual que deja al descubierto la falta de políticas que tranquilizan el fuego que se está produciendo ¿Debemos mirar hacia arriba y adoptar las mismas políticas?