La dupla de Eduardo Mazzitelli y Quique Alcatena es una máquina de producir historias. Mientras trabajaban para el mercado italiano, en 2014 volvieron al universo de Nuggu y los Cuatro con el título La Niña de Sal. Esta vuelta se da luego de explorar la historia de Imperator, recuperando la fábula de la madurez, ahora, desde otra perspectiva.
Nuggu y los Cuatro fue el primer trabajo que Mazzitelli y Alcatena realizaron para el mercado italiano. Entre la publicación de esta primera obra y su continuación, se embarcaron en la mitología occidental con Imperator. Alcatena, antes de irse a Italia ya había incursionado en la cultura japonesa con Tokoyo Monogatari para la revista Hacha.
El rumor que moldea la realidad
Todo comienza con un rumor, un demonio ha convertido a una niña de sal de la suerte en una chica y se la ha llevado. Togoro el hosco, viaja junto a la dulce Okima, buscando ganar torneos de Keko, para poder lograr una misteriosa empresa. La gente huye del supuesto demonio Togoro, pero pronto descubriremos que él busca ayudar a la joven.
Cazadores de demonios persiguen a la desventurada pareja, seguidos por el olor demoníaco que desprende el paso de los viajeros. La verdad es que Togoro busca salvar a Okima que está poseída por un demonio, o al menos, eso cree. Okima ha llevado destrucción a muchos lugares, pero Togoro confía en ella, y en que pueda rescatarla de su pesar.
Rumores, leyendas, folklore, todo lo que crean posible será el destino del dúo que busca quitar la maldición del cuerpo de la dulce Okima. Claro que, en esta aventura, no se encontrarán pocos obstáculos, más allá de sus perseguidores, aparecerán demonios varios, y un malvado hechicero.
Aceptar la naturaleza
La vuelta de Mazzitelli y Alcatena a este mundo, dota a la historia original de mayor profundidad. Si en Nuggu y los Cuatro se hablaba del crecimiento y la madurez en circunstancias complejas, aquí se habla sobre el aceptar la realidad en la que se vive. El camino de Togoro y Okima los llevará a comprender quiénes son, de dónde vienen, y qué hacer con ello.
La dupla del hombre bestial, y la niña inocente es un punto de partida para ir mutando con el correr de las páginas. En el camino, y con las pruebas a atravesar, primero se descubrirá que Okima tiene varios demonios que viven dentro de ella. Luego la revelación pasará a un nivel más superlativo. Sin embargo, la naturaleza de los demonios es una fábula en sí misma.
La niña está dotada de una sabiduría que no corresponde a un personaje así, y esa es la clave para resolver su misterio. Ella incluso ayudará a tres de los demonios que la habitan a encontrar paz en su propia naturaleza. Claro que esto era solo un preparativo para lo que será el giro argumental final. Por otro lado, Togoro, es un personaje dramático, idealista y soñador.
Conexiones
Entre varias de las pruebas que enfrentarán buscando ayuda, Togoro y Okima se harán de aliados y enemigos. Primero, el hechicero Watano, una figura que se sumará a la persecución al igual que los cazadores y demonios. Con esto se entiende que los problemas que los persiguen, no entienden de naturalezas específicas, esto es propio de la complejidad de la vida.
Por otro lado, Yaomi, la protagonista de Nuggu y los Cuatro, se hará presente para ayudar junto a los espíritus de los guerreros. Aquí Yaomi ya estará versada en la naturaleza del mundo, y su sabiduría misteriosa, será de ayuda para dar el giro sorpresivo, ya que ella es la primera en sentir los varios demonios en Okima. Ahora, con Yaomi presente, este universo cobra más fuerza.
La Niña de Sal, habla sobre la aceptación de la naturaleza del ser, y la lucha con uno mismo. Una bella fábula con el imaginario y calidad que una dupla como Mazzitelli y Alcatena pueden dar. Fue editada en Argentina y Uruguay junto con Nuggu y los Cuatro por Grupo Belerofonte, y Loco Rabia Editorial. Por tanto, quien busque este material, podrá encontrarlo completo.