Argentina originaria: genocidios, saqueos y resistencias

El genocidio negado, el despojo de tierras y la lucha de las comunidades indรญgenas son los ejes de "Argentina Originaria: genocidios, saqueos y resistencias", un libro que traza las continuidades de la violencia estatal y, tambiรฉn, da cuenta de la defensa del territorio que realizan los pueblos originarios.
argentina originaria 01
Foto: Nicolas Pousthomis / Subccoop

Por Darรญo Aranda

Campos de concentraciรณn.
Desaparecidos.
Torturas.
Asesinatos masivos.
Robo de niรฑos.

Las cinco acciones fueron sistemรกticamente ejecutadas por el imperio otomano, el nazismo y la รบltima dictadura cรญvico-militar de Argentina. Los tres, a pesar de pertenecer a distintos momentos histรณricos, fueron reconocidos como genocidios. No se duda de esos crรญmenes de lesa humanidad.

A fines del siglo XIX el Estado argentino tambiรฉn creรณ campos de concentraciรณn, desapareciรณ personas, torturรณ, asesinรณ y robรณ niรฑos. Los pueblos indรญgenas estuvieron, como nunca antes en su historia, cerca del exterminio. Sin embargo, aรบn hoy, un gran sector de la sociedad argentina niega que haya sido un genocidio. La Argentina moderna estรก construida sobre esa negaciรณn, la madre de todas las represiones.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se juzgรณ a los responsables mรกximos del nazismo (juicios de Nรผremberg). En Argentina, en 1985, se realizรณ el juicio a los ex comandantes que integraron las tres primeras juntas militares de la รบltima dictadura.

Desde hace una dรฉcada, tras resistir y anular las llamadas leyes de impunidad, en distintas ciudades del paรญs estรกn siendo juzgados y condenados los responsables militares y civiles de crรญmenes consumados durante la dictadura.

No hubo intenciรณn polรญtica de hacer algo similar hacia los crรญmenes de lesa humanidad cometidos contra los pueblos indรญgenas. โ€œNunca cayรณ el rรฉgimen que implementรณ las campaรฑas militares de fines de siglo XIX y principios del XX que derrotaron la autonomรญa indรญgena, a fuerza de masacres, para consolidar al Estado nacional. Hay una continuidad hasta nuestro presenteโ€, explica el historiador Walter Delrรญo, autor de Memorias de expropiaciรณn, sometimiento e incorporaciรณn indรญgena en la Patagonia (1872-1943).

Delrรญo es codirector de la Red de Investigadorxs en Genocidio y Polรญtica Indรญgena Argentina y profesor de la Universidad Nacional de Rรญo Negro. En su producciรณn acadรฉmica brinda pruebas de cรณmo, luego de la conquista militar, el Estado construyรณ un discurso de negaciรณn de la realidad indรญgena del paรญs, donde โ€œel crisol de razasโ€ negรณ lo originario. Detalla que la invisibilizaciรณn fue una estrategia de dominaciรณn, que permitiรณ el desarrollo de distintas prรกcticas genocidas, como el traslado masivo de personas, la separaciรณn de familias y la supresiรณn de la identidad de menores, la utilizaciรณn de prisioneros como mano de obra esclava y la reducciรณn en campos de concentraciรณn.

Diana Lenton โ€“doctora en antropologรญa, especialista en temas de polรญtica indรญgena y codirectora de la Red de Investigadorxs en Genocidioโ€“ llama โ€œpecado originalโ€ al nacimiento de Argentina sobre un engranaje jurรญdico que negรณ los derechos de los pueblos indรญgenas y, ademรกs, ejecutรณ la muerte y desapariciรณn de la poblaciรณn originaria. La conformaciรณn del Estado nacional, a fines del siglo XIX, coincidiรณ con un tipo de discurso autoritario que luchaba por hegemonizar el cuerpo de discursos sobre la poblaciรณn.

Luego de la campaรฑa militar al Sur sobrevino la avanzada sobre el Norte, tambiรฉn llamada ยซConquista del Desierto Verdeยป. Las poblaciones indรญgenas eran sometidas, obligadas a ser mano de obra esclava en las plantaciones de caรฑa de azรบcar y en los algodonales. Tambiรฉn se los obligรณ a incorporarse al Ejรฉrcito. Los niรฑos y mujeres fueron repartidos para el trabajo domiciliario.

