Este martes, comenzará el tercer juicio de la causa denominada como “La Noche del Mimeógrafo”. Será ante el Tribunal Oral Federal de Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos. Por pedido de la fiscalía, el juicio había sido suspendido en septiembre de 2021.
En el banquillo estarán sentados Luis Oscar Varela y Jorge Alberto Rodríguez, exintegrantes del grupo de tareas de la Policía Federal. Ambos están acusados de secuestrar y torturar a estudiantes secundarios y jóvenes militantes que difundían volantes en contra de la dictadura cívico-militar de 1976.
En ese marco, “El Cordobés” y “El Manchado” serán juzgados por privación ilegítima de la libertad y por imposición de tormentos en tres jornadas por el Tribunal que integran: María Emilce Rojas, José María Escobar Cello y Mario Jorge Gambacorta.
Las ideas propias como delito
César Román, uno de los estudiantes secuestrados que dará su testimonio en el proceso oral y público, aseveró a Télam que cuando le toque declarar “voy a hacer una introducción, a modo de reconstrucción, de la militancia política que teníamos con mis compañeros”.
Román, docente de la Facultad de Humanidades en la Universidad de Mar del Plata, lugar de residencia actual, agregó que con su relato pretende “construir una memoria militante junto con las víctimas”.
El 19 de julio de 1976, Román fue secuestrado junto a Roque Edmundo Minatta y Juan Carlos Rodríguez, sus compañeros de la Escuela Normal de Concepción del Uruguay y militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES).
Por otra parte, durante “Noche del Mimeógrafo” también fueron detenidos ilegalmente Juan Carlos Romero; Carlos Zenit, José Pedro Peluffo, pertenecientes al centro de estudiantes de la UES en el Colegio Nacional Justo José de Urquiza, y Victor Baldunciel, egresado reciente de la institución.
Todos tenían una similitud y es que iban desde los 17 y 19 años en el momento que fueron llevados al centro clandestino de detención que funcionó en la Delegación de la Policía. Allí, fueron torturados por dos semanas.
También fueron detenidos ilegalmente Dario Morend, de la Juventud Peronista; Horacio Valente, simpatizante del Partido Auténtico; Carlos Paiva, militante de izquierda; y Mario Maffei, maestro que compartía reuniones con el grupo.
Tanto Morend como Valente y Paiva fueron trasladados a la cárcel de Coronda, Santa Fe. Recuperaron la libertad a fines de 1978, mientras que el resto quedó en “libertad vigilada”.
De los once detenidos ilegalmente por “Noche del Mimeógrafo”, Roque Minatta, Juan Carlos Rodríguez y Juan Carlos Romero, son querellantes del último juicio junto a Román. Mientras que Morend; Zenit; Valente; Peluffo y Maffei fallecieron con posterioridad a los hechos.
¿La búsqueda? Una confesión. ¿El objetivo? El mimeógrafo
Los hechos son conocidos como “La Noche del Mimeógrafo” porque todos los secuestrados fueron torturados para saber la ubicación del artefacto. Con él habrían impreso los volantes que denunciaban a la dictadura de Jorge Rafael Videla.
Román recordó que el mimeógrafo “terminó siendo el centro del asunto en casi todos los interrogatorios”. Y agregó que, con esa búsqueda, “querían que nos delatáramos”. En este sentido, el testigo consideró una “pequeña victoria” que los represores nunca pudieron hallar el artefacto. Confesó que, por una “cuestión de seguridad”, no sabían que “Morand era quien lo tenía”.
Si bien destacó que el proceso de enjuiciamiento es “uno de los pocos donde no hay desaparecidos”, el profesor aseveró que la tortura y todo el proceso concentratorio “genera muertes tempranas además de vidas complicadas”.
Balbuciel también participó como testigo en el juicio de 2012. Juicio al que también fue sometido el exministro de Interior de la última dictadura cívico militar, Albano Harguindeguy. En efecto, se trató de una causa en la que se unificaron los hechos de la represión ilegal ocurridas en las ciudades entrerrianas de Concordia, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú.
Las primeras condenas por el caso de “La Noche del Mimeógrafo” fueron para Julio César “el Moscardón” Rodríguez y Francisco Crescenzo. Ambos se desempeñaban como policías y formaban parte del grupo de tareas que secuestró a los estudiantes. Asimismo, el policía Darío Mazzaferri, jefe de dicho efectivos, fue juzgado en 2017 como parte del segundo tramo de la causa.
La llegada de un tercer juicio y la falta de Justicia
Respecto al nuevo juicio por “Noche del Mimeógrafo”, la abogada Lucía Tejera, quien será querellante en representación de la Secretaría de Derechos Humanos, señaló: “Son juicios fragmentados y es lamentable porque los dos imputados que vamos a juzgar fueron nombrados por las víctimas en el juicio que le hicieron a Harguindeguy en el 2012”.
No obstante, la letrada también cuestionó a la fiscal de instrucción María de los Milagros Squivo. Esto último a razón de “no avanzar en la investigación” y argumentar que “las víctimas se estaban equivocando de persona”.
En septiembre del año pasado, a poco tiempo de comenzar el tercer tramo del juicio, dicha fiscal expuso que, como los magistrados Sebastián Gallino y Lilia Graciela Carnero, miembros del Tribunal en aquel momento, ya habían participado en juicios anteriores por los mismos delitos podía tomarse como causal de recusación.
La defensa tomó dichos argumentos y propuso la recusación de los integrantes del Tribunal. En efecto, en su lugar, fueron nombrados los jueces Escobar Cello y Gambacorta, cuya decisión generó la postergación del proceso hasta octubre de este año.
Al respecto, la abogada Tejera argumentó que “si bien son los mismos hechos, no son los mismos imputados”. Y, al mismo tiempo, detalló que “en todos lados pasa que se siguen otros tramos con el mismo Tribunal”.
Además, en base a todas estas cuestiones y retrocesos en el juicio, a inicios de este año, las querellas solicitaron la recusación de la fiscal Squivo. No obstante, la misma les fue denegada por una instancia superior.
“Considerábamos que teníamos elementos suficientes para decir esta ‘señora no puede ser fiscal en esta causa’ porque durante todo este tiempo lo único que ha hecho es entorpecer las investigaciones”, cuestionó Tejera.
Por su parte, Román rememoró que “tenía los pasajes para ir a Concepción del Uruguay”. Y, a su vez, remarcó el impacto anímico que le produjo conocer la suspensión del juicio.
En ese sentido, destacó que se trata de “la sexta vez” que va a declarar por los mismos hechos que padeció en 1976. Por último, reflexionó que por “todas estas interrupciones, es medio difícil tener una justicia y una reparación verdadera”.