A 14 días del asesinato de Mahsa Amini, a manos de la policía de la moral, continúan las protestas en Irán. En los últimos días se conoció que Hadis Najafi, una de las jóvenes que se había vuelto viral por mostrar su pelo al descubierto en las manifestaciones, fue asesinada y se suma a la lista de las más de 80 víctimas fatales.
“Mujer, vida y libertad” como símbolo de lucha
Bajo la consigna “mujer, vida y libertad”, las personas ocupan las calles, las mujeres se quitan el velo y se cortan el cabello como símbolo de lucha. En ese marco, las mujeres denuncian que el islam no expresa que las mujeres son inferiores, sino que es una interpretación patriarcal del régimen actual para poder someterlas.
A través de su cuenta de Twitter, la periodista Masih Alinejad escribió: “Las mujeres iraníes marchan hombro con hombro con los hombres, cantando contra todo el régimen. Se enfrentan a pistolas y balas y exigen el fin de un sistema de apartheid de género”.
Call it a revolution.
— Masih Alinejad 🏳️ (@AlinejadMasih) September 28, 2022
Iranian women are marching shoulder to shoulder with men, chanting against the whole regime. They are facing guns and bullets and demanding an end to a system of gender apartheid.
When will Western feminists take action? #مهسا_امینی https://t.co/lfXvk03g50
La historia de Hadis Najafi
La joven de 22 años, símbolo de las protestas en Irán, murió con seis perdigones en su cuerpo. Najafi fue asesinada durante las protestas en la ciudad de Karaj, cerca de Teherán.
Sin embargo, la familia de la joven denunció que las autoridades los presionaron a firmar un papel, el cual asegurase que había muerto por un derrame cerebral. Al entregarles su cuerpo para el funeral, dos días después de su muerte, descubrieron la verdadera causa del fallecimiento.
Najafi tenía su cabello rubio y acostumbraba llevar el pelo atado tipo cola de caballo. Un peinado muy habitual en el resto del mundo, pero que puede costar la vida en Irán.
Protestas, falta de libertad y muertes
Desde la muerte de Amini, las protestas y la represión no cesan. Según Iran Human Rights, hasta ahora se reportaron al menos 83 personas asesinadas a manos de las fuerzas de seguridad en todo el país. Del mismo modo, la organización asegura que el Estado ha realizado 415 ejecuciones en lo que lleva transcurrido el 2022.
Por su parte, la policía informó de la muerte de 10 agentes, pero no brindó datos sobre los civiles fallecidos. Las autoridades también informaron de la detención de más de 1.200 manifestantes desde el 16 de septiembre, mientras que organizaciones de Derechos Humanos denunciaron el arresto de militantes, abogados y periodistas.
Para los dirigentes iraníes, los manifestantes son “alborotadores”. En los últimos días, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, pidió a las fuerzas del orden que actuaran “firmemente contra quienes atentan contra la seguridad del país y del pueblo”.
Para limitar las protestas, las autoridades bloquearon el acceso a Instagram y WhatsApp en el país, que también experimenta alteraciones en la conexión a internet.
Las protestas no son nuevas en Irán. En 2009 hubo protestas masivas contra el gobierno. Años más tarde, en 2019, arrestaron a dos mujeres, Monireh Arabshahi y Yasaman Aryani, por repartir flores a otras mujeres como protesta contra la ley del velo obligatorio. En tanto, la abogada Nasrin Sotoudeh fue condenada a 38 años de prisión y 148 latigazos por defender la libertad de vestimenta.
Del mismo modo, durante 2019 miles de ciudadanos salieron a la calle por el aumento del combustible y hubo más de 300 muertos por la represión policial. Además, entre 2020 y 2021, hubo protestas por la sequía que devastaba a varias regiones. Así como también reclamos por los bajos salarios y los precios de los alimentos.
¿Cómo funcionan las leyes y normas en Irán?
Las protestas, que iniciaron tras la muerte de Amini y contra la imposición del uso del velo, apuntan de manera más amplia contra el régimen iraní. Yolanda Vega, representante de Amnistía Internacional, aseguró que las manifestaciones apuntan contra todas las “leyes denigrantes y discriminatorias contra las mujeres y niñas”.
En Irán, antes de la Revolución Islámica de 1979, no existía el estricto código de vestimenta que, por ley, actualmente obliga a las mujeres a llevar el velo y ropa “modesta”. Después de 1979, además de la ropa, las escuelas fueron segregadas y los hombres y mujeres que no tenían parentesco eran arrestados si los sorprendían socializando entre ellos.
Tras las últimas elecciones, el actual presidente iraní es Ebrahim Raisi, quien asumió en agosto de 2021. Fue el sucesor de Hasán Rohaní, quien estuvo 8 años en el cargo. Sin embargo, el cargo de presidente es el de mayor rango solo por debajo del líder supremo, quien cumple la función de jefe de Estado.
Desde 1979 se instauró una república basada en la interpretación de las leyes del islam y cuya máxima autoridad política y religiosa recae en un clérigo, también llamado líder supremo. El primero fue Ruhollah Musavi Jomeiní, tras su muerte en 1989, Alí Jamenei se desempeña en ese rol.
A partir de la revolución, ha existido bajo diferentes formas la policía de la moral. Se trata de unidades policiales responsables de garantizar el respeto de la moral islámica en público para “promover la virtud y prevenir el vicio”.
Este tipo de fuerzas existen también en otros países musulmanes como Arabia Saudita, Malasia o Afganistán. Sus patrullas pueden interpelar, multar o detener a quienes violen los códigos de conducta.
“We will fight, we will die, but we will not live with humiliation”
— Masih Alinejad 🏳️ (@AlinejadMasih) September 28, 2022
This is the slogan of young protesters in Iran after the the tragic death of #MahsaAmini.
Indeed many of them got killed.
We’ve been humiliated by the Islamic regime for years. Enough is enough.#مهسا_امینی pic.twitter.com/xRfe3nbBwp
Luchar como las abuelas
Las mujeres vienen luchando desde hace años por dejar de ser ciudadanas de segunda. Quienes hoy ocupan las calles son hijas y nietas de aquellas que el 8 de marzo de 1979 tomaron las calles de la capital iraní. Fueron más de 100.000 mujeres las que protestaron contra la decisión obligatoria del nuevo gobierno islámico sobre el hiyab.
Esto representaba una lucha contra todo el nuevo código de segregación hacia las mujeres que pretendía imponer Khomeini, quien había regresado al país para ponerse al frente de un gobierno provisional.
Una parte de la manifestación tomó el Palacio de Justicia y la otra organizó una sentada en la Mezquita de Teherán. La protesta convocó a mujeres de todos los ámbitos: enfermeras, obreras y estudiantes. Duró tres días consecutivos, estableciendo una huelga general. Sin embargo, aún hoy la lucha por la libertad perdura en las calles iraníes.