La isla Martรญn Garcรญa, ubicada en la confluencia de los rรญos Uruguay y De la Plata, se transformรณ en un gran campo de concentraciรณn. En sรณlo un aรฑo, 1879, fueron apresados (y luego bautizados) 825 indรญgenas, segรบn consta en un trabajo en desarrollo de los investigadores de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Alexis Papazian y Mariano Nagy, que analizaron archivos de la Armada y el Arzobispado.

Los registros dan cuenta de 363 hombres, 132 mujeres y 330 niรฑos.

Los investigadores explican que la poblaciรณn era mรกs numerosa, sobre todo porque muchos prisioneros no figuran en los registros clericales de Martรญn Garcรญa, ya sea porque habรญan sido bautizados con anterioridad o porque murieron antes de recibir la bendiciรณn del cura.

Papazian analizรณ los archivos oficiales que dan testimonio de lo sucedido en Martรญn Garcรญa. No tiene dudas de que se tratรณ de un campo de concentraciรณn que funcionรณ antes, durante y despuรฉs de la Campaรฑa del Desierto (desde 1872 hasta 1886), donde se practicรณ una rรญgida coerciรณn sobre los cuerpos indรญgenas.

argentina originaria 03 1024x682 1
Foto: Nicolas Pousthomis / Subcoop

No hay cifras oficiales de la magnitud del campo de concentraciรณn. Papazian y Nagy son muy cautos en cuanto a nรบmeros, sobre todo porque los registros son desordenados e imprecisos, dado que muchas veces no se contabilizaba a niรฑos y mujeres. Sin embargo, y en base a pruebas documentales, los investigadores afirman que por la isla Martรญn Garcรญa pasaron al menos 3000 personas, privadas de su libertad, sin derecho a defensa alguna y a las que se les negรณ todo derecho.

La isla no sรณlo recepcionรณ a habitantes originarios; tambiรฉn funcionรณ como punto de reparto hacia todos los puntos cardinales del paรญs.

El destino de los presos era diverso. Podรญan permanecer como detenidos, ser enviados a canteras, a estancias o a formar filas del mismo ejรฉrcito que los habรญa atacado. Los documentos oficiales dan cuenta de que familias acomodadas de Buenos Aires pedรญan mujeres y niรฑos para trabajar en las tareas hogareรฑas e incluso en el campo. โ€œFue claramente un mecanismo de control social enmarcado en un proceso mucho mayor: el del genocidioโ€, precisa Papazian, que tambiรฉn forma parte de la Red de Investigadrxs en Genocidio. Explica que en 1890 ya no quedaban indรญgenas en Martรญn Garcรญa. El destino no daba muchas opciones: Ejรฉrcito o Marina, trabajo esclavo para empresarios, labores domรฉsticas en casas de familias o la muerte.

La provincia de Mendoza tambiรฉn supo de campos de concentraciรณn y trabajo esclavo.

Diego Escolar investigรณ lo sucedido con el Pueblo Huarpe y los prisioneros de las campaรฑas militares. Investigador del Conicet en Mendoza y profesor de la Universidad Nacional de Cuyo, confirma que en la provincia se concentraron grandes contingentes de personas que fueron repartidas en estancias, en propiedades de los altos mandos militares y en las familias acomodadas de la regiรณn. Casi siempre pasaban a ser trabajadores esclavos, condiciรณn que padecieron hasta, al menos, la dรฉcada de 1890.

En base a diarios de la รฉpoca, partidas bautismales, memorias orales y entrevistas de principios del siglo XX se establece que, entre 1879 y 1886, fueron repartidos en Mendoza al menos 3000 indรญgenas. Escolar y su equipo de investigaciรณn โ€“Leticia Sald y Carla Rigiรณโ€“ estiman que el nรบmero es mayor. Los lugares de detenciรณn ya comprobados fueron al menos seis, ubicados en los departamentos de Maipรบ, Malargรผe, Santa Rosa, San Rafael, Rivadavia y en la capital provincial.

Junรญn de los Andes (Neuquรฉn), Chinchinales y Valcheta (Rรญo Negro), Carmen de Patagones (Buenos Aires) y el barrio de Retiro (Ciudad de Buenos Aires) tambiรฉn contaron con campos de concentraciรณn, como los seis de Mendoza y el de la isla Martรญn Garcรญa. Allรญ eran confinadas familias enteras, sin diferencia de sexo y edad. Su mayor crimen era ser indรญgenas y habitar un territorio preciado.

argentina originaria 3
Foto: Nicolas Pousthomis / Subcoop

El investigador del Conicet y director del Servicio de Huellas Digitales Genรฉticas de la Facultad de Farmacia y Bioquรญmica de la UBA, Daniel Corach, afirma que, en base a partes del Ejรฉrcito, la avanzada militar del siglo XIX dejรณ una cantidad de vรญctimas estimada en un nรบmero inquietante: โ€œ30 mil desaparecidosโ€.

A 28 aรฑos del golpe de Estado de 1976, el gobierno nacional decidiรณ que la Escuela de Mecรกnica de la Armada (ESMA), uno de los mayores centros clandestinos de detenciรณn, pasara a manos de los organismos de derechos humanos, que erigieron allรญ un espacio para la memoria.

A 130 aรฑos del inicio de la Campaรฑa del Desierto, los pueblos indรญgenas no tienen ningรบn espacio similar. Al contrario, el emblema principal de aquel avance militar, Julio Argentino Roca, cuenta con calles, escuelas y monumentos. Uno de ellos llega al colmo: en el centro de Bariloche, pleno territorio mapuche, una estatua de Roca se erige desafiante. Es imposible imaginar una estatua de Jorge Rafael Videla en Plaza de Mayo.

En 1994 se sancionรณ la Ley 24.411, que obliga al Estado a pagar a los familiares de los asesinados y desaparecidos una indemnizaciรณn por cada vรญctima del terrorismo de Estado. Ninguna reparaciรณn econรณmica se debatiรณ jamรกs en รกmbitos institucionales para las vรญctimas del genocidio indรญgena.

Tampoco, como en todo lo referido a pueblos originarios, existen datos oficiales sobre los asesinados y desaparecidos durante la Campaรฑa del Desierto, pero algunas investigaciones dan idea de su magnitud: Diana Lenton seรฑala que en 1883, a sรณlo cinco aรฑos de iniciada la avanzada militar, 20.000 prisioneros habรญan sido trasladados a Buenos Aires. Luego serรกn asesinados, desaparecidos o esclavizados.

El profesor de la Universidad de Buenos Aires Mariano Nagy, en base a la investigaciรณn ยซEstado y cuestiรณn indรญgenaยป, de Enrique Mases, precisa que habitaban la Patagonia 25.000 indรญgenas. En el primer aรฑo de la Campaรฑa del Desierto hubo 1300 indรญgenas muertos โ€œen combateโ€ y 13.000 prisioneros que pasaron a quedar bajo tutela del Estado.

En la actualidad, la sistemรกtica violaciรณn de derechos humanos de pueblos indรญgenas no escandaliza a la opiniรณn pรบblica. Incluso es negada por un sector de intelectuales, comunicadores y referentes de opiniรณn.

Las vรญctimas del genocidio no fueron sectores urbanos, ni clase media.

La negaciรณn tiene raรญces รฉtnicas y de clase social. Y, sin duda, econรณmicas: los distintos modelos productivos del รบltimo siglo y medio โ€“agroexportador, petrolero, forestal, mineroโ€“ tuvieron y tienen como escenario gran parte de los ancestrales territorios indรญgenas.

Compartir:

Nota al Pie es un joven medio alternativo y autogestivo. Precisamos tu aporte para sostener el dรญa a dรญa de un periodismo popular que encuentra cada dรญa mรกs dificultades para mantenerse independiente. Con tu suscripciรณn mensual nos ayudรกs muchรญsimo. Podรฉs cancelarla cuando quieras. Por mail te iremos informando de los beneficios de ser parte de Nota al Pie.
ยกMuchas Gracias!

Notas Relacionadas

Seguir Leyendo

Dรญa de la Mujer y la Niรฑa en la Ciencia: 4 claves para impulsar el espรญritu cientรญfico desde temprana edad

Esta fecha invita a reflexionar sobre la importancia y el rol de la figura femenina dentro del sector. En este marco, especialistas de la Universidad Hospital Italiano de Buenos Aires compartieron recomendaciones para incentivar a las futuras generaciones.

Nuevo despido: Milei echรณ al titular de la ANSES

Se trata de Mariano de los Heros, quien asegurรณ que el Gobierno buscarรญa impulsar una reforma previsional antes de fin de aรฑo. El presidente desmintiรณ sus dichos y solicitรณ su renuncia.

Las infancias trans existen y merecen ser escuchadas

A travรฉs de un DNU, el presidente Javier Milei modificรณ la Ley de Identidad de Gรฉnero. Nota al Pie dialogรณ con Natalia, madre de Lu, un niรฑo trans que cambiรณ su DNI siendo menor.

Ultimas Noticias

Mรกs del autor

Nota al Pie | Noticias en contexto